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Nino Rota dijo una vez sobre su trabajo como compositor: "¿Creen que mi música es solo un poco de nostalgia sumado a buen humor y optimismo? Bueno, así es exactamente como me gustaría que me recordaran".
La frase un tanto irónica, dado que su trabajo más recordado es la partitura que hizo para 'El padrino', una cinta en la que no hay espacio para esos calificativos, dignos de la música para una feel good movie, no para la película que Francis Ford Coppola dirigió hace 50 años. Sin embargo, su trabajo para la película de 1972 es una de las composiciones musicales más reconocidas de la historia del cine.
Nino Rota: un niño prodigio de la música
Rota nació en Milán en 1911. A muy pronta edad se vislumbraron sus dotes para la música: con cinco años empezó a componer y con 14 ya tenía creadas óperas. En 1933 emprende su carrera en el cine, una trayectoria en la que su nombre iría unido a paisanos suyos como Franco Zeffirelli ('Romeo y Julieta'), Luchino Visconti (hizo la partitura de 'Noches blancas', 'Rocco y sus hermanos', 'El gatopardo') o Federico Fellini (de él son las bandas sonoras de 'La Strada', 'Fellini 8 ½', 'La dolce vita' o 'Amarcord').
En 1972 firma la banda sonora para Coppola. El trabajo, a día de hoy una de las músicas más recordadas del cine, fue reconocido por la Academia, aunque por poco tiempo. La banda sonora fue descalificada en la edición de los Oscar de su año. ¿Por qué?
Rota recibió nominación por su trabajo, pero fue revocada al revelarse que parte del tema de amor se había usado para otra banda sonora, concretamente para 'Fortunatella', una película de 1958. Por tanto, entró una nueva partitura nominada: la que había compuesto John Addison para 'La huella'. Curiosamente la música ganadora ese año fue para una película de dos décadas atrás: 'Candilejas'. La película se estrenó en 1952, sin embargo, no había sido exhibida en Los Ángeles hasta 1972. Las reglas de la Academia exigían la exhibición del filme en dicha ciudad durante el año anterior para estar considerada entre las posibles nominaciones. Y finalmente, la cinta de Charles Chaplin ganó.
Por suerte ese episodio con la Academia no supuso el final para Rota, el cual se llevó el Oscar por su partitura de 'El Padrino II', estrenada dos años después. El compositor falleció en 1979 dejando uno de los legados más brillantes de la historia de la música cinematográfica. Volvamos a la música hecha para Don Vito y su familia.
La nostalgia hecha música
El compositor se quedó un tanto sorprendido cuando el director Francis Ford Coppola le llamó para, parafraseando al personaje de Marlon Brando, "hacerle una oferta que no podía rechazar". El italiano quiso ver antes el trabajo y el cineasta se fue hasta Italia (con el primer montaje, que duraba unas cinco horas). Rota aceptó el cargo. Fue idea del propio Coppola usar un vals para acompañar la personalidad de su personaje principal y la de su familia, dado que este baile se basa en movimientos circulares, una referencia a la espiral casi interminable de delitos en la que están envueltos los Corleone.
El tema conocido también como el tema de amor (ese que ha sido tarareado por media humanidad), se había compuesto como se ha señalado antes para 'Fortunella'. Dicha composición fue rescatada por Rota dado que iba perfecto para la historia, concretamente para ese viaje de Michael a Sicilia, el momento en el que Michael, un Corleone, se acerca a sus raíces, al inicio de todo. La música tenía que resaltar esa halo de tristeza, añoranza y legado de una estirpe.
Lo característico de la famosa banda sonora, y sobre todo ese vals que se reitera a lo largo del metraje, es lo paradójico que resulta: es una música que evoca nostalgia. Rota traduce en su creación esa nostalgia de la relación padre-hijo. El vals para la cinta establece la naturaleza particular del poder de la familia Corleone: arraigado en una nostalgia perenne y en búsqueda de constante renovación.
La película parece ser consciente de lo que depara el futuro, pero mientras Coppola hace que el público y los personajes de la película vayan descubriendo ese final, Rota da pistas a través de su tema principal. Es como si el Vals musitara la frase "Nunca quise esto para ti, Michael", antes de que el mismo Vito Corleone la pronuncie. La música por tanto funciona como nexo: ese vals se coloca entre las escenas que hacen la transición de padre a hijo, es un vínculo más de ambos personajes, señala el camino que recorrerá Michael hasta convertirse en el Don. Rota consiguió que ese legado mafioso se pudiera convertir en notas musicales. Todo lo que no se verbaliza en la película se hace melodía, como un apunte más de lo que le depara a Michael en su futuro.
Roberto Cueto detalla en su libro 'Cien bandas sonoras en la historia del cine' que Rota sabe subrayar la tragedia familiar de la película además de la violencia en la que vive inmersa: por una parte, la música expresa la nostalgia del forastero fuera de su tierra, otorgando al concepto de familia una dimensión enraizada, fija y constante sea en el lugar que sea (están en Estados Unidos, pero la idea de Sicilia sigue estando presente). Por otro lado, ensalza el mundo de la violencia, casi como si fuera parte de un ritual antiguo. Como Cueto explica, ambas temáticas se mezclan a la perfección en la escena del bautizo, montado junto a escenas en las que se ejecuta a los hombres que Michael ha ordenado matar.
Rota alcanzó esa versatilidad con una composición evocadora, rebosante de pesadumbre y recuerdo. Una música que como la trama a la que acompaña, ha quedado para la posteridad.
María es experta en cine, series y televisión. Lleva más de 10 años escribiendo sobre cine y ya son siete los que lleva en Fotogramas.
Hace muchos años comenzó a coleccionar de revistas de cine, donde encontró algo más que un hobby. Por ese motivo, cuando le tocó escoger carrera, se metió a estudiar Comunicación Audiovisual (pensando como idea loca escribir en el futuro en algún medio como Fotogramas). Después hizo un Máster en el IED en Comunicación. Aunque ha trabajado en showrooms y departamentos de prensa, lo que más le gusta dentro del gremio son las labores de periodista: escribiendo, presentando o locutando.
Comenzó como redactora y crítica cinematográfica en varios medios online especializados en cine y series. Se ha encargado de cubrir festivales como la Berlinale, Cannes, Gijón, Málaga o San Sebastián, haciendo entrevistas o crónicas diarias. Más tarde fue la encargada de los contenidos de cine de la revista Madriz. De ahí surgieron varias colaboraciones en otros medios como S Moda, eCartelera, El Duende o Pikara Magazine. En 2016 comenzó su andadura por Fotogramas y ahí sigue.
Se encarga de hablar sobre las novedades del cine español, los estrenos de Netflix, HBO, Marvel, cubrir el festival de cine de San Sebastián, carreras de premios o haciendo listados de películas (su buena memoria le ha venido muy bien para esta actividad). Además la puedes escuchar conduciendo el programa de radio 'Vivir de cine' en Radio Intereconomía, donde se repasa la actualidad cinematográfica semana tras semana.