¿De qué va?. Un grupo de estudiantes universitarios se aventuran en Black Hills Forest para intentar buscar información sobre la desaparición hace casi veinte años de la hermana de una de ellos (James Allen McCune). Todos ellos se muestran muy escépticos con la leyenda de la Bruja de Blair, pero cuanto más se adentran en el famoso bosque, más empiezan a entender que la leyenda es muy real y más siniestra de lo que pudieron haber imaginado.

¿Y qué tal?. Adam Wingard es un viejo conocido de la Midnight Madness del Festival de Toronto. En ediciones anteriores el director de Tennessee presentó dos revisitaciones que hicieron de él uno de los nuevos valores del fantástico y el terror estadounidense. Si 'Tú eres el siguiente' revisaba el 'slasher' y con 'The Guest' volvía a los años 80, era de esperar que el cineasta siguiese apostando por la nostalgia en su siguiente trabajo. Con lo que nadie contaba es que esa apuesta consistiese en recuperar la mitología de 'El proyecto de la Bruja de Blair', una película que hizo historia en el cine independiente gracias a sus extraordinarios y en el terror poniendo de moda la agotada técnica del 'found footage', esa técnica narrativa habitual de las películas de terror y los falsos documentales en que la película es presentada como si se hubiesen encontrado unas cintas con grabaciones.

Bajo el más sucinto nombre de 'Blair Witch' - mucho más tuiteable, como comentaba un espectador a la salida de la primera proyección del filme-, Wingard firma en teoría una secuela que a la hora de la verdad se acerca más a ser un 'reboot' para las nuevas generaciones de espectadores. Los dos primeros actos del filme calcan la pauta de la revolucionaria película que dirigieron en 1999 Daniel Myrick y Eduardo Sánchez. El problema es que Wingard, a pesar de su buena mano construyendo una atmósfera, no parece ser consciente de que buena parte del público conoce la cinta original o las muchísimas imitaciones que surgieron tras el bombazo en taquilla de la entonces producción más rentable de la historia del cine. Las únicas novedades en la primera hora del filme son el aumento de número de personajes y el impacto de las nuevas tecnologías en forma de drones, teléfonos móviles y mejores dispositivos de grabación. Lo demás ya nos lo sabemos.

Afortunadamente, Wingard y su guionista habitual Simon Barrett se sueltan la melena en el estupendo tercer acto del filme. El terror empieza a precipitarse y la película se adentra en terrenos a desconocidas y se atreve, por fin, a expandir la mitología de la historia. La famosa cabaña del bosque que apenas vimos en la cinta original se coloca en el centro del clímax y nos da un final que recuerda por momentos a los instantes más terroríficos de la primera entrega de la saga [REC]. 'Blair Witch' definitivamente no va a causar el revuelo de su precedente (la secuela 'El libro de las sombras: B W 2' mejor la ignoramos), pero genera suficientes secuencias terroríficas para que los más nostálgicos se vuelven a asomar una vez más a este peligroso bosque de Maryland.