Dirección: Alfonso Sánchez. Intérpretes: Alberto López, Alfonso Sánchez, Carlos Olalla, Carlos Urban
De qué va. El Cabesa y el Culebra dan paso a Rafi y Fali, dos sinvergüenzas que viven sin dar palo al agua y pretenden ganar dinero a través de chanchullos varios. Mientras Fali se ha casado con una joven de la alta sociedad sevillana, Rafi intenta por todos los medios encontrar una manera de dar el pelotazo. Por supuesto, todo les saldrá mal.
Y qué tal. Han pasado siete años desde que El Cabesa y El Culebra entraran en nuestras vidas a golpe de capirote y lanzallamas verborreico con 'El mundo es nuestro'. Ellos se adelantaron al boom de la comedia costumbrista y regionalista que popularizó 'Ocho apellidos vascos', aunque también participaron de su éxito encarnando la versión esquematizada de sus personajes.
Ahora los “compadres” vuelven a reivindicar el lugar que les pertenece en el seno del esperpento zafio utilizando los estereotipos patrios para extraer de ellos algunas reflexiones sobre la realidad en nuestro país mientras comen pescaíto frito y se regodean su vulgaridad. Alfonso Sánchez y Alberto López saben cómo sacar partido a sus personajes: son los “dos tontos muy tontos” del cine español y dentro de esa idiocia que incluye todos los valores retrógrados que uno puede imaginar, su intención es lanzar dardos envenenados por medio de su visión deformadora de la crítica política y social. En ese sentido, en 'El mundo es suyo' el dúo vuelve a repetir la jugada, pero con mayores medios y presupuesto. Puede que algunos piensen que se han vendido ante aquello que precisamente criticaban en su ópera prima, pero sin embargo su voluntad continúa siendo de lo más destroyer a la hora de acercarse a algunos temas de actualidad como son la corrupción, las drogas, el feminismo o la cultura del pelotazo. Y quizás lo más asombroso sea su capacidad para meterse en todos estos fregaos sin salir escaldados en el intento. El único peligro que corren es que su caricatura no sea lo suficientemente afilada como para convertir su universo grotesco de comportamientos reprobables en auténtica arma subversiva. Los compadres no llegan a eso, incluso apelan a ciertas dosis de moralina como escudo justificante. 'El mundo es suyo' se queda así en una retozona aventura por los bajos fondos y las altas cunas de la sociedad sevillana para ponerlo todo patas arriba y certificar que también hay que tener arte para tirar de topicazos.
Lo mejor: Su desvergüenza.
Lo peor: Que se pueda ver como una oda al catetismo.