Después de dos años de espera, que se han hecho muy largos, al fin tenemos la secuela más esperada: 'Animales Fantásticos: los crímenes de Grindelwald'. La primera entrega, estrenada en 2016, no llegó a los 1.000 millones por muy poco, y logró a sortear esa parte del fandom que no creía en esta historia al no estar centrada en Hogwarts. Pero en esta segunda parte, no iba a ser tan fácil no aparecer por los muros de la escuela comandada por Albus Dumbledore, por lo que tanto David Yates como J.K. Rowling han decidido dar al fan lo que quiere, lo que busca... en detrimento de la historia, ya que nos encontramos un guión tirando a flojo y muy farragoso. Vamos por partes.

Historia

La primera parte nos dejó la gran revelación: Grindelwald, el mago oscuro, se había hecho pasar por uno de los jefes del Ministerio de Magia de América; Credence Barebone, un obscurial, destroza medio New York además de morir al desatar a su obscurus; Jacob Kowalski, el nomaj amigo de Newt Scamander, es desmemorizado para que no recuerde nada de lo ocurrido. En esta secuela, comenzamos varios meses después, con un Newt en Londres tratando de conseguir un permiso para hacer viajes internacionales. Pero el Ministerio de Magia no se lo quiere poner fácil: le dará permiso de viaje a cambio de que les ayude a encontrar a Credence, que no murió al final.

Newt rechaza el trato pero acaba por encontrarse con Albus Dumbledore, que decide encomendarle una misión: destruir a Grindelwald (pronúnciese Grindelvold). Obviamente, Newt se niega también pero una serie de eventos hacen que vuelva a estar tras la pista tanto del mago oscuro como del joven obscurial Credence, que ahora vive en París, en una suerte de circo mágico ambulante, con una maledictus llamada Nagini (sí, esa Nagini).

Naginipinterest
Warner Bros.

¿Cuál es el problema? Que la historia no acaba de arrancar... en ningún momento. El guión va dando tumbos y solucionando problemas aparentemente imposibles con la magia. Vamos, como aquella mítica frase de Xena en 'Los Simpson': "si veis algo que no cuadra, lo hizo un mago". De hecho, en esta nueva película, los personajes dependen demasiado de la magia, como si quisieran sorprender continuamente al espectador con la cantidad de conjuros y hechizos nuevos que saben hacer. ¡Mira papá, mira cómo me tiro! ¡Pero mira! ¡No estás mirando!

Otro de los problemas principales de la historia es la sobre explicación en algunos puntos... y la falta de ella en otros. Volvemos a encontrarnos con los personajes pero no se nos dice nada de dónde han estado o qué ha sido de sus vidas. A veces, solucionándolo con una mera línea de diálogo (como es el caso de Queenie y Jacob); otras veces, omitiéndolo por completo. Y los nuevos que conocemos forman un complejo laberinto de nombres del que uno acaba por desconectar.

Leta Lestrange - Zoe Kravitzpinterest
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¿Cuál es el problema? Que la historia se basa en identidades de magos que se presuponen interesantes pero que no lo son, excepto para su propia autora y varios fans acérrimos de Harry Potter. La familia Lestrange, punto fundamental de la trama, no es la familia Skywalker, por lo que no tiene suficiente fuerza como para provocar interés en el espectador (fuera de la propia Bellatrix, la única Lestrange que nos interesa y de la que no sabemos nada, obviamente, porque es otra época totalmente diferente).

Se nota que J.K.Rowling es una muy buena escritora, pero una guionista regulera. Es ella la autora del libreto (al igual que el de la primera parte), pero no tiene el timing necesario para una historia tan compleja con tantos datos y nombres. Lo que funciona en un libro, no tiene porqué funcionar en una película. Así, el total de la cinta provoca una sensación de montaña rusa, y de improvisación que lastran la segunda hora del film.

Eso sí, nos encontramos con varios puntos que acaban haciéndola entretenida y una más que digna secuela. A saber: el fichaje de Johnny Depp; el Dumbledore de Jude Law; y Hogwarts.

Johnny Depp

johnny depp como grindewald en animales fantasticospinterest
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Pese a la polémica que supuso su fichaje para la saga, sobre todo debido a su convulsa vida personal (acusaciones de maltrato a su ex mujer mediante), es una de las mejores sorpresas de la película. Depp está cómodo, está sorprendentemente contenido (lo cual es motivo de celebración) y roba cada escena en la que aparece, otorgando a su personaje un carisma y una presencia brutales.

A estas alturas, es absurdo cuestionar las dotes actorales de Depp, pero es cierto que en los últimos años se acomodó y cada película que hacía, volvía a entregarnos una nueva versión de Jack Sparrow. Pero en este film, se le nota que cree en el personaje, y quizá vea en él cierto paralelismo con su vida pública. Grindelwald no es tan malo como nos han querido vender. De hecho, todo lo contrario. ¿Por qué se llama 'los crímenes de Grindelwald' por cierto?

Jude Law

Otro de los nuevos fichajes de esta saga es el actor británico Jude Law, que tenía la dificilísima tarea de interpretar a uno de los personajes más queridos y míticos de todo el universo de Harry Potter: Albus Dumbledore. Pero tampoco sorprenderá a nadie que Jude Law consiga hacer suyo el personaje, y sea otro de esos robaescenas.

Dumbledore y Grindelwaldpinterest
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De hecho, es él quien protagoniza la que bien podría ser la mejor escena de toda la película: el espejo de Oesed y su relación con Grindelwald. Pese a que nos han estado vendiendo toda la campaña de promoción que no tocarían nada esta relación entre los dos (una relación de novios, todo hay que decir), sí que se menciona y nos da un par de escenas melancólicas y brillantemente interpretadas por Jude Law. Eso sí, todo queda demasiado sutil, como si no quisieran ofender a nadie mostrando a un personaje abiertamente homosexual en una película presumiblemente familiar.

Conexión con Harry Potter

Aquí encontramos el principal acierto (y problema) de la película. Cuando la acción nos lleva a Hogwarts, podemos ver a Albus Dumbledore en acción, como profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, y dentro de esas paredes, también tenemos la suerte de presenciar el flashback de Leta Lestrange, su infancia en el colegio, y cómo comenzó a hablar con Newt Scamander. Así, toda la parte de la película que transcurre en Hogwarts es uno de los puntos álgidos... y ese es precisamente el problema.

Newt Scamander Animales Fantasticospinterest
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Porque, al volver a ese lugar, al Gran Comedor, a enfrentarnos contra un Boggart... queremos quedarnos ahí, queremos saber más de lo que ocurre en el colegio. El resto de la historia nos da igual, y ese es un gran problema: intentar crear un 'nuevo universo' y tener que recurrir constantemente al ya conocido para enganchar al espectador.

VEREDICTO

La película es entretenida y sus dos horas y cuarto se pasan volando. Pero continuamente está la sensación de que, o faltan partes, o no está todo del bien hilada la historia. Rowling se empeña en hablarnos continuamente de varias familias de magos que no acaban de aportar nada a la historia, y todo lo que rodea a Credence Barebone al final carece de sentido hasta casi el mismísimo final, en el que se nos da la gran revelación sobre su identidad, que tampoco desvelaremos aquí, pero seguramente enfade a más de un fan.

Lo mejor: Johnny Depp. Su Grindelwald es lo mejor de la película, llevándonos directamente a un discurso final apoteósico en la que vemos que los malos no son tan malos después de todo. La banda sonora.

Lo peor: agujeros de guion. Newt Scamander... bueno, Eddie Redmayne. Poca conexión emocional con los personajes.

De todos modos, id al cine y juzgad vosotros mismos.