El director Roland Emmerich (Stuttgart, Alemania, 1955) no es un conspiranoico aunque su filmografía se empeñe en decir lo contrario. ¿El misterio de las pirámides? 'Stargate, puerta a las estrellas' (1994). ¿El calendario maya? '2012' (2009). El realizador de 66 años incluso ha cuestionado si Shakespeare era Shakespeare en 'Anonymous' (2011) y, por supuesto, se ha reído delÁrea 51 en su película más taquillera, 'Independence Day' (1996). Así que después de recaudar más de 3.000 millones de dólares en la taquilla mundial como el llamado ‘maestro de la destrucción’ –un calificativo que, nos cuenta, "odia"– y convertirse en el 15.o director más taquillero del mundo con estas historias, ¿quién le va a discutir sus fuentes de inspiración? "Suenan totalmente locas, pero luego viene el ¿por qué no?" Afirma alguien que es alemán, ergo escéptico, que no cree lo que cuenta, pero que se inspira en este tipo de historias para hacer pasar un buen rato. Por ejemplo, en esta ocasión, en el libro 'Who Built the Moon?', de Christopher Knight y Alan Butler, que se leyó hace ocho o nueve años y le hizo cuestionarse el origen del único satélite natural terrestre.

Así nació 'Moonfall', su último trabajo, "un concepto muy simple", dice, al que ha añadido otros elementos como el cambio de órbita de la Luna, su efecto en las mareas, la inevitable destrucción de edificios icónicos (en esta ocasión el Chrysler neoyorquino) o la lucha contra reloj para salvar ala humanidad incluso si eso significa dejar detrás a los seres queridos. ¿Y vida alienígena? "No", contesta tajante. Lo dice y lo repite, aunque es difícil creerle. "Mis películas siempre son más grandes que la realidad", afirma casi como excusa alguien que no busca el realismo sino el entretenimiento. "Está claro que en 'Moonfall' hay una historia de fondo, algo que llamamos el nanoenjambre. Algo o alguien tuvo que construir la Luna. Pero quiero que el espectador lo descubra solo", da como única pista.

moonfall, de roland emmerich
Diamond Films

EL DÍA DEL FIN DEL MUNDO

Emmerich es quien ha construido este nuevo apocalipsis, irónicamente cuando el mundo entero está atravesando su propia distopía. Pero incluso con la COVID-19 de telón de fondo, la realidad que rodea a Emmerich es una minucia comparada con el universo de sus películas. "Me costó tres, cuatro meses más y un toma y daca con la compañía de seguros que añadió 1,5 millones de dólares al costo de los actores y 5,6 millones de dólares en temas COVID. Además, tuve que rodar en 61 días, pero esto no cambió ni una coma del guion", indica quien no faltó un día al estudio, a escasos10 minutos de su mansión, en el corazón de Hollywood.

A lo largo de sus 31 años de carrera en Hollywood, algo ha cambiado en Emmerich. Ahora, además de hablar como un realizador, habla como un productor. Como dice, el único que rueda épicos como si fueran películas independientes. Se cansó de que los grandes estudios se quedaran en propiedad con sus películas, y que con cada nuevo proyecto le vinieran con la misma cantinela de que es muy caro, muy grande, muy... Emmerich. Así que tras el desastre de 'Independence Day: Contraataque' (2016), el realizador se ha independizado de todos formando su estudio, Centropolis, con el que ya produjo 'Midway' (2019) y donde es el jefe, el que hace lo que le da la gana. "Yo soy mi propio estudio y así tengo la última palabra" –resume apoyado por Stuart Ford en AGC–. "Ya no se hacen grandes películas fuera de los estudios, películas independientes, como las que hacían antes (Bernardo) Bertolucci o (Luc) Besson. Ahora solo se hacen de ese tamaño las de Marvel y la DC y no son de mi estilo. De algún modo soy el último mohicano. Ya no se hace cine de ficción del que me gusta. Bueno, ChrisNolan, ahí anda y quizás James Cameron y Steven Spielberg. Incluso 'Dune' (D. Villeneuve, 2021), que me gustó mucho, probablemente no sería una película que yo haría. No me gustan las películas futuristas. No tienen empatía. Solo 'Star Trek' porque trata de gente normal. Pero el género se ha reducido a películas de superhéroes y a mí esas no me gustan tanto", gruñe el también guionista.

moonfall
Lionsgate

PEDIR LA LUNA

Como dice desde su despacho, la independencia lograda no ha venido a costa de recortes sino gracias a su cabezonería y a una detallada planificación. De hecho, la gestación de 'Moonfall' dio comienzo cuando todavía estaba ultimando 'Midway'. Una producción que está en los 150 millones de dólares y para la que no ha escatimado en efectos visuales, contando con estudios como Framestore, Pixomondo, Scanline y DNEG. "¿Lo más difícil de la película? El nanoenjambre, sin duda. Ni me lo recuerdes", exhala. El realizador tampoco escatima en actores, aunque para contrarrestar el caché de Halle Berry, Emmerich reconoce que el resto del reparto fue "bastante barato" y que no los requirió en el set ni muchos días ni horas extras. "En Marvel todo son estrellas y películas de tres horas que se ruedan durante 120 días y su costo sube a los 320 o 350 millones de dólares. No es necesario", refunfuña hablando de la competencia.

Parte de la generación que recuerda a la perfección la llegada del hombre a la Luna, a Emmerich no le importaría convertir 'Moonfall' en una saga. "Pero eso depende del público y no quiero gafarla", se corta mientras el productor que hay en él piensa en voz alta cómo rodaría la segunda y la tercera parte juntas para abaratar costos y le encantaría seguir el antiguo esquema de los seriales, cuando dejaban el final en el aire. ¿Lo que no le gustaría? "Ir a laLuna. ¿Estás loca? ¿Sentarme encima de un cohete que puede explotar en cualquier momento? Prefiero esperar a que la carrera espacial esté mucho más avanzada y para entonces ya estaré muerto".

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Lionsgate

Este artículo aparece publicado en el número de FOTOGRAMAS de febrero de 2022.

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