- 15 películas de cine negro que hay que ver una vez en la vida
- Las 50 mejores películas de los años 70, ordenadas
- Las 100 mejores películas de la historia del cine en ranking
El cine de Hollywood en los años 70 sufrió una gran sacudida con la irrupción de la actriz Faye Dunaway, quien comenzó en la industria cinematográfica haciendo gala de una intensidad demoledora. Su segundo filme, ‘Bonnie y Clyde’ (1967), de Arthur Penn, la catapultó instantáneamente a la fama, haciéndola además merecedora de su primera nominación al Oscar en la categoría de Mejor actriz principal. Su estilo interpretativo se caracterizaba por una intensidad dramática poco común en los estándares del Hollywood de las décadas de los 60 y 70, combinando la vulnerabilidad psicológica con un registro más severo en cada uno de sus personajes. Ganadora de un Oscar por ‘Network, un mundo implacable’ (1976), de Sidney Lumet, Dunaway se consolidó como una actriz compleja, reconocida tanto por su talento interpretativo como por su carácter difícil e indomable. Su enorme capacidad para transmitir emociones profundas la convirtió en una de las actrices más respetadas de su generación, lo que sin duda le hizo desafiar los convencionalismos de Hollywood.
A mediados de los 70, el director Roman Polanski la seleccionó para el rol de Evelyn Mulwray en ‘Chinatown’ (1974), considerada una obra maestra del cine negro moderno. La película sigue a Jake Gittes, interpretado por Jack Nicholson, un detective privado que investiga un aparente caso de infidelidad que lo arrastra a una compleja trama de corrupción política y manipulación inmobiliaria en Los Ángeles de los años 30. El guion de Robert Towne está considerado como uno de los mejores de toda la historia de Hollywood, motivo por el cual el filme revolucionó el género de cine negro, ofreciendo al público una mirada desgarradora sobre la corrupción institucional y personal, que además cuenta con las legendarias interpretaciones de Dunaway, Nicholson y John Huston.
Sin embargo, las tensiones en el set de rodaje de ‘Chinatown’ entre Faye Dunaway y el director Roman Polanski sobrepasaron lo imaginable. La actriz, quien durante toda su carrera ha ganado fama como una intérprete difícil, no dudó en confrontar con el director por sus métodos autoritarios y despóticos. En sus propias palabras: “Roman era un auténtico autócrata que siempre imponía las cosas, desde lo físico hasta lo mental. Era muy dominante y brusco y dejaba claro que quería manipular la interpretación. Ese enfoque nunca ha funcionado conmigo”. El carácter indomable de Dunaway chocó de manera frontal con la visión controladora de Polanski, haciendo que el set estuviese constantemente impregnado de una tensión casi insoportable durante todo el rodaje.
El productor Robert Evans se vio obligado habitualmente a mediar entre los constantes conflictos que a los que daban lugar Dunaway y Polanski. Entre algunos de los episodios más memorables se encuentran el hecho de que Polanski le arrancase un pelo de la cabeza a Dunaway, ya que según el director arruinaba el plano, lo que desató la furia incontrolable de la actriz, e incluso, en el punto más álgido de su enfrentamiento, el director se negó a permitirle un descanso a la actriz para ir al baño, lo que provocó que Dunaway, en un acto de rebeldía legendario, orinara en un vaso y se lo arrojara a la cara al director.