Queridos ‘millenials’, nos hemos hecho mayores: ‘Tú a Londres y yo a California ya tiene 20 años de vida. Y, pensando en ella ahora, sorprende la cantidad increíble de momentos icónicos que tiene. ¿Quién no recuerda la combinación de Oreos con mantequilla de cacahuete? Una mezcla terriblemente asquerosa, pero que en boca de una duplicada Lindsay Lohan parecía comida divina. Todo en ella(s) parecía de lo más emocionante: desde una lucha de esgrima hasta una partida de Póker. Eso sí, nunca nadie quiso agujerearse las orejas después de ellas. ¿Y qué me decís del momento lagartija en la boca? ¿O del delirante romance entre los “sirvientes”? ¿O los maravillosos modelitos de las gemelas? Por no hablar del baile-saludo con el mayordomo que todos quisimos hacer alguna vez, y sólo algunos valientes aprendieron.

Sí, el clásico de Nancy Meyers es una de las comedias familiares más célebres de los noventa. ¡De la historia! Hay algo en ella que la ha convertido en un tesoro de la cultura popular, que no envejece (aunque sí tiene algunas cosas custionables de las que hablaremos más adelante) y que ha sido icónica para toda una generación que ahora ya paga facturas y se plancha la ropa antes de salir. El tiempo pasa, amigos.

La película fue todo un éxito en aquel lejano 1998, colocándose en la taquilla veraniega estadounidense en segunda posición, sólo superada por ‘Salvar al soldado Ryan’. Pero más allá de su éxito comercial, que lo tuvo, aquí vamos a hablar de su legado. Del bueno y también del que igual tendríamos que hablar seriamente. Celebramos así su vigésimo aniversario, volviendo a las mujeres que la encumbraron, la villana que fue injustamente vilipendiada y el amor incondicional que aún le profesamos.

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Walt Disney Pictures

‘CRAZY RICH WHITE PEOPLE’

No es ningún secreto que Nancy Meyers ha construido su carrera en la ‘rom-com’ hablando de personajes blancos de clase considerablemente alta (con excepción de su trabajo como guionista -con el seudónimo de Patricia Irving- en ‘Jumpin’ Jack Flash’ con Whoopi Goldberg). No es que haya nada malo en ello, pero visto desde una época en la que la diversidad en la gran pantalla es una demanda social imperante, se ve como algo añejo. Ahora bien: “ese descarado e inquebrantable enfoque en las historias que existen en una burbuja libre de los problemas de nivel micro y macro que afligen a la mayoría de su audiencia hace algo maravilloso: las hace universales”, escribe Bobby Finger en el portal Jezebel.

Al fin y al cabo, los cuentos de hadas viven según sus propias normas

De repente, esas crisis vitales de la clase alta -esa que vive en grandes viñedos, tienen sirvientes y cruzan el Atlántico cuando les place sin reparar en gastos- se convierten en un universo propio que lleva la firma de Meyers, en el que los diálogos son divertidísimos y las situaciones dignas de un ‘slapstick’ moderno. Cabe la fisicidad de la comedia, pero no los problemas mundanos: sólo queremos ver a dos gemelas saboteando la futura boda de su padre, sin importarnos ningún contexto más allá. Así son, al fin y al cabo, los cuentos de hadas. Viven según sus propias normas.

‘Tú a Londres y yo a California’ es, por si a alguien se le había olvidado, un remake de ‘Tú a Boston y yo a California’ de 1961. Pero hablemos claro: el alumno ha superado al maestro. Sea por la época, el carisma de una jovencísima Lindsay Lohan (no, en serio, lo que hace en esta película es otro nivel de “niña prodigio”) o el buen hacer cómico de Meyers, esta película que ahora cumple dos décadas ha calado mucho más en el imaginario popular cinéfilo. Tanto como para hacernos pensar en ella cada vez que vemos un tarro de mantequilla de cacahuete.

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EN DEFENSA DE MEREDITH BLAKE

“Ser joven y guapa no es un crimen, ¿sabes?”, le dice Meredith Blake (Elaine Hendrix) a la hija de su futuro marido. Junto a esas cualidades que normalmente te ponen en la cumbre de la pirámide alimentaria (y también en el fondo de ella, dependiendo del día), el personaje acumulaba otras cualidades tradicionalmente negativas para una mujer: ambición, persistencia, determinación, sexualidad dominante, éxito profesional, ego, orgullo. Ah, y no le gustan los niños. Especialmente con el pelo naranja. ¡Blasfemia!

En el origen de este personaje se esconde el estereotipo de la mujer de éxito

Lo cierto es que Blake era una publicista de éxito antes de conocer a Nick Parker (Dennis Quaid), que, en su condición de hombre, ha logrado esquivar cualquier crítica. Y seamos francos: ¿no es criticable que iniciase una relación con una persona por la que, aparentemente, no sentía lo más mínimo? ¿No fue él quien engañó a Blake haciéndole pensar que él también quería casarse cuando, a la hora de la verdad, parece que sólo estaba un poco aturdido de comer tantas enchiladas en su rancho? La incapacidad de decisión y las mentiras que se cuenta a sí mismo (y a su entorno) son mucho más censurables que la determinación de una mujer que buscaba compartir su vida con alguien con poder, porque lo del amor y la familia le daba un poco igual.

Como villana, está llevada al extremo y por eso es imposible no odiarla. Es mala, muy mala. Pero en el origen de ese personaje se esconde un estereotipo de la mujer de éxito que, veinte años después, ya no se ve como algo que caracterice a la bruja de un cuento de hadas como este. Meredith Blake ha empezado este año a recoger algo de justicia, pues niñas endemoniadas le hicieron la vida imposible sólo por la imagen que construyeron de ella. Porque, en realidad, nunca se molestaron en conocerla. El villano de esta película es, a fin de cuenta, la peligrosidad de sentenciar a un libro por su cubierta.

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LONDRES, CALIFORNIA Y VICEVERSA

Sienta bien revisitar nuestros clásicos, y comprobar que su carisma no ha envejecido ni un sólo día (aunque algunas de sus creencias sí). La magia -la de verdad- es algo que no puede comprarse, ni siquiera en Hollywood. Además, ‘Tú a Londres y yo a California’ enseñó muchas cosas a los niños de los 90 y les hizo preguntarse otras tantas.

Como estas:

  • ¿Cómo no iba a saber alguien quién es Leonardo DiCaprio en los 90?
  • Nunca dejes que tu hermana te agujeree las orejas.
  • Una excursión en la naturaleza siempre saca lo peor de nosotros.
  • Antes de encontrarte con tu ex, tómate una copita. O dos.
  • ¿Quieres cortar una llamada de forma convincente? Aplasta un envoltorio de caramelo en el altavoz. Infalible.
  • Elizabeth James es una auténtica diosa.
  • El romance de los sirvientes era, en realidad, el mejor.
  • ¿Cómo demonios subieron las camas al tejado de la cabaña?
  • Los perros siempre tienen razón.
  • Se puede saber de vinos con 11 años. Y tú aún bebiendo ‘roncola’.
  • ¿Cómo puede ser que estas niñas jueguen tan bien al póker?
  • Nunca es tarde para hacer las cosas bien.

Que veinte años no es nada, decía Carlos Gardel. Ay. El clásico de Nancy Meyers seguirá envejeciendo con pocas películas que puedan hacer frente a su desbordante carisma y a su inquebrantable creencia de que todo es posible.

Headshot of Mireia Mullor

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.

En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.

Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.