Joaquin Phoenix quería otro tipo de transformación física para Joker. Puestos a cambiar el origen del personaje, puestos a pensar en otra forma de dar vida al personaje, puestos a desligar (sin que nadie se entere) al personaje del Universo DC, lo suyo era otro tipo de transformación física. Pero, claro, esto era lo que pensaba Phoenix. Porque Joaquin Phoenix quería un Joker más parecido al Toro Salvaje de Scorsese, al Jake LaMotta que inspiró a Robert de Niro, más parecido al Fat Thor de Chris Hemsworth -sin el toque gamberro, claro- que al finísimo Joker que ha creado Todd Phillips. No era tanto por emular a esos otros personajes, que, honestamente, a Phoenix no le podrían importar menos, como por tener la libertad de explorar la enfermedad mental desde otro marco. Phillips quería que la delgadez física del personaje tuviera que ver con cómo le consumen todos esos años de desgracias, que tuviéramos un referente visual de cómo la enfermedad había consumido al personaje antes de que comenzara a cometer 'locuras' (así, entre comillas). Esos hipnóticos movimientos de omóplatos nos recuerdan a criminales como Buffalo Bill en El silencio de los corderos y nos predisponen hacia un tipo de estado mental. Tanto Phoenix como Phillips estaban de acuerdo en que era importante que hubiera un "cambio drástico de peso" para interpretar al personaje, solo que, al final, Phillips impuso su criterio.

"Solo quería la libertad de crear algo que no fuera identificable", ha explicado Phoenix durante la promoción de Joker. “Este es un personaje ficticio y no quería que un psiquiatra pudiera identificar el tipo de persona que era antes de que se lo contara la película. Nos estábamos metiendo en la medicación y en qué problemas podría tener, y pensé: Alejémonos de eso. Quería tener espacio para crear lo que quisiera". Eso por un lado. Además, Phoenix ya había perdido peso para abordar un personaje y quería cambiar de tercio. Era un recurso manido y él quería algo nuevo para el Joker.

Menos mal que no le hicieron caso y le hicieron olvidarse de Fat Joker (¿te imaginas ahora un hashtag #FatJoker al estilo de #FatThor?). "Lo difícil es despertarse todos los días y estar obsesionado con engordar más de 100 gramos. [...] realmente desarrollas algo parecido a un desorden. Quiero decir, es salvaje. Pero creo que lo interesante para mí es lo que había esperado y anticipado con la pérdida de peso fueron estos sentimientos de insatisfacción, hambre, cierto tipo de vulnerabilidad y debilidad. Pero lo que no anticipé fue este sentimiento de fluidez que sentí físicamente. Sentía que podía mover mi cuerpo de una manera que no había podido antes. Y creo que eso realmente se prestó a algunos de los movimientos físicos que comenzaron a surgir como una parte importante del personaje", contó en una entrevista con la agencia de noticias Associated Press.

En este caso no hay ninguna duda sobre cómo ha perdido kilos Joaquin Phoenix. No hay ninguna duda razonable sobre si era CGI o no, como en el caso de Robert Downey Jr. El actor siguió una estricta dieta para perder 23 kilos. Ese fue el primer paso para empezar a prepararse el personaje. "Resulta que impacta en tu psicología. Realmente empiezas a enloquecer cuando pierdes tanto peso en tan poco tiempo", contó también el actor durante la promoción de la película.

La pérdida de peso afectó también al rodaje. Si se querían hacer cambios, se tenían que hacer sobre la marcha. Básicamente porque no se podían grabar de nuevo las escenas. 23 kilos son muchos kilos y cualquier cambio de peso quedaría reflejado en pantalla. Y a esta película no le sentaría especialmente bien meterle CGI.

¿Por qué era necesaria esa transformación física radical?

Porque ni Heath Ledger, ni Jared Leto tuvieron que perder peso para meterse en el personaje del Joker para las versiones de El caballero oscuro y el Escuadrón Suicida. Menos aún Jack Nicholson para el Batman de Tim Burton. Y la explicación es muy sencilla. Ni Nicholson, ni Ledger, ni Leto nos muestran el nacimiento del personaje, su evolución. Nos plantean una versión del personaje: en el caso de Ledger, al Joker filósofo; en el caso de Leto, al Joker maníaco, y en el caso de Nicholson, al perfecto villano psicópata juguetón de cartón piedra. En el caso del Joker de Phillips y Phoenix asistimos a la gestación del personaje: todo lo malo que le ha ocurrido a lo largo de su vida le ha afectado físicamente, y eso es exactamente lo que nos quieren mostrar.

Es una metáfora, pero también son las pruebas físicas del deterioro, un deterioro físico paralelo, entendemos, a un deterioro mental. Por eso entendía Phillips que tenía que adelgazar. No para cuadrar con el canon de los cómics y del Universo DC y del Universo Batman que siempre nos han lanzado un Joker fibrosito, sino porque no habría tenido sentido un Joker entrado en kilos. Para eso está el excesivo Lex Luthor, un psicópata de nacimiento, alimentado por su ego, metafórica y físicamente.

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Rafael Galán es experto en tecnología y escribe desde 2018 en Esquire sobre tablets, smartwatches, móviles, auriculares inalámbricos, altavoces portátiles, smart tv y todo tipo de gadgets tecnológicos, supervisando todas las ofertas y guías de compra que publica la revista online. 

Sus artículos son un híbrido entre la arqueología, la review tecnológica y el más noble afán caza-chollos, con la particularidad de que solo escribe de los productos que le apasionan. Si no es un producto Esquire, mejor no derramar ni una sola gota de tinta. Asimismo cubre para Esquire la actualidad de las principales empresas tecnológicas, empezando por Apple, Google, Microsoft, Amazon y Meta y continuando con Samsung, Lenovo, Asus, Xiaomi, Huawei, Honor y Acer, así como de las compañías empresas punteras en el terreno de los relojes deportivos inteligentes, como Suunto, Garmin, Coros o Amazfit, y el sonido, como Sony, Anker, JBL, Bowers & Wilkins o Bang & Olufsen.  

Antes de incorporarse a Esquire cursó una licenciatura de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y escribió durante 15 años sobre la intersección entre tecnología y estrategia de negocio en la revista Emprendedores, publicación con la que recorrió el país dando conferencias sobre start ups de base tecnológica y de la que fue en su última etapa coordinador de la edición digital.

Obsesionado con Amazon desde 1998 lleva ya dos décadas largas analizando la estrategia de precios de la compañía y ha escrito diversos artículos sobre cómo vender en Amazon, desde tablets para niños hasta ropa deportiva. Asimismo es autor del libro 'Cómo escribir un business plan en una semana', que es, en realidad, un caballo de Troya en el que explica cómo montar un negocio online, expertise que ha compartido para grandes empresas como BBVA o Telefónica (sí, es el chaval de gafas del curso que hiciste hace unos años). 

En la actualidad escribe también sobre Inteligencia Artificial y forma parte del Hearst Innovation Hub que estudia los cambios que la IA está provocando en la tecnología, la sociedad y el periodismo.

Además de ser autor de varios libros y un apasionado de la tecnología, es un geek de tomo y lomo, obsesionado con el Universo Marvel y DC, pasión que saltó de los comics a la gran pantalla desde que se estrenó Batman (el bueno, el de Michael Keaton) y sigue todavía con las series de Disney Plus (Caballero Luna, Wandavision, Loki…) y todo el catálogo de CW en HBO (Flash, Legends of Tomorrow, etc). Si a eso le sumas su adicción a los juegos de mesa (especialmente los Colonos de Catán) y su fascinación por la magia te haces una buena idea de qué pie cojea este experto en tecnología.