- Las mejores películas españolas de Netflix en 2022
- Las mejores películas de 2022
- Las mejores películas originales de Netflix
El 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya chocó contra un pico mientras sobrevolaba los Andes con destino Santiago de Chile. Solo 29 de los 45 pasajeros sobrevivieron al accidente: 29 supervivientes atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, un glaciar a 3.500 metros de altura conocido como El valle de las lágrimas. Un lugar en el que esos supervivientes se vieron empujados a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida los 72 días que duró su infierno.
“Es uno de los eventos más recordados del siglo XX”, cuenta a pie de set, en una ladera helada de Sierra Nevada, J. A. Bayona (Barcelona, 1975) de la epopeya de los integrantes del equipo de rugby del Old Christian Club y sus compañeros de viaje. Ellos son el corazón de 'La sociedad de la nieve', su quinto largo como director que adapta el libro homónimo de Pablo Vierzi. Una historia que produce Netflix y para la que vuelve a contar con las productoras Belén Atienza y Sandra Hermida. Una epopeya que se quedó con él desde la primera vez que la leyó, allá por 2008, “durante el proceso de documentación de 'Lo Imposible'”, tal y cómo contó en la presentación, y que por fin consigue llevar a la pantalla, con un guion firmado por él mismo, Jaime Marques, Nicolás Casariego y Bernat Vilaplana, su montador habitual que debuta como guionista.
Un viaje de 14 años que le lleva de vuelta al castellano, en el que no rodaba desde 'El orfanato', su ópera prima, y al que FOTOGRAMAS, junto a un puñado de medios nacionales e internacionales, se sumó en el día 66, de los más de 100 previstos, de filmación. Ese fue el momento escogido para adentrarnos en la forja del que es uno de los proyectos más esperados del próximo 2023.
AL FILO DE LO IMPOSIBLE
FOTOGRAMAS despega de una lluviosa Barcelona la mañana del 31 de marzo para aterrizar en una glacial Sierra Nevada solo unas horas después. Tras pasar los ahora ya rutinarios controles de seguridad Covid, nos reciben las productoras Belén Atienza y Sandra Hermida, las cálidas anfitrionas de un set de rodaje en el que la nieve y el frío son los más naturales efectos especiales. El campo base se levanta junto a uno de los tres espacios principales de rodaje: un plató construido a propósito por una empresa belga especializada en naves industriales en la parte alta de la estación de Pradollano. En ese ‘estudio efímero’, en palabras de Sandra Hermida, es donde el equipo de dirección artística comandado por Alain Bainée –responsable de títulos tan distintos entre sí como 'Kika', 'Intruders' o 'Blancanieves'– ha depositado uno de los tres fuselajes del vuelo 571.
Esta será nuestra primera parada después de que varíe el plan de viaje de nuestra visita de dos días por la que, nos cuentan, ha sido una de las tónicas habituales de la producción: los cambios derivados por la variada meteorología de la zona. Si en las últimas semanas el equipo de 'La sociedad de la nieve' ha tenido que hacer frente a anticiclones caprichosos con temperaturas primaverales en pleno invierno o tormentas de calima que tiñeron la nieve con el marrón de las arenas del Sáhara, ahora es una borrasca que amenaza en llegar justo cuando teníamos que visitar el primer set de rodaje. Un escenario de película situado en la Laguna de las Yegueas, a algo menos de 2.900 metros de altura y al que se accede desde Borreguilles gracias a un viaje en retrack, un vehículo-tanque adaptado para la nieve, de más de 40 minutos.
Hasta esa zona, descubierta por la directora de localizaciones Lluna Jové ('Way Down', la próxima serie 'Alma') y los responsables del parque natural, se subió el segundo cuerpo inerte del avión. El tercero se encuentra en un lugar todavía más sorprendente: el Backlot. Es decir, el campo de atrás. Aunque en esta ocasión, como sí sucede con los estudios convencionales, este campo no está justo detrás del plató, sino en un campo de olivos en El Cortijo La Argumosa, en Güéjar: a más de una hora en coche y 2.000 metros menos de altura. Ideal por las condiciones geográficas, la inclinación del sol y su, a la vez, accesibilidad y lejanía de las miradas. En él, el equipo artístico de Bainée y el de efectos especiales prácticos que comanda Pau Costa ('Eternals', 'The Matrix Resurrections') han diseñado un complicado y enorme sistema hidráulico para levantar y mover el cuerpo del vuelo 571: algo imprescindible para espectaculares secuencias como la del alud que sepultó el fuselaje y puso todavía más a prueba los supervivientes del Old Christian Club.
ATRAPADOS BAJO LA NIEVE
Precisamente esa es la escena que se está filmando cuando entramos en el plató de Pradollano. O, mejor, las consecuencias de ese alud y cómo Roberto Canessa, Nando Parrado, Numa Turcatti y el resto de sus compañeros consiguieron salir a la superficie. Presente en el imaginario colectivo gracias a best sellers como '¡Viven!', la novela de Piers Paul Reed que Frank Marshall –curiosidades cinéfilas, coproductor junto a Steven Spielberg de J.A. Bayona en 'Jurassic World: El reino caído'– llevó al cine en 1993 en una cinta que lideraron Ethan Hawke, John Malkovich, Vincent Spano y Josh Hamilton, entre otros, la historia aquí se convierte en uno de los proyectos más ambiciosos y arriesgados del reciente cine español. No solo por su envergadura industrial, también por la aspiración narrativa: el film no se apoya en ninguna estrella sino en un cast de actores uruguayos y argentinos para los que éste es su primer gran trabajo.
Enzo Vogincic, Matías Recalt, Agustín Pardella, Tomas Wolf, Esteban Kukuriczka, Francisco Romero, Rafael Federman, Felipe González Otaño, Agustín Della Corte, Valentino Alonso, Simón Hempe, Fernando Contigiani, Benjamín Segura, Luciano Chatton, Agustín Berruti, Juan Caruso, Rocco Posca, Andy Pruss y Esteban Bigliardi son los protagonistas de este film coral, de esta experiencia en colectivo como fue lo que vivieron los personajes –es decir, las personas que fueron y muchos aún son– que interpretan en ese Valle de las Lágrimas pronto hará 50 años.
A ellos los vemos, titiritando y pasando frío colgados bajo un conglomerado de nieve real y artificial, en el interior del plató. Faltan cinco minutos para las cinco de la tarde y se rueda la primera toma de la escena 110RT. Tras la cámara tenemos a Pedro Luque, el director de fotografía uruguayo que, tras forjar un tándem con su paisano Fede Álvarez ('No respires', 'Millenium: Lo que no te mata te hace más fuerte'), trabaja por primera vez con Jota. Sin embargo, Bayona no está ahora en el set. Quién da las órdenes esta tarde es el director de la segunda unidad, el argentino Alejandro Fadel, un cineasta cuyo trabajo se ha visto en Cannes ('Muere, monstruo, muere' se presentó en la sección Una cierta mirada en 2018) y que ya acompañó a Bayona en los Andes en la primera fase del proyecto. Aquí, en una toma larguísima, sigue a los supervivientes abandonando el avión a través de un túnel que han excavado en la nieve que les sepulta.
“Nací en la provincia donde sucedió el accidente”, nos cuenta Fadel en un descanso entre toma y toma. “Tengo una vinculación especial y directa con la historia. De hecho, mi primer libro de adulto fue precisamente sobre este evento. Aquí vengo a aprender y a ponerme al servicio de la visión de Jota, él es el que comanda el barco. Tienes que ser fiel y a la vez aportar, aprender a mirar con los ojos de otro, pero sin dejar de proponer”, apunta. “Creo que ese diálogo, el de una segunda unidad que no solo aporta cosas técnicas, enriquece. Jota tiene un sentido de la emoción que a mi no se me da tan fácil. A mi me gusta mucho Bresson y a él le gusta Spielberg. Creo que en algún punto nos vamos a encontrar”, dice antes de seguir con el rodaje.
Por su parte, al noruego Eivind Holmboe, director de la tercera unidad, lo que le gusta son cintas como 'Touching the Void' (Kevin McDonald, 2003) y 'The Alpinist' (Peter Mortimer y Nick Roson, 2021). “Son las mejores películas de montaña, la primera de ficción y que cuenta el caso de un desastre en los Andes en 1985 y la segunda, el último documental con Marc-André Leclerc”. Contar con tres unidades de rodaje da una idea de las dimensiones de 'La sociedad de la nieve', una producción en la que ahora mismo trabajan más de 300 personas y que, con sus 100 días de rodaje en Sierra Nevada, pero también Madrid, Uruguay y Chile, se convierte, pese a que no se concrete en ningún momento las cifras del presupuesto, en una de las cintas más ambiciosas del cine español.
SIN LÍMITES
Entre su equipo, no solo se cuentan un buen grupo de ganadores del premio Goya, sino también españoles galardonados con el Oscar. Como Montse Ribé que –esta vez sin la compañía de su socio David Martí con el que ganó la estatuilla por el maquillaje de efectos especiales de 'El laberinto del Fauno' (Guillermo del Toro, 2006) y que hoy no está en el set–, nos recibe en sus dominios: un cubículo al lado del plató de Pradollano en el que descansan los cuerpos inertes –falsos, pero increíblemente realistas– de dos de los protagonistas que no salen con vida de la historia. Rodeada de miembros amputados y estudios de arcilla de los rostros de los actores, Ribé nos invita a no hacer spoiler sobre las identidades de los muñecos inertes y nos cuenta los entresijos de su trabajo. Como la creación de ‘unos 16 cuerpos, en distintas calidades según se tengan que ver más o menos’, el implante ‘pelo a pelo, y con cabello natural, en los rostros y cabezas de los maniquís’ o ‘la creación de heridas, orejas y narices congeladas’.
Un trabajo artesanal que contrasta con el que hacen Félix Bergés y Laura Pedro Albiol, cabezas visibles de El Ranchito y en 'La sociedad de la nieve', responsables de los efectos visuales. Ambos cuentan con un buen puñado de Goyas en su poder –Bergés tiene ocho, el último por los efectos de 'Un monstruo viene a verme' (2016) y Pedro Albiol dos, por 'Superlópez' (2018) y la reciente 'Way Down' (2021)– y un currículum en el que destacan títulos como 'Juego de tronos', 'See' o 'Westworld', entre muchos otros. “Esto que veis aquí son los Andes”, nos cuenta Sandra Hermida, acompañada por el equipo de efectos visuales y la directora de producción Marga Huguet señalando unas impresionantes y enormes pantallas en el plató que rodean el fuselaje del avión con picos y montañas nevadas. “Empezamos a rodar la película en agosto de 2021 en los Andes y esto que veis fue lo primero que se rodó. Aunque eso fue un prerodaje, no los sumamos a los 66 días que llevamos hasta hoy”, explica.
En esa primera avanzadilla fue cuando el equipo de Félix Bergés y Laura Pedro Albiol tomaron todas las imágenes que necesitaban para reconstruir El valle de las Lágrimas digitalmente. “En esta pantalla dispuesta en ‘L’ podemos recrear todas las condiciones, todo lo que veían en ese valle”, explica Bergés. “Laura se fue con un equipo a los Andes a rodar todos estos fondos y luego los retocamos por ordenador, mezclándolo con lo que rodamos aquí. En la película final, los planos de cerca van a ser Sierra Nevada y los lejanos van a ser los Andes. Una de las cosas más importantes que tenía Jota en mente era que el espectador, al ver la película, se sintiera ahí.” Laura Pedro Albiol sigue: “Otro elemento clave era no hacer toda la montaña digital. Por eso cuando fuimos a los Andes teníamos toda una unidad destinada a nuestro trabajo de VFX. Durante tres o cuatro semanas se encargaron de fotografiar a todas las horas distintas de luz. Por así decirlo, tenemos la montaña fusilada en todas las condiciones posibles para no tener que inventar digitalmente nada. Lo que vemos, es real.”
TODA LA VERDAD
Esa apuesta por el realismo, por lo que se vea en pantalla sea veraz y se acerque lo máximo posible a lo que los supervivientes del vuelo 571 vivieron durante los 72 días que estuvieron perdidos en el Valle de las Lágrimas queda clara cuando vemos a Jota dirigiendo en una ladera de la montaña esa misma tarde. "Estas condiciones es algo que los actores agradecen", cuenta entre la ventisca y el frío. "Añade algo, un intangible que de otra forma no es posible. Ahora los copos de nieve empezaban a cuajar en el pelo de los actores”, explica entusiasmado por las condiciones del set granadino, al que llega después de haber pasado meses rodando en Nueva Zelanda el arranque de la serie ‘El señor de los Anillos’, que Amazon Prime estrenará el próximo septiembre.
Esa búsqueda queda más confirmada si cabe cuando visitamos el tercer y último set de rodaje. A las 7 de la mañana del viernes 1 de abril, FOTOGRAMAS y el resto de medios desplazados se ponen en marcha. Una hora y media después, tras pasar por todas las oficinas de producción del film, subir al telecabina de Borreguilles y 40 minutos –que parecen mucho más– a través de nieve virgen montados en un vehículo especial diseñado para trasladar al equipo de filmación, llegamos a los 3.600m de altura donde descansa el cuerpo del avión “de 7.000 kilos de peso y unos 30 metros de longitud”, nos detalla Sandra Hermida, acompañada por la directora de producción Marga Hughet, la directora de localizaciones Lluna Juvé y el diseñador de producción Alain Bainée. El viento es helado y las condiciones de luz y tiempo cambian a cada instante, lo que convierten este escenario improbable en el set ideal para la apuesta por la verdad de 'La sociedad de la nieve'.
"Yo creo que los espectadores lo valoran, que se dan cuenta y lo reciben", nos cuenta Sandra Hermida sobre el plus añadido que aporta a la producción la búsqueda por el realismo y la verdad. "También es verdad que nosotros hemos sido siempre muy ambiciosos como equipo en lo que hacemos. Aspiramos a lo máximo, tanto en la experiencia narrativa como visual", afirma. "Tenemos mucha suerte de vivir este momento, tanto como espectadores como productores y contadores de historias audiovisuales: nunca hemos tenido tantos medios ni un acceso tan directo al espectador. Esa sensación de que lo que haces llega, que se ve y a tantos millones de personas... Eso es algo muy potente", nos cuenta justo antes de poner punto final a la visita y regresar al campo base. Una vuelta que pone punto final a la visita al rodaje de 'La sociedad de la nieve', cuya producción seguirá este verano en Madrid y Uruguay con vistas a estrenarse, en una fecha aún por determinar, en 2023.
Roger Salvans es experto en cine y series de TV de ayer, hoy y siempre. Del Hollywood dorado a la generación de los rebeldes de los años 70 que lo cambiaron todo. Los clásicos ochenteros los indies del cambio de siglo, blockbusters palomiteros –con o sin capa– o las cintas de autor más rompedoras a las series de culto, consumo masivo y devoción absoluta.
Roger lleva 20 años escribiendo en las páginas de Fotogramas, revista de la que es actualmente redactor jefe de la edición impresa y para la que ha entrevistado a centenares de directores y estrellas de la gran y pequeña pantalla: los hermanos Coen, David Fincher, Scarlett Johansson, Paul Mescal, Steven Spielberg, Tim Burton, Martin Scorsese, Leonardo Di Caprio, Christopher Lee, Margot Robbie, Aaron Sorkin, Anya Taylor-Joy y muchísimos más.
Licenciado en Comunicación Audiovisual, profesor universitario durante 15 años, guionista y periodista con casi tres décadas de experiencia, también ha colaborado frecuentemente en distintos medios de radio y TV.