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Los primeros pasos de Sylvester Stallone en Hollywood transcurrieron durante los inicios de la década de los setenta, cuando el actor trataba de hacerse hueco en la industria cinematográfica gracias a algunas pequeñas apariciones en producciones como ‘Bananas’ (1971), de Woody Allen, o ‘Adiós, muñeca’ (1975), de Dick Richards. La oportunidad definitiva llegó cuando, tras asistir a la proyección de ‘Marcado por el odio’ (1956), de Robert Wise, donde Paul Newman interpretaba al boxeador Rocky Graziano, Stallone escribió en apenas tres días el guion de ‘Rocky’ (1976), la película que se convertiría en su obra más emblemática.
El éxito de ‘Rocky’, de John G. Avildsen, catapultó a Stallone hacia el estrellato y encauzó su trayectoria en la meca del cine. Las continuaciones de la saga del boxeador de Filadelfia, junto con su interpretación de John Rambo en ‘Acorralado’ (1982), de Ted Kotcheff, así como sus secuelas, lo convirtieron en uno de los rostros más reconocibles del cine de acción. Durante los noventa, el actor mantuvo su estatus con títulos como ‘Demolition Man’ (1993), de Marco Brambilla, ‘Máximo riesgo’ (1993), de Renny Harlin, y ‘Juez Dredd’ (1995), de Danny Cannon.
En noviembre de 2023, coincidiendo con el estreno en Netflix del documental ‘Sly’ (2023) de Thom Zimny, Stallone participó en el programa de YouTube ‘Unwaxed Podcast’, presentado por sus propias hijas, Sophia y Sistine. Durante la conversación, el actor reveló las traumáticas palabras que su madre le dirigió durante su juventud: “Mi madre solía decir: ‘La única razón por la que estás vivo es porque la percha no funcionó. O porque rebotar por las escaleras no hizo que te perdiera [en alusión a un intento fallido de aborto]. Si realmente hubiera habido algo mal en tu cerebro, definitivamente habría abierto la ventana, te habría puesto en el alféizar y habría dejado que te congelases, porque te estaría haciendo un favor’", recordaba Stallone, que apuntaba: "¿Sabes? Tu cerebro es demasiado joven para procesarlo. Casi pensé que estaba bromeando cuando me lo dijo”.
Jackie Stallone, madre del actor, fue pionera en la televisión estadounidense como primera mujer en dirigir un programa de ejercicios aeróbicos. Su propia infancia estuvo marcada por experiencias traumáticas, incluyendo episodios de abuso que sufrió en el internado donde fue recluida debido a la conflictiva relación que mantenía con su madrastra. Su vida profesional abarcó diversas facetas: desde trapecista de circo y cantante de cabarets hasta empresaria de peluquería y cosméticos. En los noventa alcanzó notoriedad como comentarista en un programa de lucha libre femenina y por la creación de una línea telefónica de consultas astrológicas en la que leía el futuro a sus participantes. Las dificultades que enfrentó durante la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, junto con otros eventos traumáticos, forjaron en ella un distanciamiento emocional hacia sus hijos que se manifestó en declaraciones tan hirientes como las que dirigió a su propio hijo, Sylvester Stallone.
