En plena Navidad, toca repasar, como cada año, las imprescindibles de un subgénero que sigue creciendo en número de títulos, pero que no suelen alcanzar la brillantez de las obras de siempre. Por eso es habitual acudir a los clásicos y clásicos-modernos que llevan años atrapándonos en una vorágine de azúcar, risas y encanto de la que no hemos logrado escapar desde hace décadas.

Y aunque el debate es amplio sobre cuál es la mejor película para disfrutar de la Navidad, ‘Love Actually, que ya ha superado las dos décadas de vida, continúa formando parte de nuestra tradición navideña como el primer día. Y quizá por la cantidad de visionados que ha recibido en todo este tiempo, hemos podido analizarla, desmenuzarla y advertir esta conexión tan ‘creepy’ con Alfred Hitchocok.

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Cuando la película llegó al cine y poco después se instaló en nuestras videotecas, plataformas y corazones, la famosa escena de los carteles fue una de las más celebradas y reconocibles de la obra de Richard Curtis. Ya sabéis: una fría noche de Navidad, en uno de esos barrios pintorescos de Londres vestidos con la magia navideña, suena el timbre en la casa que comparten Juliet (Keira Knightley) y Peter (Chiwetel Ejiofor). Tras el timbrazo, un chico armado con un radiocasete y una petición para la futura actriz de ‘Orgullo y prejuicio’ a través de un cartel: “Dile (a tu marido) que son cantantes de villancicos”. El tercero en discordia, ambientando la escena con el temazo navideño ‘O Holy Night’, continúa sacando carteles, uno detrás de otro, finalizando con una declaración de amor: “Y solo porque es Navidad, y en Navidad se dice la verdad, para mí eres perfecta, y mi malgastado corazón te amará hasta que seas así (y aparece la figura de una momia). Feliz Navidad”.

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Con el paso de los años, la que pareció una de las declaraciones de amor más bellas de la historia, ejecutada en la época mágica del año por excelencia, se ha puesto sobre la mesa hasta lanzar una nueva conclusión: Mark, interpretado por el futuro caza-zombis de ‘The Walking Dead’ Andrew Lincoln y portador de esa ristra de carteles, realmente era una especie de acosador. Y este tóxico enamoramiento del personaje no solo fue advertido por el público: la propia Keira Knightley lo confesó en ‘Fotogramas’ explicando que "no puedo apoyar al chico de 'Love Actually'. Básicamente, me acosaba", Andrew Lincoln también asumió el carácter de su personaje (“Me tocó ser ese tipo raro acosador”) y Richard Curtis, guionista y director del filme, y en un acto de deconstrucción, así lo expresó años después en una entrevista con ‘Collider’: "A menudo me dicen que es demasiado raro. No se me ocurrió en su momento, pero los tiempos cambian. Recuerdo que una vez alguien me dijo que le gustaría entrevistarme al respecto, y que se centrarían en la escena del acoso. Y yo dije: ‘Oh, no sabía que había una escena de acoso’. Ellos dijeron: ‘Sí, Andrew Lincoln. Eso es como acoso de primera categoría'. Así que, poco a poco, me he dado cuenta del terrible error que cometí".

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Y es precisamente Mark el que, añadiendo más suspense a su naturaleza, conecta directamente con la filmografía de Alfred Hitchcock. El personaje de Andrew Lincoln empieza la película filmando la boda de Juliet y Peter, que podemos ver en los primeros minutos de ‘Love Actually’. De hecho, tanto en la ceremonia como en el baile, los planos de Mark, cámara en mano sin perder detalle, son habituales. Así pues, en otra secuencia famosa de la película, Juliet acude a su casa para buscar aquella grabación, ya que el vídeo oficial que contrató para su boda no le vale: “Acabo de ver el vídeo de la boda y es un auténtico desastre: sale todo azul y movido. ¿Podría ver tu material?”, le dice previamente por teléfono. Ya en la casa, Keira Knightley aparece con su sonrisa más encantadora ante la seriedad de Mark, que suele recurrir a la sequedad y el desaire para ocultar su amor hacia Juliet.

keira knightley love actually
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Como sabemos unos minutos más tarde, el vídeo de Mark es una sucesión constante de planos de Juliet en los que Peter, su marido, apenas aparece; Juliet, en cada momento de la celebración, es la única protagonista de un vídeo que apuntaba a un reportaje fidedigno de la boda y que resulta ser la película filmada por un ‘voyeur’. Un ‘voyeur’ que grabó una pieza para su único disfrute y poder recrearse en su amor imposible. Y aquí es donde sale a relucir el maestro del suspense.

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Cuando Juliet llega a la casa pidiendo el material de su boda a cambio de un trozo de tarta o una chocolatina, hacia el minuto 53 de la película, Mark asegura que sí grabó durante la celebración, pero ignora dónde guardó la cinta. Sin embargo, Juliet va directa a una estantería repleta de CD’s y VHS’s y rebusca entre la colección de vídeos. Mientras Juliet ojea las cintas, una de las carátulas se aprecia a la perfección: ‘La ventana indiscreta’, de Alfred Hitchcock. En la película de 1954, L.B. Jefferies (James Stewart) se pasa toda la cinta espiando a sus vecinos a través de unos prismáticos y de una cámara de fotos profesional, pues su personaje se dedica a la fotografía. Haciendo uso de los zooms de su cámara, radiografía el edificio de enfrente hasta el punto de resolver un crimen desde la distancia por sus prácticas ‘voyeur’. De vuelta a ‘Love Actually’, la joven recién casada encuentra el material al instante, aunque Mark trata de ocultar la verdadera naturaleza del vídeo diciendo que probablemente haya grabado encima capítulos de ‘El lado oeste de La Casa Blanca’. Y después ya sabemos lo que pasa ante la vergüenza total de Mark.

la ventana indiscreta poster
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En la cubierta de la cinta de vídeo, James Stewart aparece esgrimiendo su cámara, tal y como vimos a Mark durante la celebración de la boda, y cuyo resultado observamos desde los ojos atónitos de Juliet al observar la realidad de la grabación. Una extensión total de ese carácter ‘stalker’ que el personaje de Andrew Lincoln pasea en ‘Love Actually’ y que ha sido puesto en tela de juicio a lo largo de los años. Un asunto de lo más ‘creepy’ que intenta dulcificar al final con la secuencia de los carteles, donde Mark no trata de reparar su comportamiento tóxico, sino justificar su carácter duro hacia Juliet para disimular su amor. Sin embargo, con el paso de los años, el público ha colocado la cámara frente a Mark para desvelar su verdadera naturaleza y señalar su más que cuestionable conducta, empezando por el tema de los carteles, que se ha vuelto en su contra invalidando sus supuestas buenas intenciones años después. Y, ya de paso, nos ha servido para encontrar una de las curiosidades mejor ocultas de la película.

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Borja Santos es periodista cinematográfico y filmmaker. Escribe en FOTOGRAMAS sobre curiosidades de cine y series de Netflix, Max, Prime Video y Filmin, y edita todo tipo de vídeos para las redes sociales de la marca.

Descubrió la magia del celuloide en plenos años 90. Jim Carrey ('Ace Ventura' sigue siendo la película que más ha visto en su vida) y Nicolas Cage (cuando el meme del sobrino de Coppola todavía estaba en construcción) eran sus principales referentes. Después viajó a la Tierra Media y Hogwarts, no solo para disfrutar con sortilegios y pan de lembas: estas fantasías se convirtieron en parte de su vida. Después comprendió que el cine no era solo un lugar en el que sentirse héroe o aventurero, sino que podía estudiarse, entenderse y disfrutarse desde la historia, la narrativa y la imagen. Así, se topó con Woody Allen, Stanley Kubrick, Sofia Coppola y Danny Boyle, que le enseñaron nuevas formas de entender y disfrutar el séptimo arte. 

Ávido lector de FOTOGRAMAS en sus viajes de tren hacia la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó la carrera de Periodismo, empezó a interesarse por el cine a nivel profesional. Estudió un máster de Guion de Cine en la Universidad Camilo José Cela y un curso de Dirección de Cine y TV en la escuela Metrópolis. A partir de aquí, combinó su labor periodística, un blog personal y un canal de YouTube con la grabación, guionización y edición profesional de vídeos en diferentes sectores y plataformas.

Recaló en Hearst como miembro del equipo de Velocity Video, al tiempo que publicaba su primer libro, ‘El llanto del mono’.  Finalmente, se unió al equipo de FOTOGRAMAS como editor audiovisual y periodista, combinando sus tres grandes pasiones. Amante del cine independiente americano, los blockbusters más autorales de Nolan, las películas lentas y las comedias románticas británicas, siempre está al día de los nuevos formatos que triunfan en redes sociales y apuesta por la creatividad en sus escritos y ediciones.