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El actor neozelandés Russell Crowe inició su andadura en la industria cinematográfica australiana antes de dar el salto a Hollywood a mediados de los años 90. Su carrera internacional despegó con papeles en películas como ‘Rápida y mortal’ (1995), de Sam Raimi, ‘L.A. Confidential’ (1997), de Curtis Hanson, ‘El dilema’ (1999), de Michael Mann, que le valió su primera nominación al Oscar como Mejor Actor Principal, y ‘Mystery, Alaska’ (1999), de Jay Roach. En estas primeras incursiones en el cine estadounidense, Crowe demostró su capacidad para ponerse en la piel de personajes muy diferentes y proporcionarles una profundidad emocional extraordinaria.
Su carrera alcanzó la cima con la interpretación del general romano Máximo Décimo Meridio en ‘Gladiator’ (2000), de Ridley Scott. La película narra la historia de un general romano traicionado que es forzado a convertirse en gladiador, buscando venganza contra el corrupto emperador que asesinó a su familia y lo condenó a la esclavitud. Aunque el propio Crowe, famoso durante su primera etapa por ser considerado un actor difícil de dirigir, definió el guion de la película como “una basura”, su interpretación del valiente y honorable Máximo se ha convertido en un referente cultural, inmortalizando frases y momentos que han trascendido la gran pantalla para instalarse en el imaginario colectivo. Por este papel, el actor se alzó con el Oscar en la categoría de Mejor actor principal en la 73º edición de los Premios de la Academia, consolidando su posición como uno de los intérpretes más respetados de su generación.
El éxito de ‘Gladiator’ catapultó a Crowe a la primera línea de Hollywood, permitiéndole acceder a papeles protagonistas en producciones de gran envergadura, dándole la ocasión de demostrar su gran talento y su enorme versatilidad en películas como ‘Master and Commander: Al otro lado del mundo’ (2003), de Peter Weir, ‘Cinderella Man. El hombre que no se dejó tumbar’ (2005), de Ron Howard, ‘American Gangster’ (2007), de Ridley Scott, o ‘Los miserables’ (2012), de Tom Hooper, consolidando una trayectoria que lo ha situado como uno de los intérpretes más respetados del nuevo milenio, gracias a una capacidad innata para transformarse en sus personajes, dotándolos de matices únicos, que ha sido alabada tanto por la crítica como por el público.
En julio de 2022, el actor visitó El Vaticano junto a su familia y sucedió algo fascinante, a la altura del caballo de 'Gladiator' que se acordaba de Russell Crowe 10 años después: "Hola, George. ¿Sabes que ganamos el Oscar?". En El Vaticano, Russell Crowe recibió un trato excepcional, una vivencia que el actor compartió posteriormente en diferentes medios: “Estaba en la Capilla Sixtina solo, con mis hijos y mi madre, y normalmente esa es una experiencia que compartes con cientos y cientos de otros turistas. Y el joven sacerdote que nos estaba guiando me dijo: ‘Sr. Crowe, vamos a encender las luces del Papa. Habitualmente, la Capilla Sixtina solo se ilumina con la luz natural que entra por las ventanas, porque no queremos que se dañen las pinturas, pero cuando el Santo Padre viene a contemplar, encendemos el interruptor y se iluminan las luces del Papa, ¿sabes?’. Entonces presionó el interruptor y…¡Zas! La Capilla Sixtina se iluminó por completo. En ese momento pude ver los detalles, pude ver la expresión facial, quiero decir, fue simplemente asombroso, ¿sabes? Y se lo agradecí, le dije: ‘¿Por qué hiciste eso por nosotros? Fue un privilegio tan especial’, Y él dijo: ‘Máximo, eres el octavo rey de Roma’”.