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En el cine, a veces, parece que la vida termina al pasar los 30, y que los romances más apasionados solo están reservados para la juventud. La británica Clio Barnard se cuestiona esta idea en su nueva película, 'Ali & Ava', una comedia romántica protagonizada por dos personas que buscan una segunda oportunidad en la vida, que quieren cicatrizar de una vez las heridas abiertas del pasado. Barnard no solo nos muestra una preciosa y encantadora historia de amor, en la que es la película más ligera y accesible de su trayectoria tras las cámaras, sino que también reivindica, de fondo, un retrato más honesto de las clases trabajadoras del norte de Inglaterra.
Conocemos a Ava (Claire Rushbrook), una profesora auxiliar en una escuela primaria que lidia con las vidas problemáticas de sus hijos adultos (ya sea porque sus vidas están marcadas por la enfermedad o por asuntos no resueltos con el historial familiar) mientras intenta encontrar un espacio de felicidad solamente para ella. Un día se cruza en su camino Ali (Adeel Akhtar), un casero de mediana edad apasionado por la música (excepto el folk), que deja en la escuela donde trabaja Ava a la hija de uno de sus inquilinos, con los que tiene muy buena relación. Entre ambos hay una conexión instantánea, aunque arrastran conflictos pasados y presentes que serán un obstáculo para su incipiente relación. Para ella, es la sombra de un matrimonio infeliz que la sigue persiguiendo desde la tumba. Para él, es la actual descomposición de su matrimonio. Para los dos, la soledad es la gran enemiga. Y parece que están dispuestos a combatirla juntos.
Barnard se aleja aquí de sus propuestas más radicales, aunque conserva su interés por el retrato de las clases trabajadoras de Inglaterra (concretamente, del distrito de Yorkshire) que ya exhibió en su ópera prima y también su obra maestra, 'The Arbor' (2010). Aquella película proponía un atrevido documental sobre la vida de la dramaturga Andrea Dunbar, construido a través de los testimonios reales obtenidos en entrevistas y representados, sin embargo, por actores que movían los labios al son de esas grabaciones. En 'Ali & Ava', estas revoluciones formales y de planteamiento se dejan a un lado para apostar por una mezcla de comedia romántica y realismo social que se antoja mucho más accesible que sus trabajos anteriores, y que ofrece un mensaje de esperanza, entendimiento y romanticismo tardío que resulta fresco y encantador.
A pesar del clasicismo de su puesta en escena, 'Ali & Ava' está llena de revoluciones. La directora no se deja llevar demasiado por los clichés de las historias de amor y el cine social (solo un poco en contadas ocasiones), y busca crear personajes con autenticidad, con aristas y complejidades. Eso mismo es lo que hace con su retrato de la ciudad de Bradford, donde sucede la historia, que observamos en planos generales que acentúan las columnas de humo de las fábricas a lo lejos y las casas típicas de ladrillos rojos en las zonas residenciales. Barnard huye de los estereotipos habitualmente reservados para la clase trabajadora inglesa, y mira más allá de la violencia, la delincuencia y la pobreza. Gran parte de la película se ambienta en el barrio de Holme Wood (donde vive Ava), considerado uno de los más peligrosos de la ciudad, donde los taxis y los buses se niegan a ir por miedo a que les lluevan piedras por parte de los niños rebeldes que ocupan las calles.
Esa realidad, que da para titulares sensacionalistas en la arraigada prensa amarillista británica, se traslada al filme en una escena muy curiosa: cuando Ali lleva en coche a Ava a su casa, ambos sufren una de esas lluvias de piedras de las que tanto advierte la prensa, pero lo que hace Ali es poner en la radio una de las canciones más populares del momento y el momento de violencia se convierte en un momento de fiesta, baile e incluso paseíto en coche con una decena de niños cantando a todo pulmón. Es un buen ejemplo, pero no el único, de cómo Barnard quiere mirar más allá de las preconcepciones dañinas sobre la tan denostada 'working class' del norte del Reino Unido. Y dar un poco de alegría y comedia donde otros cineastas antes solo han visto material para el drama.
La música es precisamente una de las claves más importantes de la película. Es así como conectan los dos personajes protagonistas: siendo totalmente opuestos en sus gustos musicales. A Ava le va el folk y el country. Ali es más rock, rap o tecno. Será fundamental en el desarrollo de su relación que sus gustos musicales vayan acercándose, demostrando que parte del mensaje de la película reside en la capacidad de los seres humanos para entendernos en nuestras diferencias, para acercar posturas y abandonar las posiciones obtusas. Y aún cuando Ali afirma tajantemente que odia el folk, en cuestión de días estará sacando canciones de Bob Dylan con su ukelele en el sótano de casa. La vida es un proceso de aprendizaje en el que debemos estar abiertos y dispuestos, de vez en cuando, a cambiar de opinión.

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.
En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.
Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.