1. 'Unimachy Diary', de Hirokazu Kore-Eda. Venerado por films mayúsculos como 'Nadie sabe' (2004) o 'Still Walking' (2008), el maestro nipón sorprendió con la adaptación de un manga protagonizado por cuatro hermanas que oposita a 'Mujercitas' en versión ojos rasgados. Aunque la sabiduría sigue presente tras la cámara, quedó la impresión de que Kore-Eda se nos estaba reblandeciendo demasiado, rayando en lo cursi. La familia, la comida y las tradiciones ancestrales, todos los tópicos del cine japonés siguen presentes, aunque sin una reformulación particularmente excitante. Le pusimos 6/10.

2. 'Mia madre', de Nanni Moretti. Suena como favorita a la Palma de Oro entre la crítica más veterana, aunque no sería nuestra candidata ideal. Moretti narra con aparente desenvoltura y probada eficacia las múltiples crisis a las que se enfrenta la protagonista, Margherita Buy: su hija crece, su madre se muere y, además, está rodando una película con una estrella internacional un tanto insoportable (John Turturro). La película emociona cuando tiene que emocionar, y te ríes cuando quiere que te rías. Pero Moretti ya obtuvo Palma de Oro por la superior 'La habitación del hijo' (2001), y hay películas muchísimo más valiosas, innovadoras y propias de su tiempo en la competición. 7/10.

3. 'Mon roi', de Maïween. Ya nos pareció un escándalo que Maïween participara en la competición hace unos años con la insufrible 'Polisse' (2011), una imitación del 'Police' de Pialat que se queda en 'Betty La fea' cruzado con algún episodio especialmente poco memorable de 'El comisario'. Pues bien, esta es todavía peor, haciendo ya muy evidentes los secretos e inquietantes lazos con la organización del festival de esta actriz metida a directora que no merece jugar en la liga de los más grandes. Otra muestra de esos lazos tan oscuros como inquietantes fue la no menos descartable película inaugural: 'La tête haute', dirigida por Emmanuelle Bercot, que protagoniza 'Mon roi' junto a un Vincent Cassel metido a maltratador psicológico. Todo el mundo, jóvenes y veteranos, echaba pestes. Tanto de la una como de la otra. 2/10.

4. 'Louder than bombs', de Joachim Trier. Si bien su 'Oslo, 31 de agosto' tiene sus fans, el salto inglés del noruego resulta completamente indefendible. Isabelle Huppert es una fotógrafa de guerra que recuerda a la Juliette Binoche de la no menos prescindible 'Mil veces buenas noches'. La fotógrafa se muere en un misterioso accidente de coche. Gabriel Byrne ejerce de viudo compungido que lidia con sus dos hijos en un drama previsible, torpe, aparatoso, arbitraria y con ínfulas que, desde luego, no pasará a la historia. Y Jesse Eisenberg luce un peinado imposible. 3/10.

5. 'La loi du marché', de Stéphane Brizé. Da la impresión de ser un paseo turístico por el lado chungo de la vida: las dificultades de la clase trabajadora vistas de lejos. Los largos planos con diálogo que retratan las entrevistas de trabajo de Vincent Lindon, que encarna a una paradigmática víctima de la crisis, nos parecieron demasiado impostados, como pensados para tratar de legitimizar una propuesta que se presiente como deshonesta por seguir al pie de la letra el libro de estilo del cine social. 4/10

6. 'Marguerite et Julien', de Valérie Donzelli. A pesar del precedente de la épica 'Declaración de guerra', de que aquí suenan dos de nuestras canciones favoritas de todos los tiempos ('Past, Present & Future', de las Shangri-Las, y 'Midnight Summer Dream', de los Stranglers) y de simpáticas presencias colaterales, como Esther Garrel y Serge Bozon, esta fábula atemporal basada en hechos reales sobre dos hermanos incestuosos (de nuevo Jérémie Elkaïm, y Anaïs Demoustier, la protagonista de 'Bird People', vista aquí el año pasado), que se aman y se desean en contra de todo y de todos, nos pareció particularmente indigesta. 4/10.

7. 'Mountains may depart', de Jia Zhank-ke. El chino, que a principio de semana fue homenajeado en la Quincena de los Realizadores, firma una locura que arranca y se cierra con una coreografía del 'Go West', de los Pet Shop Boys, como metáfora obvia de ese proceso de occidentalización que Zhang-ke viene retratando desde sus inicios, y que aquí se divide en tres tiempos: 1990, la actualidad y un futuro inminente. Olviden cualquier sutileza, esto es una fiesta. Fresca, desenfrenada, desacomplejada y enloquecida. Su mejor película desde la insuperable 'The World'. 9/10.

8. 'The Assassin', de Hou Hsiao-hsien. El taiwanés, uno de los nombres propios más venerados por la cinefilia internacional, impactó con una reinvención postmoderna del wuxia, que arranca con un prólogo en blanco y negro bressoniano y se reinventa constantemente a lo largo del metraje, con cambios de formato y un preciosismo exacerbado en los decorados, las vestimentas y los planos, que dejó a la platea, o por lo menos a buena parte de ella, sin respiración. Una auténtica obra maestra. Indiscutible 10/10.

9. 'Valley of Love', de Guillaume Nicloux. El director de 'El secuestro de Michel Houellebecq' compite por la Palma de Oro con una propuesta singular: Gérard Depardieu e Isabelle Huppert son una pareja divorciada que se reúne en el Valle de la Muerte a petición del fallecido hijo de ambos, que les ha escrito desde el Más Allá. La mayoría de la crítica no comulgó, aunque este cronista se emocionó con Depardieu, que lo da todo en un íntimo diálogo con el director, que le observa al otro lado de la cámara. Ambos se llevaron sus dramas particulares al desierto: Depardieu, el recuerdo de su hijo, Guillaume Depardieu, y Guillaume Nicloux, el de su fallecido padre, a quien dedica el film. Huppert, eso sí, se queda un poco fuera. Hace su numerito, pero no acaba de implicarse del todo en tan extraña función. 7/10.

10. 'Dheepan', de Jacques Audiard. El director de la extraordinaria 'Un Profeta' (2009) ha recuperado la buena forma, tras el relativo traspiés de 'De óxido y hueso' (2012), con la historia de este soldado de Sri Lanka que emigra a Francia con una mujer y una niña que hace pasar por su esposa e hija (cosas del tráfico humano). La extrema violencia que ha dejado atrás le seguirá hasta una banlieue tomada por una banda de traficantes de drogas. Audiard ha sabido construir unos personajes que escapan a los tópicos extraplanos del cine de emigrantes que se suele ver en festivales. Tanto Dheepan, el nombre falso que adopta el protagonista, como su mujer se presentan como personajes complejos, cuya relación, no menos compleja, evoluciona de forma tortuosa hasta llegar a un neblinoso climax final. Un estupendo polar con emigrante que destaca muy por encima de la selección francesa de esta edición. Bastante palmable. 8,5/10.

11. 'Chronic', de Michel Franco. Tim Roth presidió el jurado de Un Certain Regard cuando Michel Franco se llevó el premio gordo con 'Después de Lucía' (2012), y ha acabado haciendo una película con él, donde ejerce de cuidador de enfermos terminales, un tema perfecto como metáfora del estado anímico de la prensa en la penúltima jornada del festival. Aunque Franco es hábil en el dibujo del carácter de su protagonista, un aplicado Tim Roth, cuya atormentada personalidad se va revelando a pequeñas dosis, el conjunto no deja de tener un cierto tufo académico y un final tan abrupto que indica que el mexicano no sabía cómo acabar la película. 'Después de Lucía' era mucho más fresca y contundente, amén de que contaba con la complicidad del espectador en la puesta en escena de una violencia tan lúdica como estomagante. 6,5/10.

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