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No es habitual ver a un documental llevándose el León de Oro del Festival de Venecia. De hecho, hasta ayer, ese honor solo figuraba en el historial de Gianfranco Rosi, que en el año 2013 se alzó con el preciado galardón por 'Sacro GRA'. Por aquel entonces, fue el jurado presidido por Bernardo Bertolucci el que destacó la mirada hacia lo real del documentalista italiano, mientras que esta vez ha sido Julianne Moore la que ha decidido premiar la audacia de Laura Poitras y su magnífica 'All the Beauty and the Bloodshed'. El film se presenta como un retrato de la célebre fotógrafa estadounidense Nan Goldin, quien en los años 60 y 70 del siglo pasado revolucionó la escena artística yanqui con sus instantáneas autobiográficas y que en la actualidad es una de las caras visibles del movimiento que denuncia el rol de la familia Sackler en la epidemia de opiáceos que ha acabado con la vida de centenares de miles de personas en Estados Unidos.
No es la primera ocasión en la que Poitras retrata a una figura díscola, enfrentada al sistema. En el año 2014, con 'Citizenfour', su documental sobre Edward Snowden, la cineasta plantó cara a la puesta en marcha de sistemas de vigilancia masiva por parte de agencias de inteligencia de todo el mundo. Luego, en 2016, repitió la jugada con 'Risk', un retrato poco complaciente de la intimidad de Julian Assange. Sin embargo, pese al incuestionable valor político de estos documentales, 'All the Beauty and the Bloodshed' supone un gran salto artístico en la trayectoria de Poitras. Sobre el papel, este retrato de la odisea vital de Goldin podría parecer una obra elemental, ya que Poitras trabaja de forma simple con tres materiales esenciales: la voz de la fotógrafa, su obra artística y la filmación de su activismo contra los Sackler. Pero es justamente este depurado trabajo formal –las instantáneas de Goldin se presentan de forma diáfana, sin piruetas en el montaje– lo que eleva la película, que da cuenta de forma conmovedora, pero sin caer en el sentimentalismo, de la lucha de Goldin contra los estigmas que arrastran las víctimas de la drogadicción, el comercio sexual y la violencia de género.
El jurado presidido por Moore no solo acertó con Poitras sino que completó su nómina de aciertos con el Gran Premio concedido a la deslumbrante 'Saint Omer', en la que la francesa Alice Diop compone, bajo el embrujo de Marguerite Duras, una incisiva y poética meditación sobre la maternidad, las limitaciones del sistema judicial galo y la intolerancia a la que deben hacer frente las mujeres de origen africano en Francia. Menos afortunado fue el León de Plata a la mejor dirección para Luca Guadagnino, que en 'Bones and All' entrega un edulcorado drama romántico con Timothée Chalamet y Taylor Russell como caníbales adolescentes. El film de Guadagnino fue doblemente premiado, ya que Russell –la Judy Robinson de la serie 'Lost in Space' de Netflix– se llevó el Premio Marcello Mastroianni a la mejor actriz emergente. La nómina de directores premiados se completó con el Premio Especial del Jurado para Jafar Panahi, quién no pudo recoger el premio ya que se encuentra detenido por el gobierno iraní acusado de producir propaganda contra el régimen. En 'No Bears', el director de 'Taxi Teherán' propone una punzante analogía entre la persecución, en Teherán, de los opositores al gobierno y el conjunto de tradiciones y leyes atávicas que rigen en el Irán rural.
Por último, en el apartado actoral, el jurado le siguió el juego a una Mostra que busca posicionarse como plataforma de lanzamiento de los Oscar de Hollywood. En esta carrera mediática, la australiana Cate Blanchett y el irlandés Colin Farrell fueron los grandes triunfadores. En todo caso, cabe apuntar que la Copa Volpi para Blanchett, por su papel de brillante y autoritaria directora de orquesta en 'TÀR' de Todd Field, era seguramente el premio más cantado de todo el palmarés. Por su parte, el galardón a Farrell fue más sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que Brendan Fraser aparecía como favorito en todas las quinielas por su trabajo en 'The Whale' de Darren Aronofsky. Finalmente, Farrell se llevó el gato al agua por su papel en 'The Banshees of Inisherin', donde da vida a un tipo con pocas luces cuyo mejor amigo, un hombre con inquietudes artísticas interpretado por Brendan Gleeson, decide dejar de tratarlo con el argumento de que no quiere seguir perdiendo el tiempo con banalidades. Por esta película oscuro y nihilista, el inglés Martin McDonagh se llevó el premio al mejor guion, un galardón que ya cosechó en el año 2017 por 'Tres anuncios en las afueras'.
Manu Yáñez es periodista y crítico de cine y está especializado en cine de autor, en su acepción más amplia. De chaval, tenía las paredes de su habitación engalanadas con pósteres de ‘Star Wars: Una nueva esperanza’ de George Lucas y ‘Regreso a Howards End’ de James Ivory, mientras que hoy decora su apartamento con afiches de los festivales de Cannes y Venecia, a los que acude desde 2003. De hecho, su pasión por la crónica de festivales le cambió la vida cuando, en 2005, recibió el encargo de cubrir la Mostra italiana para la revista Fotogramas. Desde entonces, ha podido entrevistar, siempre para “La primera revista de cine”, a mitos como Clint Eastwood, Martin Scorsese, Angelina Jolie, Quentin Tarantino y Timotheé Chalamet, entre otros.
Manu es Ingeniero Industrial por la Universitat Politécnica de Catalunya, además de Máster en Estudios de Cine y doctorando en Comunicación por la Universitat Pompeu Fabra. Además de sus críticas, crónicas y entrevistas para Fotogramas, publica en El Cultural, el Diari Ara, Otros Cines Europa (escribiendo y conduciendo el podcast de la web), la revista neoyorkina Film Comment y la colombiana Kinetoscopio, entre otros medios. En 2012, publicó la antología crítica ‘La mirada americana: 50 años de Film Comment’ y ha participado en monografías sobre Claire Denis, Paul Schrader o R.W. Fassbinder, entre otros. Además de escribir, comparte su pasión cinéfila con los alumnos y alumnas de las asignaturas de Análisis Fílmico de la ESCAC, la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Es miembro de la ACCEC (Asociación Catalana de la Crítica y la Escritura Cinematográfica) y de FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica), y ha sido jurado en los festivales de Mar del Plata, Linz, Gijón, Sitges y el DocsBarcelona, entre otros.
En el ámbito de la crítica, sus dioses son Manny Farber, Jonathan Rosenbaum y Kent Jones. Sus directores favoritos, de entre los vivos, son Richard Linklater, Terence Davies y Apichatpong Weerasethakul, y su pudiera revivir a otros tres serían Yasujirō Ozu, John Cassavetes y Pier Paolo Pasolini. Es un culé empedernido, está enamorado de Laura desde los seis años, y es el padre de Gala y Pau.