¿Quién? El chileno Sebastián Lelio da el salto al cine anglosajón después de arrasar entre el circuito de festivales y la crítica con 'Gloria', la sensacional película que le dio el Oso de Plata del Festival de Berlín a la actriz Paulina García en 2013. Este mismo año, el cineasta regresó al certamen alemán con 'Una mujer fantástica', una historia sobre una mujer transexual que debe enfrentarse a la muerte de su pareja. Lelio recibió el premio al mejor director de la Berlinale. El chileno está siendo uno de los grandes protagonistas del Festival de Toronto, donde ha presentado sus dos últimos largometrajes.
¿De qué va? La muerte de su padre, un importante rabino, lleva a Ronit (Rachel Weisz) a volver a Hendon, el barrio judío ortodoxo del noroeste Londres en el que se crió. Allí se reencontrará con Esti (Rachel McAdams), la amiga de la infancia que decidió quedarse en el barrio pese a no encajar, y al esposo de esta, Dovid (Alessandro Nivola), el heredero natural en la comunidad el religioso. El reencuentro entre los tres hará que salten chispas. 'Disobedience' es una adaptación de la novela homónima de Naomi Alderman.
¿Y qué tal? Desde que Hollywood se creó en los albores del siglo XX, la industria de cine estadounidense siempre se ha mostrado ávida a la hora de contratar talento internacional, pero no todo el mundo está preparado para sobrevivir a la peligrosa jungla de Hollywood. Por cada director que consigue dar el salto sin renunciar a su sello personal, hay diez que son atrapados por el sistema. Florian Henckel von Donnersmarck, el oscarizado director de 'La vida de los otros', no ha vuelto a ponerse detrás de las cámaras desde que se estrellara con 'The Tourist', el infame thriller protagonizado por Angelina Jolie y Johnny Depp. La premiere mundial de 'Disobedience' en el Festival de Toronto ha dejado claro que Sebastián Lelio forma parte del selecto grupo de cineastas que han sabido adaptarse a un mercado más amplio y mantener su voz al mismo tiempo. Para asegurarse un mayor control creativo en el proyecto, el chileno contó con el respaldo total de la también productora Rachel Weisz, principal impulsora del proyecto, y se aseguró de que podría escribir el guion del filme junto a Rebecca Lenkiewicz, la autora del libreto de 'Ida'.
Si en sus anteriores trabajos hablaba de la marginación social a la que se enfrentan las mujeres al pasar de los cincuenta o de la lucha de una mujer transexual por ser tratada con dignidad, en su último trabajo Lelio dibuja a dos mujeres que deben elegir entre la vida que quieren llevar o las que su comunidad judía ha elegido para ellas. No es una elección sencilla. En 'Disobedience' toda elección a la que se enfrenta una mujer incluye el sacrificio que aceptar por tomarla. Uno de los grandes aciertos del relato es nunca atreverse a juzgar a sus protagonistas, desde el rabino que no puede hacer nada ante el reencuentro de su esposa con un fantasma del pasado a la mujer que dejó atrás todo lo que conocía para poder ser libre. La película también muestra una empática y accesible mirada a la familia judía, aunque se echa de menos que el libreto profundice más en la idiosincrasia del sugerente universo que plantea la propuesta.
En un acto de inmensa generosidad Weisz cedió el papel más jugoso del relato, una mujer atrapada entre el deber y el deseo, a una Rachel McAdams que jamás ha estado mejor. La nominada al Oscar por 'Spotlight' crea una mujer fascinante a la que su vida le resulta insuficiente. La química entre las actrices explota en una de las escenas de sexo más sensuales y mejor rodadas del 2017, un clímax emocional que nunca cae en el morbo fácil. Con 'Disobedience', Sebastián Lelio se consagra internacionalmente como un maestro en la creación de personajes femeninos poderosos y llenos de capas que prefieren pedir perdón antes que permiso.