¿Quién? James Franco confirma con 'The Disaster Artist' su condición de artista renacentista e inclasificable que jamás permitirá ser definido o encasillado por la controladora parafernalia hollywoodense. El nominado al Oscar por '127 horas' dirige, produce y protagoniza una comedia cinematográfica en las antípodas de sus intensas aproximaciones (directas o indirectas) a grandes figuras de la literatura estadounidense. Los Bukowski, McCarthy o Faulkner de turno dejan paso al fenómeno más fascinante de la “cinefagia” reciente.
¿De qué va? 'The Disaster Artist' es la adaptación al cine del 'making of' de la película 'The Room', una inclasificable película de 2003 que fue bautizada por algunos críticos como “el Ciudadano Kane de las malas películas". A pesar de su dudosa calidad, la película dirigida, escrita, protagonizada y producida por Tommy Wiseau (James Franco) se ha ganado un gran culto entre la cinefilia norteamericana y se ha estado proyectando desde su estreno en sesiones especiales por todo el país. La película abordará el rodaje de esta comedia involuntaria y la genuina relación de amistad que surge entre los dos protagonistas del film, Wiseau y Greg Sestero (Dave Franco), autor de las memorias en las que se basa el guion de Scott Neustadter y Michael H. Weber.
¿Y qué tal? Llegó como un huracán al Festival de Toronto. No importaba que James Franco enseñara una versión no terminada del largometraje durante la última edición del South by Southwest. La expectación para ver cómo el camaleónico artista había llevado a la gran pantalla el making of de 'The Room' era total. Más de mil personas asistieron al Ryerson Theatre, la espectacular sala de cine de la universidad más importante de la ciudad, para ver y vivir en comunidad el estreno en plena medianoche de una película que está destinada a perpetuar el culto de la infame, y al mismo tiempo fascinante, comedia involuntaria que Tommy Wiseau dirigió en 2003. Cuando al final de la proyección Wiseau y Sestero acompañaron en el escenario al reparto, la histeria se apoderó de la sala. No era para menos. 'The Disaster Artist' es la comedia más divertida del 2017 y, de largo, la mejor película en la carrera de Franco como director.
El guion de Neustadter y Weber va más allá de la simple parodia y utiliza el rodaje de una película maldita para contar la historia de dos excéntricos amigos que comparten la soledad y el sueño de convertirse en estrellas. 'The Disaster Artist' podría haberse limitado a ser una sucesión de gags inspirados en la película que parodia y homenajea, pero la apuesta por incluir un primer acto que presenta a los personajes y la fraternal dependencia que surge entre ellos hace que la audiencia conecte, de forma no irónica, con todo lo que le pasa a Tommy y Greg. No hay rastro de cinismo en la propuesta. Solo cariño y risas. Aquellos espectadores que conozcan la película original disfrutarán más de los guiños y del efecto anticipación que supone adelantarse a las escenas que recrea, pero 'The Disaster Artist' es una historia para todos los públicos. Jame
Tommy Wiseau es, desde ya, el personaje más icónico en la trayectoria de James Franco, un actor impredecible que aquí regala a la audiencia su propia versión de Jack Sparrow. El actor no interpreta a Wiseau, se convierte en él y crea una criatura misteriosa, errática, absurda y, a su manera, entrañable. Si Johnny Depp y Robert Downey Jr. optaron al Oscar por su trabajo en 'Piratas del Caribe' y 'Tropic Thunder', el mayor de los Franco debería ser reconocido por una actuación que ya resulta imposible de imaginarse en manos de otro actor. Será Warner Bros. la que tenga que mover ficha si quiere promover las opciones de nominación de la película, pero no sería extraño ver al intérprete reconocido por los premios de la crítica a partir de diciembre. Su hermano Dave es un partenaire a la altura de la aventura, pero resulta imposible competir con una interpretación que magnetiza cada plano en el que aparece y que, probablemente, pasará a la historia de la cultura pop. Mención especial merece el sinfín de cameos que incluye la película y que no conviene desvelar. Puede que nadie viera 'The Room' diez años atrás, pero nadie en Hollywood ha querido perderse la oportunidad de participar en esta fascinante rareza. Ahora solo falta espera a que el público no espere otros diez años para descubrir 'The Disaster Artist'.