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No todo cabe en los libros de Historia. Siempre hay un filtro, una selección, una perspectiva. En el cine, como en tantas otras áreas, el canon que compartimos —un conjunto de películas, movimientos y autores de referencia a través de los cuales entendemos la historia del séptimo arte— se ha ido construyendo de forma imperfecta y sesgada, como quiere dejar constancia una nueva sección del Festival de Cine Europeo de Sevilla. La idea no es olvidar todo lo que sabemos de la historia del cine, sino incorporar aquellas voces igualmente relevantes, revolucionarias y valiosas que los historiadores y críticos dejaron de lado.
Es precisamente ese trabajo de reescritura del canon el que nos ha permitido recuperar a figuras fundamentales como Alice Guy-Blaché, pionera del cine y toda una rara avis en los años del cine mudo. También nos ha permitido colocar a Agnès Varda en el lugar que le corresponde como líder de la Nouvelle Vague: su brillante debut, 'La pointe-courte' (1955), avanzó las revoluciones del movimientos francés un lustro antes que Godard, Truffaut y compañía. Ese proceso necesario nos ha contado historias como la de Polly Platt, una fuerza creativa a la sombra de Peter Bogdanovich, y también de Kinuyo Tanaka, la musa de Kenji Mizoguchi que acabó convirtiéndose en una directora de pleno derecho —con obras maestras como 'Pechos eternos'—, aunque esa faceta de su carrera haya sido obviada.
Esta es una tarea a la que están ayudando historiadores como Mark Cousins, que en 2019 presentó en Sevilla su documental de catorce horas de duración 'Women Make Film', poniendo en valor cientos de películas dirigidas por mujeres. Y con su icónico 'The Story Of Film' ya arrojó luz sobre numerosos filmes desconocidos llegados de todas partes del mundo, y que fue clave para la formación de toda una generación de cinéfilos. Además, este año añadirá un capítulo más —'The Story of Film: A New Generation'— que de nuevo podrá verse en Sevilla, un festival que sigue demostrando su total compromiso con la reconstrucción de un pasado fílmico aún incompleto.
Por eso, el certamen andaluz ha inaugurado en 2021 una nueva sección, bautizada como 'Hacia otra historia del cine europeo'. ¿Su objetivo? Recuperar obras europeas silenciadas, inéditas y olvidadas que nos ayudan a construir una mejor imagen de nuestro pasado y, sobre todo, de nuestro legado cinematográfico. Los ocho títulos que conforman la sección son grandes ejemplos del tipo de películas, artistas y temáticas que han quedado enterradas bajo el peso de la historia común, con una especial atención a las pioneras del feminismo y propuestas revolucionarias de los años 60. Es una misión que no han emprendido solos: cuentan con el incansable trabajo de instituciones como Arte France, Norwegian Film Institute o la Greek Film Center, entre otras, que conservan el archivo fílmico del continente. No solo para que no se pierda en el olvido, claro, sino también para que pueda visualizarse hoy en las mejores condiciones posibles.
Las películas restauradas y rescatadas que pueden verse este año en Sevilla dan fe de cuál es el espíritu de esta iniciativa. Ahí está por ejemplo 'We have many names' (1976), dirigida por Mai Zetterling. La directora sueca empezó como actriz, pero pronto se hartó de la clase de roles femeninos que le ofrecían. Y menos mal, porque ponerse detrás de las cámaras la demostró como una autora fascinante. En 1964 aterrizó en el Festival de Cannes con su ópera prima, 'Los enamorados (Loving Couples)', que fue censurada por su contenido altamente sexual y su representación de otras orientaciones sexuales. Eran unos años de revitalización del cine europeo, que seguía la estela de la Nouvelle Vague, y el debut de Zetterling no pasó desapercibido. Tampoco lo harían sus obras posteriores hasta llegar al filme de 1976, donde plasma la particular visión de la identidad femenina en el Año Internacional de la Mujer de la Unesco en 1975. Los temas aquí son los que fueron recurrentes en toda su carrera: la independencia de las mujeres, los derechos reproductivos como el aborto y seguir ampliando los límites de la sexualidad.
Una década antes del filme de Zetterling llegó el accidentado no-estreno de 'The Tied Up Balloon' (1967) de Binka Zhelyazkova, la primera mujer que dirigió un largometraje en la historia de Bulgaria. En parte por esa ruptura de un techo de cristal hasta ese momento infranqueable y también por el contenido de la película en cuestión, las autoridades búlgaras retiraron la película del Festival de Venecia y la sacaron de circulación. A Zhelyazkova la mantuvieron apartada de la dirección hasta 1972. El alboroto fue a causa de una sátira de tintes surrealistas que denunciaba el totalitarismo de su país a través de la historia real de los habitantes de una aldea que intentan librarse de un globo de bombardeo del ejército que se ha quedado varado en su tierra. La cineasta trabajó con los códigos del realismo mágico para cuestionar ideas como la vigilancia, el control y la libertad, y también criticar una masculinidad hegemónica imperante en la época.
Si hablamos de pioneras del feminismo fílmico no deberíamos olvidar a Anja Breien y su película 'Wives' (1975), que, dicen desde el festival, es la película más analizada de la historia de Noruega y que surgió como respuesta al 'Husbands' de Cassavetes. El filme sigue a tres antiguas compañeras de clase —Anne Marie Otterson, Froydis Armand y Katja Medboe—, que se encuentran en una reunión del colegio ya como treintañeras. El evento llevará a una noche de borrachera a través de la ciudad de Oslo en la que buscarán huir de sus responsabilidades y retrasar su retorno al hogar junto a sus maridos e hijos. Durante una noche no existen los llantos, los pañales, las exigencias, la presión del trabajo o los dramas familiares. Solo existen ellas hablando de todo y de todos en bares, saunas y lavabos, y sus conversaciones vistas en la gran pantalla fueron revolucionarias en aquel 1975, en la década de la Segunda Ola del Feminismo. Además, el crítico Peter Cowie describió a Breien como pionera del Dogma 95, adelantándose en su estilo al movimiento que liderarían Lars von Trier y Thomas Vinterberg.
Mientras 'Wives' exhibe sus revoluciones desde las relaciones personales y la amistad femenina, en la alemana 'Blind Spot' (1981) hay una directa e imperdible ruta hacia el feminismo. Y es que su protagonista no se toma un descanso de sus responsabilidades: las tira por la ventana. El primer largometraje de ficción de la alemana Claudia von Alemann sigue a una joven historiadora, casada y con una hija, que deja a su familia para ir tras las huellas de la activista y pionera del feminismo Flora Tristan. Su viaje tiene una vocación tan individual como colectiva, un autodescubrimiento personal y político, y ofrece una mirada a este icono que recorrió las regiones industriales de Francia luchando por la emancipación de la mujer con un feminismo con conciencia de clase.
La sección 'Hacia otra historia del cine europeo' se completa con otras películas igualmente valiosas como la española '¡Centinela, alerta!' (1937), hecha a cuatro manos entre Luis Buñuel y Jean Gremillon durante los años de la República adaptando una zarzuela de Carlos Arniches, 'Muhammad Ali The Greatest' (1974), en el que William Klein se adentra en el entorno del boxeador en las semanas más críticas de su carrera, 'Evdokia' (1971), la obra maestra de Alexis Damianos elegida como la mejor película griega de todos los tiempos, y 'El Destino (Al-Massir)' (1997), una coproducción franco-egipcia de Youssef Chahine que podemos considerar la gran obra maestra cinematográfica sobre Al-Andalus.
Estas ocho películas han salido por fin del anonimato, y el Festival de Sevilla planea repetir cada año esta misma propuesta con nuevos títulos que reivindicar. Es una tarea importante y necesaria, hasta valiente, que nos permite mirar al pasado y preguntarnos si nuestras ideas preestablecidas sobre el cine europeo son correctas. Si, quizás, no hemos obtenido la imagen completa. Si, quizás, no hemos escuchado la bellísima diversidad de voces y temáticas que tiene que ofrecernos. El revisionismo entendido como una guerra contra el olvido.

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.
En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.
Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.