Sueño y silencio es el nombre de la nueva película de Jaime Rosales, ganador del Goya a la Mejor dirección en 2007 por La soledad. Rosales ha presentado este trabajo en Cannes, concretamente en la sección paralela Quincena de Realizadores. El filme cuenta la historia de un matrimonio español residente en Francia: Yolanda, una profesora, y Oriol, un arquitecto. Viven junto a sus dos hijas hasta que un accidente trastoca la tranquilidad de sus vidas. “‘Sueño y silencio’ tiene que ver con la dimensión espiritual del ser humano", ha explicado Rosales, que ha tratado de captarla mediante la cotidianeidad y la familia como elementos principales. A través de la tragedia, los padres descubrirán el valor de la vida.

Improvisación, espontaneidad, veracidad era lo que Rosales buscaba en sus intérpretes, un equipo de actores amateurs a los que apenas contaba nada de la historia durante el rodaje. "Para mí es fundamental el 'casting' y las localizaciones, elegir el espacio y elegir a las personas", ha dicho el director; "buscaba personas que, aparte de una cierta facilidad para interpretar y para improvisar, una facilidad natural, también tuvieran una personalidad". Así, Rosales quiere que los personajes se desarrollen delante de la cámara. "Es sorprendente luego lo que te dan, los diálogos surgiendo de ellos son extraordinarios, mucho más ricos", indica.

El filme está rodado en blanco y negro por decisión del director, que quiere imprimir así “materialidad a la imagen”, aunque cuenta también con dos escenas en color con Miquel Barceló como eje principal, al que se muestra pintando en acuarela.

"Saldremos con una quincena de copias en España”, ha adelantado Rosales, sobre el estreno del filme el próximo 8 de junio, “y estoy encantado. Si la van a ver 50.000 espectadores me parece un regalo, si la van a ver 100.000 me parece increíble y si son más ya ni te cuento, pero si son menos me parece que tampoco es una tragedia".

Para Rosales, cine de autor y cine comercial no son conceptos que estén necesariamente reñidos, aunque él prefiera decantarse por la primera opción, tal y como explica: “Hay películas dentro del esquema comercial que son muy muy buenas y muy difíciles de hacer y otras muy muy malas. Y lo mismo pasa con el cine de autor. Lo que me interesa es el buen cine".