Víctor Elías (Madrid, 1991) fue uno de los actores de 'Los Serrano' que participó en la serie de principio a fin. Ni se murió en un sueño de Resines, ni se fugó con su hermanastra, ni nada por el estilo, pese a que su padre en la ficción le amenazara constantemente con arrearle con una escobilla de váter. Desde aquel lejano 22 de abril de 2003 en el que Telecinco emitió el primer episodio de la serie, Víctor Elías ha crecido mucho. Aunque ahora está más centrado en la música, componiendo con su inseparable piano y ejerciendo también de director musical, sigue en activo como actor. Tras haberle visto en series como 'Servir y proteger' (2018) y con una fructífera carrera sobre las tablas con obras como 'La llamada' –de cuya película homónima también formó parte en 2017–, Víctor Elías regresa al cine por todo lo alto.

El actor presenta en el Festival de Málaga 'Un año y un día', película escrita y dirigida por Alejandro San Martín con un reparto encabezado por Luis Fernández, Nicole Wallace y Nadia de Santiago. Un proyecto con el que regresa a la interpretación después de un tiempo dedicado casi exclusivamente a sus proyectos musicales. Entre ellos, su álbum de 2024, 'Yo sostenido'. Un título que también da nombre a su propia función de teatro, actualmente de gira y que dirige su compañero en 'Los Serrano', Fran Perea. En ella, al igual que en su libro 'Yo sostenido: Historia de un juguete casi roto', el actor cuenta episodios tan personales y difíciles en su vida como el alcoholismo de sus padres o su propia adicción a las drogas poco después de su aparición en ‘Los Serrano’. Aprovechando su paso por Málaga en el estreno de 'Un año y un día', hablamos con Víctor Elías sobre todos los sueños, decepciones y regalos que a veces nos da la vida.

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Globomedia

Uno más uno son siete

"Lo recuerdo como algo muy bonito, de lo que estoy muy agradecido", responde Elías cuando le preguntamos sobre su etapa como Guille en 'Los Serrano'. "Lo recuerdo también como una carrera universitaria, porque al final estuvimos 5 años en una serie donde tuvimos la oportunidad de poder aprender de muchas profesiones y de compañeros actores muy buenos que todos te iban dando todos los días te daban un tip distinto. Era como estar en un máster constante y y eso es un regalo".

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Joaquín Calle

Ahora que se cumplen 20 años del boom de Santa Justa Klan, aquella banda surgida de la serie y forjadora de éxitos como 'A toda mecha', el músico y actor recuerda que "en el segundo disco conseguí componer una canción. Ya tocaba un poco el piano y pedí que me dejaran tocarlo en directo. Era muy pesado [ríe]. Hicimos unos conciertos muy específicos, que también nos permitió hacer conciertos más multitudinarios y fue una maravilla. ¿Cómo puede ser que haya tenido esta suerte?"

Sobre si mantiene la amistad con sus compañeros de familia, Elías lo deja claro: "Nos llevamos todos, por suerte. Mantenemos esa parte de de familia que generamos ahí durante tanto tiempo y a veces nos vemos, aunque menos de lo que nos gustaría. Menos con Fran, que sí que estoy todo el día codo con codo. Sabemos que si se levanta el teléfono estamos ahí. Fran Perea es ese hermano mayor que pedí cuando era pequeño y que me trajeron más tarde".

La necesidad de contar (y normalizar)

"Nunca fui un juguete roto después de 'Los Serrano' porque, por suerte, decidí dedicarme a otra cosa. No me he sentido ese juguete roto en el que a veces parece que te conviertes por no seguir saliendo en la tele", confiesa Víctor Elías a propósito del título de su libro 'Yo sostenido: Historia de un juguete casi roto'. "Evidentemente, el ser Guille de los Serrano es algo que te acompaña, pero de una manera bonita y familiar. La gente te recuerda con cariño y también te ayuda a poder abrir otras puertas y poder tocar en otros sitios".

Todo empezó con la función de teatro. En 'Yo sostenido', la obra con la que continúa de gira hablando del miedo y de la valentía que hay que tener para superarlos, "tenía la necesidad de contar que no por salir en la tele todo te va bien todo el rato. Y no quería contarlo insinuando que mis problemas han sido los más graves, porque no, por desgracia son los que tenemos mucha gente. Lo cuento desde el lugar agradecido y afortunado de que tenía 'Los Serrano' mientras vivía lo que me estaba pasando. Después de la función llegó Planeta para ofrecerme escribir un libro, que fue un tren que no me esperaba. Y decidimos hacerlo".

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Teatros Luchana

"Con el libro tuve muchos miedos", continúa Elías, "porque no sabes cómo van a reaccionar, y no quería ser deshonesto. Por ejemplo, sin el capítulo de la adicción es exactamente el mismo libro, pero si no lo contaba, me parecía que estaba siendo deshonesto conmigo y con quien lo leyera. Y he tenido la misma suerte de que justo después, por casualidades de la vida, ha salido Eduard Fernández, por ejemplo, hablando de un problema que es muy grave, más allá de la propia salud mental. Mi cabeza pensaba que todo iba a cambiar y la suerte es que nada cambia, que se está normalizando y que la única forma de hacerlo es diciéndolo. Al final, el sentimiento que tengo hoy es liberador al 100%. Porque es como: 'Ya está'. Estos somos y y esta es la vida. No hay más".

Un regreso muy cómodo

"Yo creo que fue un engaño", ríe Víctor Elías cuando le preguntamos por cómo surgió su incorporación a la película 'Un año y un día', presentada en el Festival de Málaga. "Alejandro [San Martín] contactó conmigo y con mi socio, Alejandro Vaquero, para hacer la música. Y cuando empezamos a coger un poco de confianza, Alejandro me dijo: "Oye, hay un papel, el de Diego... ¿Por qué no lo haces tú?". Él ya lo tenía en mente desde hacía tiempo, pero claro, por lo que me conoce y por mi trayectoria sabía que era más importante que dijera que sí a la música. Por eso hicimos eso primero y después ya fue lo del papel, con un poquito de confianza. La verdad es que llevaba mucho tiempo sin volver a la interpretación y lo pasé muy bien con un equipo maravilloso. Ha sido una vuelta cómoda".

Aunque en 2023 arrancó la función de teatro 'Yo sostenido', Elías llevaba tiempo alejado de los focos y pegado a su piano, una pasión que comparte con su actual pareja, Ana Guerra. "Esto de actuar creo que es un poco como montar en bici, ¿no? Al principio te ves un poco cortado pero luego vuelves otra vez a retomar un poco las ganas y el gusanillo. Y ahí estoy ahora. Es verdad que mi vida sigue siendo la música, lo que me da de comer. Con la función también he conseguido encontrar un equilibrio del que me siento muy afortunado, porque antes era actor y mi hobby era la música. Ahora he conseguido ser músico y que mi hobby sea la actuación. Eso es una maravilla".

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Con Un Pack

"A veces buscamos más hacer lo que esperan de nosotros que lo que queremos nosotros mismos", continúa el actor. "Lo bueno que tiene esta peli es que es una oda a los sueños, a la lucha. De repente puedes luchar a muerte por algo y puede salir pero hay otras veces que se nos van truncando los sueños. Hay mucha gente que dice: "Me encantaría tocar el piano, pero ya con la edad que tengo..." Yo les digo: "No, no, dale, es que se puede". Eso es algo de lo que hablo mucho en mi función y en mi libro, porque ha sido lo que me ha salvado y por lo que hoy soy tan afortunado de poder decir que me dedico a ello. Creo que lo maravilloso de esto es que tenemos mucho tiempo para cambiar las cosas todo el rato".

La música como un salvavidas

¿Qué tiene la música que no dé la interpretación? "Lo bonito que tiene la música es que al final engrana todas las historias", responde Elías. "El personaje solo engrana la suya, ¿no? Pueden tener en común el hecho de tener la visión completa de la película desde que arranca hasta que finaliza. En el caso de la música, es más un 360, porque tienes que centrarte en cada personaje. Aquí, otra parte complicada fue que es una peli independiente, que es importante recalcar que la ha sacado adelante Álex San Martín. Con muy poquitos elementos, había que conseguir que la música diferenciara rápido a los personajes, así que se nos ocurrió que cada instrumento representara a un personaje".

De padre músico y madre actriz, "desde pequeño siempre lo he tenido todo ahí. Con 16 años, más o menos, cuando murió mi padre y ya estaba terminando 'Los Serrano', tuve claro que quería dar ese giro y ser músico. Hay un proyecto muy bonito en el que he participado, cuyo título representa un poco todo esto de lo que estamos hablando: 'La llamada'. Eso de seguir esa llamada, de sentir por dónde tienes que ir... Creo que los Javis son otro ejemplo claro de la lucha y la constancia. De repente, ellos tenían clara una manera de hacer cine y de mostrar su arte. Ha sido increíble verles crecer poco a poco".

"La música me salvó la vida en el sentido de que, pasando momentos muy complicados, lo que siempre me quedaba era el piano y me ayudaba a sentirme mejor", reflexiona Víctor Elías. "Me hizo encontrarme conmigo mismo y tener claro una meta por la que luchar, para no caer en otro lado. Me han llegado mensajes muy bonitos y y mensajes de gente que necesitaba ayuda y que no sabía muy bien a dónde acudir. Solo por eso ya merece la pena exponerse".

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Atrapada entre la música y el cine, desde Vigo llegó a Madrid para estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III. Cuenta la leyenda que prefería saltarse clases para ir a algún estreno aunque, si se lo preguntas, lo negará. 

Llegó a la redacción de Fotogramas como becaria en prácticas, después de adentrarse en el periodismo musical y de cine colaborando en medios como la revista Milana. Ha entrevistado a personalidades como Jonás Trueba o Irene Escolar y su bien más preciado es una púa de guitarra. Vive enamorada de Phoebe Waller-Bridge y Nora Ephron. Si no la encuentras, es que estará viendo alguna película de Kurosawa. Da igual cuándo leas esto. 

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Se perdió una mañana de instituto para ver el final de ‘Perdidos’ y, aunque la leyenda cuenta que está en FOTOGRAMAS por sus tortillas de patata, la realidad es que lleva en la revista desde 2016 como “el chico de los vídeos”. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, un día se cansó de vivir entre muggles y, antes de que ‘Cinema Paradiso’ y ‘El espíritu de la colmena’ despertaran su fascinación por el séptimo arte, decidió (no) crecer imaginando su infancia entre hobbits y jedis. Vive enamorado de Emma Watson y Michael Scott, y está convencido de que su cima en la vida ha sido, es y será decirle a Viggo Mortensen en un ascensor que todavía guarda una figura de acción de Aragorn.