Al igual que el millonario Bruce Wayne, Robert Pattinson (Londres, 1986) fue durante mucho tiempo un hombre motivado por una obsesión. "Mis agentes se llegaron a cansar de que les preguntase todos los años si había nuevas noticias sobre Batman", confiesa el actor, incapaz de reprimir una sonrisa. "Necesitaba saber si el papel estaba vacante o no, pero tampoco quería hacerme muchas ilusiones... Sé que estas cosas son complicadas. El caso es que nunca estaba seguro de si me tomaban en serio. Creían que no se parecía en nada a los papeles que suelo perseguir y que más me interesan, pero lo cierto es que a mí me parece todo lo contrario. Es la joya de la corona, el personaje más interesante al que puedes aspirar como actor".

Así, tras años de soñar despierto con ponerse bajo la capucha del Caballero Oscuro, Pattinson obtiene exactamente lo que deseaba en 'The Batman', espectacular y casi operístico blockbuster con el que Matt Reeves y él quieren reconceptualizar al personaje para una nueva década. O, dicho de otro modo, respetar su legado al tiempo que se aproximan a él como si fuesen los primeros en adaptarlo para la gran pantalla, como si todo en su universo estuviese aún por(re)inventar. Es una visión tan fresca y desafiante que necesitábamos hablar con su intérprete sobre lo que ha necesitado para llevarla a buen puerto. Esto es lo que un actor tan exigente consigo mismo como Robert Pattinson hace cuando su obsesión se transforma en realidad. O cuando le garantizan acceso a su particular joya de la corona.

robert pattinson as bruce wayne, the batman
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SIMPATÍA POR MR. HYDE

Es comprensible que alguien que lanza su carrera en 'HarryPotter y el cáliz de fuego' (M. Newell, 2005) y le dedica después cinco años a una saga como Crepúsculo tome una decisión de lo más consciente tras el estreno de 'Amanecer - Parte 2' (Bill Condon, 2012): nada de franquicias por una buena temporada. En su lugar, Robert Pattinson ha construido meticulosamente una filmografía plagada de grandes cineastas y papeles en los que ha podido demostrar su casi sobrenatural habilidad para habitar todo tipo de personajes, ya sea en proyectos independientes o en superproducciones tan sofisticadas como 'Tenet' (Christopher Nolan, 2020). Su regreso al cine de franquicias debía producirse, por tanto, en sus propios términos. Y con la compañía adecuada.

"Desde mi primera reunión con Matt Reeves", explica el actor, "tuve claro que ambos teníamos la misma idea de lo que debía ser Batman, o de lo que queríamos hacer con él. Me dijo que su objetivo no era hacer una película de acción, que no entendía a Batman como un héroe de acción. En su lugar, esta debía ser una historia de detectives. Cine negro, pero con ese ángulo cínico y paranoico que tenían películas como 'La conversación' (F. F. Coppola, 1974). Era evidente que estábamos en la misma onda". El director está de acuerdo: lo suyo fue un flechazo directo, motivado por una comprensión compartida de cómo la mitología del superhéroe creado a finales de los años 30 por Bob Kane y Bill Finger podía y debía ajustare a nuestra realidad cotidiana, ofreciendo así un comentario en forma de espejo deformante. "Batman se presta a infinidad de interpretaciones", explica Reeves, "a grandes relatos mitológicos, por lo que es fácilmente adaptable a cualquier contexto histórico. Lo que nosotros queríamos era conectar con la esencia del personaje al tiempo que ofrecíamos un enfoque capaz de resonar con el público actual. Ese ha sido nuestro camino en 'The Batman', y espero que el público nos siga".

"Lo más importante de nuestra versión", continúa Pattinson, "es que trata de huir de esa dualidad entre Bruce Wayne y Batman que en otras adaptaciones al cine. Dado que otros lo habían tratado antes, nosotros quisimos ofrecer un punto de vista diferente: el personaje ya no es una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde, un hombre corriente que se transforma en vigilante nocturno al caer la noche, sino que está cómodo con su faceta de Mr. Hyde. De hecho, odia tener que volver a ser Jekyll... Lo que más me intrigaba de este proyecto era la posibilidad de interpretar a Batman, no a Bruce Wayne. Mi personaje se ve a sí mismo como Batman, esa es su verdadera identidad. Ha consagrado tanto su vida a esta cruzada tras el asesinato de sus padres que, si por él fuera, se pasaría el día dentro del traje y trabajando como Batman. Las pocas ocasiones en las que necesita la personalidad deWayne... Ahí es cuando de verdad siente que está usando un disfraz, y así decidí interpretarlo. Solo es realmente libre y realmente él mismo cuando es Batman".

Pattinson asegura que el traje ayuda a comprender esa sensación de poder: "La prueba de vestuario fue absolutamente terrorífica para mí.Es como si algo ocurriese cuando te metes debajo de toda esa armadura, te colocas la máscara y te ves a ti mismo en el espejo con la capa. De repente, te sientes más poderoso que nunca. Hay algo realmente potente en ese disfraz, sí".

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EXPERIMENTOS NOCTURNOS

'The Batman' exprime al máximo esa extraña mezcla de autoridad y vulnerabilidad que sintió su protagonista al verse a sí mismo dentro del traje, pues el personaje es, en palabras del propio Pattinson, "alguien que todavía está descubriendo cómo hacer lo que siente que necesita hacer. Todo es aún bastante nuevo para él, solo lleva un par de años patrullando las calles como Batman. Siente que ya ha hecho su gran presentación, pero la ciudad aún no está del todo familiarizada con él. Nadie entiende cuáles son las consecuencias a largo plazo del cambio que supone su mera presencia en la ecuación, mucho menos él mismo. Aún necesita comprender cómo puede mantener este pequeño experimento en el tiempo. A la vez, prosigue, el personaje está emocionalmente congelado. Sigue siendo ese niño de 10 años que vio cómo sus padres morían delante de él y se sintió impotente. De alguna manera, todo lo que está haciendo responde a una ilusión: el impulso de pensar que, si dedica todos sus esfuerzos como adulto a acabar con el crimen, podrá revertir esa situación, dar marcha atrás en el tiempo e impedir el asesinato de sus padres. Es un impulso muy humano, en realidad. Un trauma muy humano".

Para ayudar a mantener esta atmósfera, 'The Batman' se vale de una arquitectura opresiva, una iluminación deudora del neo-noir setentero y una banda sonora que aprovecha de manera muy inteligente el modo de canciones como 'Something in the Way', de Nirvana, o el 'Ave Maria' de Schubert. Todo contribuye a crear el delicado estado psicológico que Pattinson quería para el personaje: "Dado que no íbamos a tratar la vida de Wayne como playboy multimillonario, me atrajo mucho la idea de alguien que es raro y oscuro en todas las facetas de su vida. Está al borde del colapso mental, por lo que no hace distinción entre lo que considera trabajo y lo que no. De hecho, no creo que considere a Batman un trabajo, sino una llamada vital.Pero todo resulta demasiado frustrante para él. Lleva dos años haciendo esto y aún no hay resultados reales. Si acaso, Gotham City va cada vez a peor... Intenta forzar un cambio a través de su experimento, pero no está funcionando. Hay una suerte de nihilismo desesperado que lo recorre de principio a fin".

director matt reeves, robert pattinson on set of the batman
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SESIONES DE ULTRAVIOLENCIA

¿Por qué repite tanto la palabra experimento? "Oh", sonríe de nuevo. "Porque lo es. Es su pequeño experimento privado, pero lo está haciendo a la vista de todo el mundo. Trata de salvar la ciudad, pero también de salvarse a sí mismo. Es como si hubiera pasado los últimos años intentando construirse una personalidad de emergencia para lidiar con su trauma. Y el resultado de todo ese proceso es disfrazarse de murciélago y salir cada noche a jugarse literalmente la vida".

Reeves y él se inspiraron en la historia real de un agente de policía estadounidense que, poco después de empezar a patrullar, comenzó a escribir un blog donde narraba el impacto de ese trabajo en su vida. "Hablaba mucho sobre cómo le estaba afectando lo de convertirse en un animal nocturno, se notaba que tenía miedo de perder el control. Por eso era tan importante que el personaje también escribiese de manera compulsiva en sus diarios al acabar cada noche", aclara Pattinson. "Toma notas escrupulosas de todo lo que hace como manera de controlar el experimento que está realizando, de impedir que se le vaya de las manos. Sin embargo", matiza, "eso es algo que ya ha sucedido. El departamento de policía lo ve como un bicho raro, como una amenaza. ¡La propia gente a la que salva cada noche desconfía de él! Nos planteamos qué ocurriría si alguien así surgiese de repente en nuestra realidad, y el resultado sería que todo el mundo, criminales y civiles, estaría asustado. Lo ven casi como a un monstruo. Un hombre-lobo".

Otra forma en la que Pattinson sintió que podía expresar el desequilibrio profundo del personaje fue en su concepción de la violencia: "Durante los primeros ensayos, nos dimos cuenta de que su manera de pelear tenía que ser sucia y desesperada. Por eso, cuando ves cómo impide un atraco al principio de la película, te das cuenta de que no solo intenta desarmar a los ladrones. No, les está dando una paliza. Les propina tres golpes, cuando en realidad al primero ya los había derribado. Los otros dos son completamente innecesarios, pero está canalizando toda su rabia interior a través de la violencia".

El traje limita bastante tus movimientos y tu expresividad", continúa, "pero era importante que lo llevase durante la mayor cantidad de tiempo posible. Así que tuve que aprender a comunicar mis emociones a través de los gestos, de la fisicidad. No quería quitarme la máscara para las escenas emocionalmente importantes, sino todo lo contrario". Al final, Reeves y él han hecho su película de detectives, pero también su película de enmascarados. "Trata sobre la corrupción", concluye el director, "tanto de las instituciones como de las personas. Y sobre cómo nuestra sociedad ha ido perdiendo la confianza en el sistema, lo que nos conduce hacia una decadencia aterradora". Algo con lo que Pattinson no podría estar más de acuerdo: "Bruce está intentando encontrar algo de esperanza en mitad de todo ese caos vengativo. Pero no solo esperanza para su ciudad, sino también para sí mismo. Tiene miedo de hasta dónde puede conducirlo la senda del nihilismo, así que trata de crear ese cambio del único modo que sabe. Quizá no sea el más indicado, pero no puede parar de intentarlo. Sencillamente no puede parar".

Este artículo aparece publicado en el número de FOTOGRAMAS de marzo de 2022.

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