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Harvey Weinstein dejó una huella sucia, oscura e imborrable en el Hollywood del presente. Una grande por todos los célebres nombres, estrellas, directores y películas que toca, pero también deprimente porque sabemos que no es ni ha sido el único. Pero quizás lo más descorazonador de todo este asunto sea recordar como muchas estrellas, a las que admiramos y respetamos, callaron durante mucho más de lo que debieron callar. Ese es uno de los grandes errores o faltas que hacen torcer el gesto hacia Quentin Tarantino, uno de los cineastas más admirados, respectados y elogiados del presente, tanto a nivel personal como profesional.
Tanto Uma Thurman como Mira Sorvino, ex parejas de Tarantino, acabaron denunciado públicamente al productor. Acusaciones que años atrás ya habían confesado a su pareja/amigo y director. Él no llegó más que a pedir a Weinstein que se disculpara con ellas mientras seguía siendo su socio en alguna de sus películas. Pero el principal problema de Weinstein en las personas no tenía que ver solo con sus manos largas, sino con las acciones mafiosas y chantajistas que las acompañaban. Por eso, hoy recordamos el célebre post de Instagram, ahora borrado, en el que Uma Thurman denunció un desmesurado abuso de poder de Tarantino y Weinstein en el set de rodaje de 'Kill Bill. Volumen 2'.
"Las circunstancias de este evento fueron de negligencia hasta un punto criminal", afirmaba la actriz en su mensaje. "No creo, eso sí, que fuese con intenciones maliciosas. Quentin Tarantino, que estaba muy arrepentido y continúo lamentando el evento, me ha dado el metraje años después para que puede exponerlo y vea la luz del día, a pesar de que es un hecho por el que no será posible que se haga ya justicia. También lo ha hecho con pleno conocimiento de que podría causarle daño personal a su imagen, y estoy orgullosa de su valor para hacer lo correcto. Cómo encubrieron estos hechos fue algo imperdonable. De hecho, solo hago responsable a Lawrecen Bender, E. Bennett Walsh y al desgraciadamente célebre Harvey Weinstein. Ellos mintieron, destruyeron evidencias, y continúan mintiendo de forma permanente sobre el daño que causaron y, después, eligieron hacer como que no existió. Encubrir este accidente fue un hecho malicioso y avergonzará a los tres por toda la eternidad", sentenciaba Uma Thurman.
En el post la actriz relató unos hechos de 2003 en el set de rodaje de 'Kill Bill'. Resulta que Tarantino insistió en que fuese Uma Thurman, sin dobles, la que realizase una escena de conducción a 65 km/h por una carretera de arena. Thurman le relató a su director y amigo su miedo y pidió hacerlo con un doble, pero este se cabreó y dijo que la necesitaba a ella y a su verdadera melena. El coche no tardó en serpentear y Thurman se estrelló. El resultado, menos mal, fue simple pero doloroso, aunque sin lesiones graves. Era, evidentemente, la filmación de una escena. Uma Thurman tenía una cámara enfrente que lo filmó todo, incluso a ella tras el accidente intentando salir del coche. La actriz no tardó en pedir esas imágenes, pero Weinstein y Tarantino se las ocultaron, alegaron que se habían perdido. Temían, evidentemente, una demanda millonaria que hubiese acabado con la producción de la película o, quizás, con alguna de sus mansiones.
Además del mensaje que acompañaba al vídeo del accidente que Uma Thurman publicó en su cuenta de Instagram, la actriz relató en su entrevista con The New York Times "Quentin vino a mi camerino y no quería escucharme. Estaba furioso porque estábamos perdiendo tiempo, pero yo estaba asustada. Me dijo: 'Te prometo que el coche está bien. Es una carretera recta. Tienes que llegar a los 65 kilómetros por hora porque si no tu melena no ondeará como debe y te haré repetirlo'. Era una trampa mortal. El asiento no estaba sujeto como debía, no era una carretera recta y estaba llena de arena. Sentí un dolor abrasador y pensé que no iba a volver a caminar. Cuando salí del hospital con un collarín, mis rodillas magulladas y una contusión, quise ver el coche, estaba muy enfadada. Tuve una pelea enorme con Quentin y le acusé de haber intentado matarme. Él se enfadó muchísimo porque supongo que, comprensiblemente, no sentía que hubiese intentado algo así", afirmaba Uma Thurman sobre unos hechos que hicieron resentirse la relación entre la actriz y el director de 'Kill Bill' y 'Pulp Fiction'.
Quentin Tarantino, eso sí, lleva años entonando el mea culpa, afirmando que el accidente fue "el mayor error de su vida". De hecho, la actriz hizo el post después de que Tarantino consiguiese recuperar el metraje del accidente y entregárselo. En declaraciones para Vanity Fair, el cineasta explica lo bien que se sintió al poder disculparse con hechos: "No te lo puedo describir... Fue literalmente mi día más feliz este año cuando Shannon fue capaz de encontrar el metraje y mandármelo, y supe que se lo podía dar a Uma. Más allá de uno los mayores arrepentimientos de mi carrera, es uno de los mayores de mi vida. Me afectó a mí y a Uma por los siguientes dos o tres años. No era que no hablásemos, pero la confianza estaba rota."
Un episodio escalofriante que supone, sin duda, un punto oscuro en la carrera y la persona de Quentin Tarantino, aunque Weinstein y la ocultación del metraje siempre fue la principal denuncia de Thurman. Al menos, si algún día 'Kill Bill 3' se convierte en la décima y última película de Quentin Tarantino, sabremos que Thurman no volverá a ponerse al volante.

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.