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No, tranquilo. Tras más de tres horas de película puedes ir corriendo al baño, a comer algo, a rellenar la botella de agua, puedes mirar el móvil, irte a casa a descansar y, sobre todo, quitarte de una maldita vez esas puñeteras gafas 3d que ya no aguantan tus ojos. Te haya gustado o no 'Avatar 2: El sentido del agua', debes saber que cuando aparecen los títulos de crédito puedes levantarte de la silla sin perderte ninguna escena y guardar las gafas 3D en un rincón hasta dentro de dos años, cuando se estreno 'Avatar 3'.
Parece que James Cameron se ha asegurado de que su esperadísima secuela tenga las mismas virtudes, pero también los mismo defectos que su predecesora. Por un lado tenemos una historia floja que ha pasado de 'Pocahontas' a 'Liberad a Willy' con diálogos bastante ridículos. Por el otro, tenemos un trabajo de CGI descomunal que nos deja unas imágenes apabullantes que hacen que esas tres horas en el cine se conviertan en puro placer, incluso si nos importa poco lo que nos cuentan. 'Avatar 2: El sentido del agua' ha subido su apuesta como espectáculo visual, y eso también incluso las animaciones faciales e interpretaciones corporales de unos personajes creados con la mejor captura de movimiento jamás vista. Por eso, quizás, sí que deberías quedarte a admirar a las cientos de personas que, sentadas frente a una pantalla, han creado la verdadera magia de la película durante meses y años de intenso trabajo. 'Avatar 2: El sentido del agua' debería ser recordada como algo más que una película de James Cameron que va a arrasar en taquilla, y si nos rendimos a su técnica, nos deberíamos rendir y acordar más de esos cientos de técnicos anónimos.
Sin embargo, es más que comprensible que el público quiera estirar las piernas y saltarse esa ristra de nombres sobre fondo negro. Cuesta creer que en una producción de tan disparatado presupuesto no hayan dedicido adornar los créditos finales de alguna forma más visual, como ya es habitual en el cine animado (las imágenes de Avatar son, casi en su totalidad, animación) y nos dejen con unos créditos típicos sobre fondo negro. Sin embargo, sí hay un motivo extra para quedarse. Hablamos de The Weeknd y su tema exclusivo para la cinta 'Nothing is Lost (You Give Me Strength)'. El acompañamiento musical que adorna estos créditos finales.
Las grandes producciones están convirtiendo en costumbre encajar sus grandes canciones originales en los títulos de crédito, en lugar de utilizarlas narrativamente en algún momento de la película. 'Avatar 2: El sentido del agua' no es la excepción. Al fin y al cabo encajar el tema de una famosa estrella de la música, sobre todo si es al completo, en una película de ciencia ficción es complicado.
Cuando llegan los créditos y hemos visto la última escena de 'Avatar 2: El sentido del agua' no tenemos nada más que ver, ninguna escena post-créditos, solo escuchar a The Weeknd, y rezar para que estos dos años que nos separan de la continuación (los que habéis visto el final me entenderéis) pasen rápido.
'Avatar 2: El sentido del agua' ya está en cines. 'Avatar 3' llegará a las salas de todo el mundo el 20 de diciembre de 2024.

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.