En 1981, José Luis Garci creó a Germán Areta, uno de los personajes que haría historia en nuestro cine gracias a la genial interpretación de Alfredo Landa. Se podría decir que con ‘El crack’, Garci recuperó (si no inició) el género del ‘noir’ español. Y el éxito de la primera entrega fue tal que, dos años después, rodó una secuela con los mismos protagonistas.
En la primera entrega, Areta, investigador privado duro y solitario apodado El Piojo, se hace cargo de la desaparición de la hija de un empresario de Ponferrada cuya única pista es un antiguo novio de la joven que trabaja en la radio. La secuela, más arriesgada y transgresora, giraba alrededor de la muerte de un médico homosexual empleado en una empresa farmacéutica dedicada a falsificar medicamentos.
Casi 40 años después de las dos películas, Garci, a petición de Maite Imaz, viuda de Alfredo Landa, ha decidido cerrar la trilogía con ‘El crack cero’, una precuela en la que Carlos Santos se mete en la piel del mítico personaje. Pero él no es el único que se ha enfrentado a la responsabilidad de retomar unos roles excelentemente interpretados en su momento. Si Miguel Rellán se ganó el halago de crítica y público gracias a su interpretación de Cárdenas, el Moro, antiguo delincuente que se convierte en la mano derecha del Piojo, Miguel Ángel Muñoz compone en ‘El crack cero’ un muy digno antecesor para retratar los orígenes de uno de los personajes más queridos de la saga.
Luis Varela recupera a Rocky, el barbero aficionado al boxeo que en las dos primeras entregas encarnó Manuel Lorenzo. Pedro Casablanc, por su parte, se mete en la piel de don Ricardo, el Abuelo, el jefe de Germán cuando era policía y que originalmente interpretó José Bódalo.
Por lo demás y como entrañable y delicioso telón de fondo, las mismas partidas de mus, el mismo humo de cigarrillo, los combates de boxeo y una preciosa Gran Vía, como no podía ser de otra manera, en blanco y negro.
Director digital de Fotogramas.es y el español vivo que ha visto y ve más cine español. Se mete 1,7 películas al día y escribe sobre ellas 40 horas a la semana desde hace 20 años. Y no solo cine patrio. Desde los títulos más indies hasta los blockbuster imprescindibles o lo más selecto de los festivales internacionales. Todo vale para alimentar su inagotable ansia cinéfila. Y, por supuesto, sin dejar de lado las series de televisión.
Por su grabadora ha pasado todo el 'star system' español… y gran parte del internacional. Desde que se licenció en Periodismo allá por… Bueno, desde que se licenció en Periodismo, ha trabajado en varias cabeceras de Hearst, como TP, Supertele o Teleindiscreta, antes de aterrizar en Fotogramas, curiosamente, la revista que le empezó a despertar su pasión por el séptimo arte desde bien pequeñito.
También es actor pero, a la espera del Goya Revelación, está felizmente encasillado en su papel.