Aitor Luna (Bergara, Guipúzcoa 18/09/1981)
Aitor Luna asegura que no puede vivir sin reír todos los días, ni puede estar mucho rato sin hacer el payaso (el payaso noble, ¿eh?). Le gusta tener cerca sus series, su moto (a pesar de que le ha dado algún disgusto), sus lentejas y sus auriculares... y un poco de sushi de vez en cuando. En cambio, puede prescindir perfectamente de la hipocresía, el miedo, los madrugones y las mentiras. Está rodando la serie histórica de Antena 3 TV 'La Catedral del Mar', y no sabe lo que le espera profesionalmente, pero tiene claro que lo importante es no rendirse nunca, no perder la ilusión ni la perspectiva, y luchar. Él no lo ve como un defecto tremendo, pero sí intuye que en los tiempos que corren, es peligroso ser una persona tan confiada como yo, que siempre tengo los brazos abiertos. El que fuera el apuesto y valiente capitán
Alatriste televisivo acumula varias series en su trayectoria ('Los Hombres de Paco', 'La fuga', 'Gran Reserva', 'Velvet') y pocas películas: entre ellas, una con su hermano Yon González (el thriller 'Matar el tiempo', de Antonio Hernández), y otra con Blanca Suárez de partenaire ('Mi panadería en Brooklyn'). Es un apasionado de Nueva York y tiene miedo a dejar de sensible a todo lo que me rodea. "De pequeño, me llamaban el Pupas, porque siempre me pasaban cosas, admite este romántico que mataría por encontrar al amor de mi vida."
Entre sus ídolos se encuentra Daniel Day-Lewis, y le chifa la música del grupo Arcade Fire. Es muy realista y conoce al dedillo cómo funciona la industria del cine y de la tele, con sus ventajas y desventajas: Cuando haces una serie como prota absoluto, a no ser que seas Rodolfo Sancho, los productores no vuelven a llamarte hasta que pase un tiempo. Lo dice sin una pizca de mal rollo, ni envidia hacia la suerte de los compañeros. Comenzó a trabajar en el café teatro y reconoce que este es un tipo de espectáculo que aún le pone, a pesar de ser una estrella: Lo de tener al público cerca es oro. Una manía: tocarse constantemente la barba. Una afición: el tiro con arco, práctica que quiere retomar. Un golpe de suerte: Conocer a mis representantes. Y una absoluta bendición: No ser muy materialista.
Por qué le queremos: Una simpatía natural que no siempre puede explotar en sus trabajos.
Asignatura pendiente: Aprender inglés.