Quién más y quién menos, ha oído recientemente el término nepo baby. El enchufe o, simplemente, tener cierto apellido, ha sido una ayuda histórica en cualquier profesión, el cine incluido. De hecho, hay quién defiende que no todo se trata de enchufes o de apellidos que se explotan, sino de que el hecho de que su familia se mueva en esa profesión provoca y dirige intereses, facilita el desarrollo del talento, etc. Hay, incluso, quién defiende que se trata también de una cuestión genética, de talento, inteligencia o físico. Lo importante, razones a parte, es que el hijo o la hija de una estrella de Hollywood tiene más facilidades para convertirse, a su vez, en una estrella de Hollywood.

    Jaden Smit, Dakota Johnson, Maya Hawke, Margaret Qualley, Lily-Rose Depp, Lilly Collins, Zoe Kravitz... Al fin y al cabo, lo más difícil en Hollywood es tener una oportunidad, y si tus padres ya conocen a gente te la pueden conseguir. Pero más allá de eso están las razones económicas. No es igual de fácil intentar ser actriz de Hollywood siendo una chica de clase de un entorno rural de Arkansas que perteneciendo a una familia millonaria en Los Ángeles. Pero, más allá de que esta desigualdad de oportunidad, más o menos inherente a todas las profesiones del mundo, sea injusta, tenemos que asumir nosotros también parte de culpa. A la prensa, por supuesto, nos viene muy bien hablar de que la hija de... sale en tal o cuál película, y no de una actriz desconocida sin conexión alguna con el lector. Pero al público, obviamente, también le interesa.

    Angelina Jolie
    Getty Images

    Por eso ha habido cierta presión en los últimos años, especialmente conforme han ido creciendo, por conocer el destino de los numerosos hijos de Brad Pitt y Angelina Jolie. Cierto ruido en torno a sus apariciones públicas, su belleza heredada o no de sus padres, sus aficiones, etc. Hay, admitámoslo, ganas de poder decir que el hijo o la hija de Angelina Jolie y Brad Pitt, la unión más estelar que ha visto el Hollywood moderno, es una promesa o una nueva estrella del cine. Sin embargo, parece que sus padres no están muy por la labor.

    Más allá de que Brad Pitt trabaje poco y esté más centrado en su rol como productor, es Angelina Jolie la que lleva años alejada y hablando no muy bien de su experiencia como actriz de Hollywood. El año pasado, de hecho, la propia Angelina Jolie decía que "hoy en día no sería actriz". Sin embargo, eso no quiere decir que a sus hijos les vaya a impedir o a desaconsejar serlo. Así explicaba para Edge su forma de afrontar el futuro, o no, de sus hijos en Hollywood: "Bueno, Brad y yo nunca quisimos que nuestros hijos fueran actores. Nunca hablamos de ello como tal, pero también queremos que estén cerca del cine y sean parte de la vida de mamá y papá, y que no se les oculte, simplemente que tengan una buena relación sana con ello."

    Brad Pitt y Angelina Jolie tienen tres hijos biológicos: Shiloh, de 18 años, y los gemelos Knox y Vivienne, de 16 años. Además, tienen tres hijos adoptivos: Maddox, de 23 años, Pax, de 21 años, y Zahara, de 19 años.

    Angelina Jolie hijos
    Monica Schipper//Getty Images

    Por ahora, curiosamente, solo la pequeña Vivienne ha debutado en la pantalla. Interpretaba a la versión más juvenil de Elle Fanning en 'Maléfica'. La razón, eso sí, es bastante sencilla. Los niños que trajeron antes lloraban desconsolados, asustados de Angelina Jolie caracterizada. Así que acabaron, tras hablarlo como pareja, usando a su pequeña. Desde luego, su madre, otra nepo baby (hija de Join Voight) tampoco se lo podría echar en cara.

    Headshot of Rafael Sánchez Casademont

    Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino.  Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación.  Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.