En términos estelares es difícil caer en hablar de físicos. Al fin y al cabo, es complicado escribir sobre Brad Pitt o Angelina Jolie ciñéndose únicamente a su filmografía, y no incidiendo en el peso popular y cultural que ha tenido su atractivo. Que esto sea una bendición o una maldición es algo que dejaremos para otro momento. Pero lo cierto es que es difícil no hablar de Robert Redford sin pensar en Paul Newman, y no solo por que ambos compartieran pantalla en dos de las mejores películas de su época como fueron 'Dos hombres y un destino' o 'El golpe', si no porque uno surge frente al otro en toda discusión de persona de cierta edad para recordar quién era el más guapo de Hollywood.

robert redford paul newman dos hombres y un destino
Getty Images

Redford siempre será ese hombre de facciones tan perfectas como su tupé rubio. Y lo será siempre porque, al igual que su amigo Newman, los años no hicieron mella en su atractivo. Pero, superando todo eso, quedándonos con más allá del peso que ha tenido Redford como estrella, como guapo, de un Hollywood a caballo entre lo clásico y lo presente, hemos de recordar que la historia del cine no podría olvidarlo aunque no se hubiese puesto nunca frente a una cámara.

Y sí, podríamos hablar aquí de su papel como director en películas tan notables como 'Gente corriente' (1980), 'Un lugar llamado milagro' (1988), 'El río de la vida' (1992) o 'El hombre que susurraba a los caballos' (1998). Pero no, esta vez nos referimos a como una estrella de Hollywood tan asentado le dio un empujón sideral al circuito indie norteamericano con la creación del Festival de Sundance. Redford brilló como estrella pero también le dio su lugar a un cine alejado de los circuitos que él tanto dominaba y que, desde entonces, ha sido una catapulta ilimitada de talento sin la que, probablemente, el cine americano no gozaría de la salud que sigue exhibiendo a día de hoy.

robert redford joven
Art Zelin//Getty Images

Sin embargo, por mucho que le debamos a Redford como hombre del cine, nos da pena descubrir que su vida personal ha estado llena de tragedias. Concretamente la más temida por cualquier padre, y que a él le golpeó dos veces. En 2020 informábamos de que su hijo, el también cineasta James Redford, fallecía a los 58 años. Esto dijo Cindi Berger, publicista de la familia, en nombre de Redford: "El dolor es inconmensurable tras la pérdida de un hijo. «Jamie era un hijo, esposo y padre cariñoso. Su legado perdura a través de sus hijos, su arte, su cine y su pasión por la conservación y el medio ambiente. Robert Redford está de luto con su familia en estos momentos difíciles y pide privacidad."

robert redford hijo james redford
Getty Images
Robert Redford, junto a su hijo James, en 2003.

Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando hemos descubierto que no era la primera vez que Redford conocía este dolor. Le ocurrió nada menos que en 1959, y con solo 5 meses de edad debido al temido Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Una muerte sin razón aparente alguna, que sobrevuela cual sombra los primeros meses de vida de todo bebé: "Fue muy duro. Éramos muy jóvenes. Tuve mi primer trabajo en el teatro, donde no pagaban mucho. No sabíamos nada sobre el SMSL, así que lo único que piensas es que has hecho algo mal. Como padre, tiendes a culparte. Eso crea una cicatriz que probablemente nunca sane del todo."

Redford anunció su retiro definitivo del cine en 2018 con la notable 'The Old Mand & the Gun', pero todavía no perdemos la esperanza de que falte a su palabra.

Headshot of Rafael Sánchez Casademont

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino.  Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación.  Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.