Agradable, pero reservado, con un discurso perfectamente articulado, Ben Affleck (Berkeley, California, 1972) nos habló en San Sebastián de su película y de su dulce etapa profesional. En 1998 ganó un Oscar, compartido con otro actor, Matt Damon, por el guión de 'El indomable Will Hunting' (Gus Van Sant, 1997). Galardón, más o menos merecido, con el que dejaba clara su voluntad de ir más allá de la interpretación. 15 años después, con tres películas a sus espaldas ('Adiós pequeña adiós', 'The Town' y 'Argo') se ha convertido en uno de los directores con más potencial de su generación.
REALIDAD Y FICCIÓN
Sin ánimo de hacer spoilers, tiene 'Argo' un tercer acto más cercano al trepidante divertimento de género que a la más o menos fiel reconstrucción de un suceso. Affleck explica con claridad cómo se diluyen en su tercer largo los lindes entre lo sucedido y lo recordado y recreado: "Había datos objetivos a los que aferrarse, pero es imposible saber a ciencia cierta qué ocurrió, no existe una verdad absoluta sobre qué pasó porque cada uno recuerda las cosas de modo distinto, un poco como sucedía en Rashomon (Akira Kurosawa, 1950)."
Affleck articula la historia en torno a Tony Mendez, el agente de la CIA que urdió el rocambolesco plan, a quien él mismo da vida en una convincente interpretación. Para reconstruir con detalle, ritmo y tensión su disparatada misión de rescate, no dudó en tensar las cuerdas del género. "Mi intención no era hacer un docudrama, sino un drama inspirado en hechos reales; por eso me tomé las licencias convenientes sin olvidar la base verídica de la historia. Para mí, lo fundamental era poder mirar a la gente a los ojos y decirles: Sí, esto pasó en realidad. A partir de ahí, siendo siempre delicado y respetuoso con los protagonistas de la historia, hice mis aportaciones, añadí diálogos e incorporé un final más dramatizado, con más clímax."
LA HUELLA SETENTERA
Todos los films de Affleck como director se enmarcan en su género de cabecera, el thriller, del que esta vez recupera el espíritu de los 70 hasta el punto de incorporar una referencia directa a 'Network' (1976), de Sidney Lumet, uno de sus directores clave de esa época. "La influencia de Lumet en Argo es fundamental, tanto como lo es la de Alan J. Pakula, Sydney Pollack y muchos otros directores de finales de los 70 que filmaban con una estética muy concreta y dejaban respirar las escenas. Intenté emular ese estilo porque es mi era favorita del thriller, y para mí fue muy divertido invocar a todos mis héroes; pero también lo hice porque me facilitaba desplazar al espectador a los 70, situarle en el periodo apropiado, cuenta Affleck. Y añade que, aunque sus dos anteriores películas son adaptaciones de novelas, su escuela es más cinematográfica que literaria."
PERSONAJES AMBIGUOS
Uno de los puntos fuertes de 'Argo' es el cuidado puesto en la descripción de los personajes. Es una película de género, y no hay detrás una intención de estudio psicológico, pero el guionista Chris Terrio, que partió de un artículo publicado en Wired por el periodista Joshuah Bearman, dota a los personajes de una entidad poco común en el cine comercial. Affleck argumenta el porqué de ese dibujo atento y matizado: "En las películas sólo me interesan las personas ambiguas, que no puedes definir simplemente como buenas o malas, sino como una colección de experiencias e influencias. Me gustan los personajes capaces de tomar decisiones sorprendentes en determinados momentos, pero también reflexivos y que carguen con algún tipo de responsabilidad. Si todo se puede reducir a esta es la chica y este es el héroe, algo no funciona, me aburro. Mi atracción por los personajes complicados se debe a que es más interesante observarlos, a que es un reto saber qué pasa por sus cabezas: 'Adiós pequeña adiós' (2007) va de eso, del peligro de juzgar, sin saber, a los demás."
EL JUEGO DE HOLLYWOOD
Así como sus anteriores películas se distinguen por su seriedad, en Argo Affleck concede vital importancia al humor, concentrado básicamente en las escenas que comparten Alan Arkin y John Goodman, espléndidos en la piel del productor y del jefe de maquillaje que ayudan a Tony Mendez en su delirante plan. A través de esa pareja chiflada y entrañable, el director caricaturiza con amabilidad e indiscutible gracia la industria del cine USA: "Hollywood es un sitio loco que existe para explicar historias; y la película habla de él con una mezcla de escepticismo y reverencia, que quizá es como lo veo yo. Allí hay mucha gente loca, y mentirosos que a veces te traicionan; pero también hay un buen número de personas con el don de hacer cosas extraordinarias. Todo eso coexiste en Hollywood y hacen de él un lugar maravilloso."
INVESTIGACIÓN MINUCIOSA
"Hicimos un gran trabajo de documentación, empezando por algunos documentales muy interesantes sobre el suceso y por tres o cuatro libros. Pero sobre todo nos servimos muchísimo de Internet, que ha modificado por completo nuestro modo de investigar: puedes recopilar un montón de imágenes de aquel tiempo, compilarlas, imprimirlas y estudiarlas. Esto último fue muy práctico para empaparnos del estilo y la estética de los 70", explica Affleck, que, aun sin firmar el guión, reconoce su total implicación en un proyecto que ha puesto su nombre en el punto de mira: "Estoy muy sorprendido, contento y emocionado porque, al parecer, puedo tener una carrera como director. Era mi gran objetivo. Alguien me dijo una vez que el 80 por ciento de los actores que dirigen sólo ruedan una película. Y yo quería hacer, como mínimo, dos. Por eso, el primer día de rodaje de The Town (2010) grité: ¡Lo he hecho! Exagero, pero realmente me siento honrado de formar parte del grupo de gente que dirige y de que tantos depositen su fe en mí. Aumenta mis ganas de seguir dirigiendo y me obliga a ser cada vez más exigente."
ACTUALIDAD POLÍTICA
En 'Argo', Affleck esboza con habilidad la historia y describe con precisión el contexto político en el que se enmarcan los acontecimientos narrados, pero esquiva con templanza el cine aleccionador o de tesis. En cuanto a la indiscutible actualidad de su film dada la presente situación en Irán, explica: "Mi película, entre cuyos temas están las consecuencias no intencionadas de una revolución y las interferencias entre países, no está preparada para sentirse responsable de la actual situación política internacional. Yo observo el mundo como cualquier otro, y espero que todo se resuelva de forma pacífica."
LA FRAGILIDAD DE LA FAMA
Pese a reconocer que está en racha y sin caer en la falsa modestia, el director de Argo es totalmente consciente de la fragilidad de la fama, razón por la que ha decidido echar el freno: "Estoy teniendo muchas oportunidades como director, pero no quiero ser tan prolífico, no quiero limitarme a coger la próxima película que suene bien", explica Ben Affleck. "Necesito tomarme mi tiempo y detenerme en las cosas para poder encontrar lo mejor. Hay que seguir trabajando, cierto, pero también hay que saber rechazar algunas propuestas porque ese balance será el que defina tu carrera."
VOLVER A ESCRIBIR
Affleck, ganador del Oscar por el guión de 'El indomable Will Hunting', también escribió sus dos anteriores películas. Asegura disfrutar del proceso, pero de momento va a dejar esa cara de su poliédrica carrera cinematográfica aparcada: "Me encantaría ponerme a escribir, pero es algo que te mantiene ocupado como mínimo dos años, en los que pasan muchas cosas, y de algún modo, aunque es un trabajo fantástico, también es frustrante porque tienes la sensación de estar dejando pasar otras oportunidades."