- Kelly Marie Tran avala el debate sobre si Raya, la protagonista de 'Raya y el último dragón', es una princesa 'queer'.
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No hace tanto tiempo desde que Disney empezó a abrir sus historias a otras orientaciones sexuales más allá de la heteronormatividad, aunque es algo todavía reservado a pequeños proyectos en 'streaming' y no tanto para sus aventuras animadas de gran presupuesto y vocación de taquillazo, donde parece que aún hay barreras demasiado difíciles de traspasar para la representación LGBTI+. Sin embargo, su nueva incorporación al canon de las princesas, 'Raya y el último dragón', quizás podría considerarse un paso hacia adelante.
Al menos, así lo piensa Kelly Marie Tran, la actriz que le da voz y que ha asegurado que, desde el primer minuto, vio en el personaje y su relación con Namaari, otra guerrera de Kumandra (y a quien pone voz Gemma Chan), una conexión que iba más allá de la amistad. En una entrevista con Vanity Fair, preguntada sobre la posibilidad de una relación romántica entre ambas, la actriz dijo: "Estoy obsesionada con Namaari y estoy obsesionada con Gemma Chan, así que estoy muy emocionada de que lo hayas mencionado: creo que si eres una persona que está viendo esta película y ves esa representación de una manera que te parece real y auténtica, entonces es real y auténtica. Creo que podría meterme en problemas por decir esto, pero me da igual".
No es la única que lo sintió así desde que 'Raya y el último dragón' se estrenó en cines y Disney+ el pasado 5 de marzo. En el portal The Mary Sue se hacen eco del creciente 'shippeo' y escriben: "Lo 'queer' de Raya y Namaari no está solo en las cosas superficiales como el hecho de que ninguna de los dos exprese interés en los hombres o de que el corte de pelo y los tríceps de Namaari son la materia del clásico estilo 'butch'. No, como cualquier gran 'ship', el verdadero atractivo aquí es lo compleja e interesante que es su relación. La dinámica entre Raya y Namaari es clave para toda la película".
Lo cierto es que es imposible no ver en la película una conexión muy especial entre ambas: la forma en que flirtean cada vez que se encuentran, los sentimientos que nacen cuando sus posturas enfrentadas empiezan a acercarse, la sensación palpable de que ambas quieren caminar hacia la misma dirección y comparten las mismas pasiones y deseos... Hay un subtexto al mismo tiempo sutil y evidente de tensión sexual entre Raya y Namaari, aunque, y esto es cierto, nunca se explicita en la historia.
No es la primera vez que vemos la representación LGBTI+ en Disney, pero siempre ha sido de una forma marginal, nunca protagonista. Por ejemplo, el muy breve momento gay en el remake de 'La bella y la bestia' con el personaje de Josh Gad, un beso entre personas del mismo sexo (de esos de los que te lo pierdes si parpadeas) en una escena de 'Star Wars: El ascenso de Skywalker', una rápida mención en 'Onward' a la novia de una agente de policía o bien en forma de personajes que nunca se explicitan como 'queer' en el contexto de la historia, pero luego se definen como tal por sus actores o creadores en informaciones posteriores (como la pansexualidad de Lando Calrissian en 'Han Solo: Una historia de Star Wars' o la bisexualidad de Valkiria en 'Thor: Ragnarok'). También podemos incluir, por petición popular, a Elsa de 'Frozen', para la que los fans pidieron una novia, pero se tuvieron con conformar con que los guionistas no la juntasen románticamente con nadie en absoluto.
Como vemos, los muy costosos largometrajes de Disney aún no han encontrado el valor para poner al frente de sus historias a personas abiertamente LGBTI+. Sí lo han conseguido, eso sí, en algunas de sus series. Luz Noceda de 'Casa Búho' se convirtió el año pasado en la primera protagonista bisexual de una producción de Disney. Su creadora, Dana Terrace, cuenta en Vanity Fair: "Me senté en una sala de conferencias y me dijeron que no podía, de ninguna manera, tener ningún tipo de historia gay entre los personajes principales. Me enfadé, exploté y salí corriendo de la sala. La vida es corta y no tengo tiempo para la cobardía, estaba lista para pasar a pastos más verdes si era necesario. La terquedad dio sus frutos y una o dos semanas después me dieron el visto bueno". También escribió en Twitter: "¡Soy bisexual! Quiero escribir un personaje bisexual, ¡demonios! Por suerte, mi tozudez valió la pena y ahora tengo mucho apoyo del actual liderazgo de Disney". Recientemente también se ha incorporado al catálogo de Disney+ (a través del canal Star, porque la compañía la consideró demasiado "adulta" para su catálogo juvenil) la serie 'Con amor, Víctor', 'spin-off' de la película 'Con amor, Simon', y donde seguimos la vida de un adolescente que está descubriendo su orientación sexual mientras lidia con su situación familiar y su rol en un nuevo instituto. Parece que, en 'streaming', la representación da pasos más grandes y arriesgados.
En cuanto a la representación LGBTI+ en grandes producciones, a menudo nos debatimos entre dos conceptos. El primero es el de 'queerbaiting', una técnica de marketing utilizada para atraer espectadores 'queer' a ciertos productos artísticos con la promesa de que habrá tensión romántica o sexual entre dos personajes del mismo sexo, pero que al final resulta un aspecto de la historia ya no sutil, sino directamente inexistente. Vaya, una manera de apelar a una parte del público y hasta ganarse una reputación de progresismo y diversidad, pero al mismo tiempo no enfadar demasiado a la masa LGBTI-fóbica que podría hacerles un boicot. Hay muchos ejemplos. Pero hay otro concepto que enlaza de formas ambiguas con el primero, y en el que se puede encajar el caso de 'Raya y el último dragón': el 'queer coding', que se refiere a cómo podemos "codificar" ciertos personajes o historias de ficción como 'queer', aunque no lo sean explícitamente. La diferencia con el 'queerbaiting' es que este fenómeno no busca atraer la complicidad del colectivo (y su dinero), no se utiliza como estrategia publicitaria, sino que forma parte intrínseca de su ADN. La creadora de 'She-Ra' de Netflix, Noelle Stevenson, explica: "Como creadores, no siempre tenemos la opción de incluir contenido queer explícito. Muchas veces, cuando ves 'queer coding', hay alguien trabajando en el proyecto que está poniendo una parte de sí mismo en él y creando personajes que le representan, incluso si no recibe apoyo para hacerlo de forma explícita".
No sabemos a ciencia cierta si ese es el caso de Raya y Namaari, pero, viendo sus interacciones en la película, no nos extrañaría nada. Ya podemos escuchar en la lejanía aquellos que se preguntarán por qué hay que buscarle subtextos a las historias, qué importa cuál es la orientación sexual de un personaje, es que nadie va a pensar en los niños... Pero lo que no entienden es lo importante que es la representación de lo no normativo en las películas para el gran público, especialmente las orientadas a un target infantil y juvenil, capaces de normalizar en la gran pantalla lo que en la sociedad ya hace tiempo que es normal, aunque haya quien aún se niegue a aceptarlo.
Entonces, ¿es Raya la primera princesa LGBTI+ de Disney? Quizás, como dice Kelly Marie Tran, tengamos que creer lo que sea "real y auténtico" para nosotros. Vivir en la ambigüedad hasta que los estudios tengan la valentía de representar a todas las personas que, también, viven y aman en este mundo.

Mireia es experta en cine y series en la revista FOTOGRAMAS, donde escribe sobre todo tipo de estrenos de películas y series de Netflix, HBO Max y más. Su ídolo es Agnès Varda y le apasiona el cine de autor, pero también está al día de todas las noticias de Marvel, Disney, Star Wars y otras franquicias, y tiene debilidad por el anime japonés; un perfil polifacético que también ha demostrado en cabeceras como ESQUIRE y ELLE.
En sus siete años en FOTOGRAMAS ha conseguido hacerse un hueco como redactora y especialista SEO en la web, y también colabora y forma parte del cuadro crítico de la edición impresa. Ha tenido la oportunidad de entrevistar a estrellas de la talla de Ryan Gosling, Jake Gyllenhaal, Zendaya y Kristen Stewart (aunque la que más ilusión le hizo sigue siendo Jane Campion), cubrir grandes eventos como los Oscars y asistir a festivales como los de San Sebastián, Londres, Sevilla y Venecia (en el que ha ejercido de jurado FIPRESCI). Además, ha participado en campañas de contenidos patrocinados con el equipo de Hearst Magazines España, y tiene cierta experiencia en departamentos de comunicación y como programadora a través del Kingston International Film Festival de Londres.
Mireia es graduada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y empezó su carrera como periodista cinematográfica en medios online como la revista Insertos y Cine Divergente, entre otros. En 2023 se publica su primer libro, 'Biblioteca Studio Ghibli: Nicky, la aprendiz de bruja' (Editorial Héroes de Papel), un ensayo en profundidad sobre la película de Hayao Miyazaki de 1989.