QuiénesMerian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, ambos nacidos casi con el cine, 1893, vivieron su larga vida, hasta 1973 y 1979, como una aventura sin fin, que fueron incluyendo en sus filmografías. Cooper, piloto, y Schoedsack, cámara, se alistaron para participar en la primera guerra mundial en Francia, pero fue en Viena en 1919 donde se encontraron por primera vez. El aspecto de Cooper, con una bota francesa y la otra alemana en sus pies, convenció de inmediato a Schoedsack de que había encontrado a su compañero del alma. Pero las contiendas sucesivas de principios de siglo les volvieron a separar, hasta su encuentro definitivo en Varsovia.
Cómo Una vez de regreso a los EE.UU. tenían claro que iban a hacer una película. El problema es que no tenían ni dinero ni la menor idea de lo que querían filmar. Asociados con una medio femme fatale-medio espía en sus ratos libres, la Srta. Harrison se lanzaron en octubre de 1923 a un viaje por recónditas tierras en busca de inspiración, Turquía, Iraq… Seis meses después no habían rodado ni un centímetro de película.
Primera Obra Maestra: Grass Por suerte en abril de 1924 una epopeya alucinante estalla ante sus ojos. Descubren la migración de un pueblo persa olvidado, los Bakhtiar, en busca de pasto para su rebaño. Miles de personas y animales, a través del monte Taurus, Angora, montañas nevadas de 3.600 metros, tempestades de arena, tormentas de nieve, un precipicio de 600 metros que hay que escalar y el final apoteósico de la película, la travesía del río Karoun, 6 días y 6 noches para cruzar unas aguas turbulentas sobre flotadores de piel de cabra. Evidentemente filman todo y todo el tiempo, hasta el punto de que al final no les llega la película. Bueno, tendrán que vender fotografías de su viaje para pagar el montaje hará el resto pero el resultado no puede ser mejor: éxito de público y crítica que la sitúa al mismo nivel que Nanuk, el esquimal (1922).Hoy en día el espectador aún sigue impresionado por tal epopeya y, al final, tema central de su filmografía, la lucha del hombre frente a una naturaleza hostil.
Segunda Peliculón: Chang Dos años, nueva aventura, en esta ocasión en Tailandia. Cuánto más lejos, mejor, con una cámara en metal fabricada en París para poder soportar la humedad del lugar. Empleo de los nativos del lugar como protagonistas de la historia, género híbrido entre ficción y documental (tan habitual en el cine de hoy), escenas espectaculares (tigres atacando realmente a los actores y un cazador detrás de ellos con el rifle, de hecho, el tigre de la alucinante escena de persecución… no sobrevivió al rodaje) y la locura de estos dos cineastas que no dudan, ni un instante, en trasladar a todo el equipo a 800 kms., para rodar el ataque de unos elefantes y, ¿por qué no?, parar el tren en medio del trayecto para que sus actores vean el mar por primera vez.
El clásico: King Kong Se ha dicho todo sobre esta película pero lo que se suele olvidar es que casi se puede hablar de un filme premonitorio, de lo que años después no tardaría en llegar con Hitler, sobre la idolatría de la monstruosidad (la escena de la presentación al público de King Kong en Nueva York), o la sutil crítica al capitalismo desorbitado de Wall Street que había arruinado y enviado a una crisis de 10 años al 25% de la población (simbolizada por el Empire State Building al que se sube el peludo prota). Es curioso el hecho de que en la pésima versión de 1976, King Kong cambia el mítico edificio por otro, tristemente célebre… las Torres Gemelas.
Por cierto en realidad, King Kong era una marioneta de 45 centímetros filmada en stop-motion y sólo se utilizaron una cara, un pie y una mano grandes para filmar unos primeros planos.
Con un presupuesto inmenso para la época, 650.000$, la película se rodó, durante un año, al mismo tiempo y con el mismo decorado que otro clásico de la serie B, The Most Dangerous Game, para amortizar gastos. Otra película repleta de anécdotas, como la que cuenta que al escaparse el leopardo de malvado Conde de la isla se pidieron prestados a Harold Lloyd la jauría de perros que aparece en la película. ¡Qué tiempos aquellos!
Primeros Cameos No fue Hitchcock en primero en hacer sus célebres cameos, estos dos pioneros del cine ya lo hicieron en Grassy también en King Kong, eran los pilotos que ametrallan a la bestia desde uno de los aviones. Freud estaría encantado analizando a estos padres matando a su propio hijo.
Modernidad King Kong (que en realidad significa el rey de los monos, en indonesio) es uno de los pocos mitos del cine que viene directamente del séptimo arte y no de la literatura. Esta película es el origen de Jurassic Park, e incluso, del famoso muro de Juego de Tronos. El primer muro estaba en la Isla del Cráneo de King Kong de 1933. Si es que el pelo sigue estando muy de moda.