¿De que va? Basada en hechos reales. La película se centra en un excéntrico y decidido equipo americano de ingenieros y diseñadores, liderados por el visionario diseñador de vehículos Carroll Shelby (Matt Damon) y el conductor británico Ken Miles (Christian Bale), que reciben un complicado encargo de Henry Ford II (Tracy Letts): acabar con el dominio de Ferrari y ser la primera constructora americana de la historia en hacerse con el Campeonato del Mundo de Le Mans.
¿Y qué tal? Hay pocos artesanos tan versátiles en Hollywood como James Mangold. Con 11 películas en su currículum, el director y guionista ha superado - a veces con más atino que otras - el desafío de dirigir westerns ('El tren de las 3:10'), dramas criminales ('Cop Land'), biopics musicales ('En la cuerda floja') reinvenciones del cine de superhéroes ('Logan'), thrillers psicológicos ('Identidad') o comedias románticas con toque fantástico ('Kate & Leopold'). Ha llevado a dos actrices al Oscar (Angelina Jolie y Reese Witherspoon) y él mismo ha hecho historia recibiendo la primera nominación a los premios de la Academia por el guion de una película de superhéroes. Mangold siempre parece estar en busca de nuevos desafíos y 'Le Mans'66' permite al director rodar algunas de las escenas más espectaculares de la historia del género, pero es el corazón de sus personajes lo que eleva a la película de Fox a ser un entretenimiento de primera. Destacar el origen de la producción no es casual: esta producción de 20th Century Fox es uno de los primeros estrenos de la compañía desde que esta fue absorbida por el gigante Disney este año. 'Le Mans'66' representa a la perfección el tipo de cine que los grandes estudios (con Disney a la cabeza) ya no están interesados en hacer: historias de toda la vida dirigidas, principalmente, al público adulto. Desgraciadamente, este drama de acción corre el riesgo de convertirse en una antigualla similar a los coches de carreras que aparecen en esta producción inspirada en la legendaria batalla de Ford contra Ferrari en la industria del automóvil en los años 60.
Un carismático Matt Damon y un sensacional Christian Bale (sin recurrir aquí a sus notorias transformaciones físicas y por primera vez en su carrera con su acento real) son el alma de esta clásica 'buddy movie' interpretando a un ingeniero de automóviles y a un piloto británico con el que nadie quiere trabajar por su difícil carácter. Es una amistad que el guion aborda de forma indirecta pero inteligente: 'Le Mans'66' no necesita verbalizar sus conflictos ni recurrir a flashbacks para establecer la relación entre sus dos héroes protagonistas. Sus actos y la explosiva química de los actores hablan por sí solos. La conclusión es clara: ven a ver la película por las escenas de acción (la ocasional nocturnidad de la carrera francesa crea momentos visuales apabullantes) y enamórate de ella por la dinámica de estos dos viejos amigos.
El título americano de la producción ('Ford v. Ferrari) apuesta por la confrontación ente un símbolo americano y uno europeo que representan dos formas muy distintas de entender la industria del automovilismo. Sin embargo, la parte más empresarial de la historia es lo menos interesante del filme de Mangold. La subtrama protagonizada por Josh Lucas (un directivo de Ford en contra de la decisión de la empresa de entrar en el negocio de las carreras que hará todo lo posible por el fracaso de Shelby y Miles) es una sucesión de clichés sin interés que no están a la altura del resto del conjunto. Por contraste, cada aparición del robaescenas Tracy Letts como el mandamás de Ford es un regalo: la secuencia en la que se echa a llorar después de probar en sus propias carnes la velocidad de sus nuevos vehículos es absolutamente memorable.
'Le Mans'66' no es igual de redonda que la última gran cima del género: 'Rush'de Ron Howard. Su final roza lo anticlimático y tarda algo más de lo que nos gustaría en ponerse en marcha pero, como les pasa a Shelby y Miles, es mucho más lo que nos une a ella que los separa porque sus personajes están igual de cuidados (la trama familiar de Christian Bale con el niño Noah Jupe confirma las sospechas de su talento que avanzaban su extraordinaria interpretación en 'Honey Boy') que la más vistosa de las escenas en las que hay un coche de por medio. La emoción (y de esto la película va sobrada) no es algo que se pueda crear de la nada. Le pese a quien le pese, la película de Mangold es una de esas reliquias que tenemos que hay que proteger. Cueste lo que cueste.