Uno de los estrenos más esperados de la temporada es, sin duda, 'Glass'. ¡Quién le iba a decir a M. Night Shyamalan (o como le llama Homer Simpson, 'Mr. Night Shyamalan') que iba a volver a estar en el centro de las miradas, después de casi una década de ostracismo y rechazo! Esta nueva película, que cierra la inesperada trilogía de la deconstrucción de los superhéroes iniciada con 'El Protegido' y continuada con 'Múltiple', une a tres actores de la talla de James McAvoy, Bruce Willis y Samuel L. Jackson, muy bien acompañados por la siempre magnífica Sarah Paulson y, pese a que las críticas no están siendo muy favorables, el éxito en taquilla está asegurado.
Uno de los principales elementos que hicieron que 'Múltiple' funcionara tan bien fue la maravillosa interpretación de James McAvoy, que protagonizaba la cinta, y cuyo mayor handicap era tener que cambiar de personalidad continuamente a lo largo de la cinta, no solo modificando su vestuario sino su voz, dándole a cada personaje que interpreta una entonación, una gravedad, una personalidad al fin y al cabo, diferente. Pero claro, cada una es un mundo, y algunas fueron fáciles de encontrar... pero otras no tanto.
Según cuenta McAvoy, con la voz que más le costó dar fue con la de 'La Bestia'. Tanto es así que tuvieron que recurrir al retoque para añadirle un tono más oscuro y grave a la voz, y asemejarla más a la de un animal.
Se perdió una mañana de instituto para ver el final de ‘Perdidos’ y, aunque la leyenda cuenta que está en FOTOGRAMAS por sus tortillas de patata, la realidad es que lleva en la revista desde 2016 como “el chico de los vídeos”. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, un día se cansó de vivir entre muggles y, antes de que ‘Cinema Paradiso’ y ‘El espíritu de la colmena’ despertaran su fascinación por el séptimo arte, decidió (no) crecer imaginando su infancia entre hobbits y jedis. Vive enamorado de Emma Watson y Michael Scott, y está convencido de que su cima en la vida ha sido, es y será decirle a Viggo Mortensen en un ascensor que todavía guarda una figura de acción de Aragorn.