Un supervillano con la gestualidad patosa de Mr. Bean y el insensato plan diabólico de robar la Luna, tres huerfanitas adorables (pero con más peligro que un abejorro encerrado en el casco de un astronauta) y un antagonista, genio del Mal último modelo, capaz de inventar un arma disparadora de pirañas vivas, conforman el delirante elenco de Gru, mi villano favorito, película que marca la gran entrada del estudio Universal en el cada vez más concurrido mercado de la animación 3D. Dirigida por Chris Renaud y Pierre Coffin, es la primera producción de Illumination Entertainment, proyecto personal de Chris Meledandri (que fundó y consolidó la división animada de la Fox) con aspiraciones de convertirse en robusto brazo animado de la Universal. La jugada parece redonda: el éxito en la taquilla USA de Gru, mi villano favorito ha puesto en marcha una secuela, mientras la agenda de Illumination se carga de proyectos tan prometedores como The Lorax, basada en el cuento El Lórax, del Dr. Seuss; una película protagonizada por los Flanimals, fauna grotesca ideada por el cómico Ricky Gervais en una serie de libros de humor, y una adaptación animada de La familia Addams –según los dibujos originales de su creador Charles Addams– con posible dirección de Tim Burton.
Uno de los toques de distinción de Illumination Entertainment es su estrategia de descentralización: en vez de formar un estudio en Los Ángeles, la empresa prefiere puntuales colaboraciones con destacadas compañías de animación de todo el mundo. Aquí, Meledandri confía el trabajo duro a la francesa Mac Guff, firma tras los efectos digitales de Vidocq (Pitof, 2001) o de producciones animadas como Azur y Asmar (Michel Ocelot, 2006). En la base de operaciones parisina que Mac Guff habilitó para Gru, mi villano favorito, los directores Chris Renaud y Pierre Coffin hablaron con FOTOGRAMAS.
La conexión española
Sergio Pablos, un animador español que ha trabajado para Disney enTarzán (Chris Buck y Kevin Lima, 1999) y El Planeta del Tesoro (Ron Clements y John Musker, 2002), y fue supervisor de animación enNocturna (Adrià García y Víctor Maldonado, 2007), creó la idea que puso en marcha el proyecto, dice Chris Renaud: No ha habido muchos cambios respecto a esa premisa. El villano Gru adopta a tres niñas y las lleva a su base secreta, donde desarrolla su último plan, que requiere la petición de un crédito al Banco del Mal. Después, Sergio se desvinculó del proyecto para trabajar en su propio estudio de animación en España.
Renaud había sido dibujante para Marvel y DC antes de entrar en la animación de la mano del estudio Blue Sky, en cuyo seno recibió una nominación al Oscar, junto a Mike Thurmeier, por el corto No hay tiempo para nueces (2006): Mi vocación era dibujar historietas de superhéroes y por eso me atrajo tanto el proyecto: su aproximación a la figura del supervillano parte de un conocimiento profundo del arquetipo. Al principio, Gru iba a ser un malo como los de los tebeos de Batman, pero se fue convirtiendo en una figura más propia del universo Bond, con su gusto por las máquinas diabólicas y la tecnología delirante.
Una sutileza europea
Creo que la animación que hemos desarrollado marca las distancias con el grueso de los dibujos USA, subraya Pierre Coffin, responsable de la serie animada Pat & Stan. El fuerte de Coffin es, por así decirlo, la dirección de actores: Los personajes animados son, en el fondo, actores, y pueden actuar bien o mal. En una comedia, las debilidades del actor saltan más a la vista y la sobreactuación suele ser contraproducente. En el reparto vocal del film está la flor y nata de la nueva comedia: Steve Carell, Jason Segel, Russell Brand... y Julie Andrews como suerte de reverso oscuro de Mary Poppins en la figura de la madre de Gru. El doblaje español cuenta con Florentino Fernández (ahora triunfando en el programa Tonterías las justas) y Ana de Armas (Mentiras y gordas).
La película, no obstante, guarda una de sus bazas en unas presencias diminutas con gran poder de seducción. Chris Renaud lo desvela: Gru cuenta con ayudantes creados por ingeniería genética. Al principio pensamos darles aspecto de figura adorable de tienda de juguetes japonesa: grandes cabezas, mirada candorosa, cuerpos minúsculos... Poco a poco se convirtieron en otra cosa.
Concebida como largo en 3D desde el principio, Gru, mi villano favorito apela al malvado interior que anida en cada uno de sus espectadores y abre un nuevo frente creativo en la presente Edad de Oro de la animación.