Casi un lustro hemos tenido que esperar, desde ‘Loving Pablo’, para ver el nuevo trabajo de Fernando León de Aranoa. La espera ha sido larga, pero el resultado está más allá de lo que se podía esperar. El cineasta regresa a la ternura de sus primeras obras, ‘Familia’ y ‘Barrio’, desde una mirada actual, mucho más, sarcástica, irónica y mordaz. En la línea de Berlanga y Cuerda, el director, sin dejar de querer a sus personajes, no duda en exponer sus contradicciones y extraer una impoluta radiografía social.

La semana del Sr. Blanco va a ser muy agitada. Su empresa, Básculas Blanco, fabrica desde hace décadas balanzas industriales. Su negocio va viento en popa y está a punto de recibir un premio del gobierno provincial a la Excelencia Empresarial. Incluso en la pared de su casa, donde se exponen todos los premios recibidos, ya está preparado el hueco y prevista la perfecta iluminación para acogerlo. Sin embargo, la balanza ha decidido inclinarse de otro lado, añadiendo problema tras problema a la obtención del premio, y este ‘buen patrón’ está dispuesto a todo para rellenar el citado hueco con este reconocimiento.

‘el buen patrón’
‘El buen patrón’

El tiempo y los contrastes son los ingredientes principales de las mejores comedias. Un segundo de más, o de menos, rompe el ritmo de una réplica. Un momento de duda en la puesta en escena, y el efecto cómico pasará desapercibido (bravísima Vanessa Marimbert en el montaje). La primera virtud que engalana ‘El buen patrón’ es el milimetrado ritmo con el que el director maneja su guion. Todo funciona en la película y su tempo equilibrado no deja ni un solo espacio muerto.

Y como contraste la estructura de film: las violencias físicas, expuesta al principio y casi al final de la película, frente a la otra violencia, la que se desarrolla durante toda su parte central, la del ‘falso buenismo’ y las ‘mejores intenciones’, siempre y cuando coincidan con las del protagonista de esta historia.

‘el buen patrón’
‘El buen patrón’

Pero para que una comedia sea verdaderamente digna de interés, debe también integrar ese anhelado análisis social o político. Al mismo tiempo que divierte y hace reír, la película tiene que provocar esa catarsis en el espectador, que le lleva a una reflexión posterior, mostrando una situación que en una película realista provocaría un inmediato rechazo. La empatía permite la duda, el rechazo bloquea la reflexión.

En esta versión de ‘No es país para trabajadores’, este buen patrón, Javier Bardem en la cumbre de su carrera de interpretación, es el actor perfecto para encarnarlo. Si en aquella utilizaba cualquier pistola, cuchillo, vidrios, bate… a su alcance, en ésta las armas son distintas, la falsa argumentación, el cínico interés, las buenas palabras, pero el resultado es el mismo: destrucción, y expuesto de una brillante manera, hasta la misma muerte.

Alejadísima de la recurrente estructura de ‘pipi, ca.. y cu..’ tan limitativa y poco original de algunas, ‘El buen patrón’ comulga con la comedia clásica italiana de los años 50 y 60, con brillantes diálogos y situaciones divertidas, de la época dorada de Dino Risi, Mario Monicelli o Pietro Germi. Un concentrado de ácido puro envuelto en un caramelo refrescante en su forma y amarga en su fondo. Un clásico YA que arrasará en las nominaciones de los Goya.

‘el buen patrón’
‘El buen patrón’

Sección Oficial 69º Festival de San Sebastián

Título original: El buen patrón Dirección y Guion: Fernando León de Aranoa Fotografía: Pau Esteve Birba Montaje: Vanessa Marimbert Música: Zeltia Montes Reparto: Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor, Óscar de la Fuente, Sonia Almarcha Duración: 120 m. País: España (2021) Distribución: MK2

Sinopsis: Blanco, un carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales en una ciudad española de provincias, espera la inminente visita de una comisión que decidirá su destino y la obtención de un premio local a la Excelencia Empresarial: todo tiene que estar perfecto para la visita. Sin embargo, todo parece conspirar contra él. Trabajando a contrarreloj, Blanco intenta resolver los problemas de sus empleados, cruzando para ello todas las líneas imaginables, dando lugar a una inesperada y explosiva sucesión de acontecimientos de imprevisibles consecuencias.