Debido al carácter estudioso y perfeccionismo casi enfermizo de Stanley Kubrick, su filmografía está trufada de simbolismo. Estas piezas de orfebrería se presentan como un festival de secretos y códigos ocultos entre sus cuidados fotogramas, poniendo sobre la mesa las miserias, dilemas y conflictos morales que palpitan en lo más recóndito de la psique de su espectador. Esa forma de indagar y de incomodar al público, de poner a prueba al hombre frente a los límites de un sistema opresor, mostrando sus mimbres más oscuros y primarios, fueron el sancta santorum del cineasta hasta su último gran proyecto: ‘Eyes Wide Shut’.

nicole kidman eyes wide shut tom cruise
Getty Images

Agitando la coctelera de la peligrosa aunque atrayente combinación de dinero, sexo y muerte, la película de 1999 navega por los mares más insondables de lo oculto, lo perverso y lo sórdido.

Realidad y sueño

Desde el primer minuto, la película despliega la dualidad de realidad y sueño, dos mundos explorados en el texto ‘Relato soñado’, de Arthur Schnitzler, en que se basa la cinta. Y parte de la simbología que serpentea alrededor de la ficción se engancha a esta dualidad donde nada es lo que parece. De hecho, mucho se ha hablado de ese Nueva York de la película que nadie reconoce, compuesto por unas calles inconcretas, letárgicas, casi irreales, que nutren esa idea onírica que abraza la totalidad del filme. Incluso Martin Scorsese resaltó la importancia de representar ese Nueva York irreal y confuso. ¿Dónde empieza el sueño y la realidad? ¿Acaso hay realidad? Y, de haberla, ¿dónde reside la verdad de lo que ocurre? Al final de la película, Alice dice: “Lo importante es que ahora estamos despiertos y esperemos que por mucho tiempo”.

eyes wide shut
Warner Bros.

En los años 30, Freud y Schnitzler intercambiaron correspondencia, y aunque el segundo nunca abrazó el psicoanálisis, su novela hace referencia constante a la palabra sueño: en el título, en las referencias a fantasías y hasta en los colores, como veremos más adelante. De hecho, el viaje nocturno de Bill por las entretelas de la sexualidad ilegal y/o extravagante culmina en una recreación del mismo viaje, esta vez diurno, como una suerte de resaca dentro de una realidad descafeinada y políticamente correcta, tratando de buscar respuestas, como un borracho que no recuerda lo que pasó la noche anterior.

En referencia a esta dicotomía de realidad y sueño, el título de la película, ‘Eyes Wide Shut’, es un símbolo en sí mismo, pues da a entender que la realidad del subconsciente se aprecia mejor desde los sueños, con los ojos cerrados, o, como muchos analistas de la película han interpretado, con “los ojos cerrados de par en par” hacia el interior de uno mismo. En uno de los sueños de Alice, esta participa en una orgía que da cierta forma a sus deseos reales, pues busca ser deseada por su marido desde el comienzo de la película para alcanzar el máximo placer.

El arcoíris

‘Eyes Wide Shut’ tiene muy en cuenta los colores, tanto por separado como en conjunto en la figura del arcoíris, presente en toda la trama. Este arcoíris ilumina la historia también a través de las luces de Navidad, es decir, de lo socialmente aceptado, bello, luminoso y familiar. Dentro del arcoíris se halla la vida de la ley y la moral y, al otro lado, quienes tratan de burlar esos límites.

eyes wide shut
Warner Bros.

Al comenzar la película, en la fiesta de Victor Ziegler (Sidney Pollack), dos modelos coquetean con Bill y hablan de mostrarle aquello que se encuentra “al final del arcoíris”, es decir, donde la profusión de color disminuye hacia una vida oscura y cuestionable en entornos privados. El arcoíris también aparece con luces de neón en la tienda de disfraces de Milich, llamada Rainbow (‘arcoíris’ en inglés), bajo cuyo logo llegan a colocarse Bill y Milich: el primero a mitad de camino, pues ya ha iniciado el viaje hacia el “final del arcoíris”, hacia el lado perverso del mundo, y Milich, al final del arcoíris, más allá de la luz, donde empieza la prohibición y oscuridad, pues más tarde conocemos que el dueño de la tienda supervisa la prostitución de su propia hija, una actividad claramente alejada de la legalidad y la moralidad.

eyes wide shut
Warner Bros.

Rojo, azul y amarillo

En el arte, los colores siempre han cimentado el terreno de las emociones, incluso de una forma velada, en una suerte de manipulación sensorial. En ‘Eyes Wide Shut’, Kubrick se sirvió de las constantes referencias cromáticas de ‘Relato soñado’ y de su obsesión por los colores en las películas. Para empezar, brilla ese rojo vinculado a la tentación y al deseo, presente siempre en torno a la figura de Bill: las cortinas de su habitación, los pasillos que recorre, algunas puertas que atraviesa, los asientos que ocupa, la decoración de la mansión Somerton o el tapete de la mesa de billar de la casa de Victor. Destaca en rojo no solo el camino hacia el sexo, también a la muerte, pues Bill llega a poner su vida en riesgo metiéndose en terrenos privados (“Lucky to be alive”, reza el titular del periódico que lee en una cafetería mientras le persiguen). Como ejemplo, la estancia donde la prostituta Mandy se relaciona con Victor en el baño de su mansión, sobre un sofá rojo y un cuadro del mismo color con una imagen idéntica a la que vemos en la realidad (‘Paula in red’, de Christiane Kubrick, mujer del director). La posición de la mujer recuerda a la de ‘El origen del mundo’, pintura de Gustave Courbert, como esa representación femenina en su naturaleza más natural, pero que, en su momento, incluso actualmente, supone un escándalo, pues coloca los genitales en primera plana, una parte del ser humano que continúa poblando el terreno de la vergüenza. Aquí, mostrada sin tapujos, aparece justo en el momento que, por primera vez, se disuelve el universo casto y se empieza a revelar la realidad de ese mundo oculto entre bastidores. Posteriormente, Mandy se cubre con una toalla azul y apaga el ardor rojo de erotismo y muerte.

eyes wide shut
Warner Bros.

El amarillo, por su parte, es un color complejo, destinado normalmente a la felicidad, pero vinculado al terreno de la traición en términos más amplios. En ‘Eyes Wide Shut’, la infidelidad se ejecuta a medias por parte de Bill y planea en el entorno de Alice, por eso las secuencias vinculadas a sus traiciones se decoran con el inquietante brillo del amarillo. Los lugares donde Bill juega con la infidelidad se visten de amarillo, como el apartamento de la prostituta Mandy, los pasillos de la casa de Marion (una paciente que le besa y le confiesa su enamoramiento) o la fiesta de Victor Ziegler, donde ambos coquetean con lo prohibido sobre un telón de fondo dorado.

eyes wide shut
Warner Bros.

El azul también tiene una porción de poder en la gama cromática del filme. Empieza a desvelarse de manera testimonial y termina por invadir la película casi al completo. En la mayoría de los casos está vinculado a momentos de revelación, la verdad más pura sin ningún tipo de decoración o doblez. Destaca en la habitación del matrimonio, proyectada sobre ventanas y cuerpos, donde se revelan todos los secretos de la pareja, tanto de la realidad como de los sueños: la confesión de la fantasía sexual de Alice con el oficial de la Marina, sobre un fondo azul enmarcado por el cortinaje rojo de deseo; la confesión final de Bill al ver la máscara sobre la almohada, y el relato sobre el sueño de la orgía regado de azul añil. De una forma más sutil, la conversación entre el pianista Nick Nightingale y Bill, cuando el primero revela su trabajo en la mansión, está decorado con un contraluz de neón azul, pero también la confesión del enamoramiento de Marion, hija de un paciente recientemente fallecido, o en la famosa escena del billar entre Bill y Victor.

Aunque el azul tiene ese poder revelador, también está vinculado a momentos de sueño, principalmente en la figura de Alice, tras despertar del sueño de la orgía, pero también en Bill, al imaginar la fantasía de su mujer teñida de un azul desvaído. Aunque resulte contradictorio, los sueños y fantasías de Alice representan también su verdad, su revelación: sentirse deseada y, de esa manera, alcanzar las cotas de placer que siempre ha buscado. Todo ello bajo el prisma del color azul.

Alice y el espejo

Alice y su espejo juegan un papel metafórico fundamental reencarnando a la Alicia de Lewis Carroll. En ‘Alicia en el país de las maravillas’, aburrida de una vida monótona, la protagonista se interna en un lugar de fantasía completamente nuevo y excitante, mientras que en ‘Alicia a través del espejo’ descubre un mundo nuevo al otro lado del espejo donde se topa con verdades ocultas. En la película de Kubrick, los espejos, habituales para observar el reflejo de Alice en diferentes partes de la casa, proyectan en su mirada un camino hacia alguna parte. Esta idea destaca en el famoso plano de Alice observando el espejo mientras Bill la besa: ella observa fijamente su imagen reflejada con la intención de realizar un viaje. Un viaje que se inicia con el incidente desencadenante: Alice revela a Bill que la mirada de un oficial de la Marina tiempo atrás le hizo fantasear con una noche apasionada. En ese momento, la virilidad de Bill se pone en entredicho al mostrarse el deseo real de Alice, una cota de placer que Bill no puede alcanzar, bien porque no es capaz físicamente (unos chicos llegan a tildarle de homosexual esa misma noche) o bien, como se ha comentado, porque ella no se siente lo suficientemente deseada por él, a diferencia del oficial de la Marina. Movido por los celos, Bill inicia un viaje para dar una lección a Alice tras su desmoralizante confesión, pero es Alice quien motiva este periplo con la revelación de su secreto: a través de los celos, Alice trata de dinamizar su matrimonio, introducir a su marido en esa vorágine de tentación, dudas y moralidad cuestionable, y, así, poner el foco en ella otra vez, sentirse deseada de nuevo y salvar la relación, no sin antes colocarla al excitante borde del abismo. La última palabra de la película es la confirmación de que el matrimonio se salvará gracias a la recuperación del deseo que no debió perderse. Todo se reduce a ese célebre “follar” final.

eyes wide shut
Warner Bros.

Por otro lado, la imagen de apertura de Nicole Kidman desvistiéndose delante del espejo está cronológicamente manipulada, pues debería colocarse tras el final de la película (parece que la primera imagen es previa a la fiesta de Victor Ziegler, pero la ropa de ella, la cual se quita y no se pone, no coincide). En este contexto, el espejo no refleja a Alice en ningún momento, sino que se encuentra al otro lado, como si Alice ya hubiese completado el viaje, ya hubiese atravesado el espejo, donde el matrimonio ya se encuentra a salvo.

eyes wide shut
Warner Bros.

Con esa imagen inicial presente, las cuatro columnas griegas que enmarcan la habitación de la pareja podrían ser una representación del templo de Isis (Isis representa la devoción conyugal), cuyos misterios están relacionados con saberes que no todos conocen, y a los que hay que acceder “rasgando dos velos”, tal y como se ha interpretado con los años a partir del mito egipcio de la diosa. Un saber que Alice, en la imagen de esa diosa, tras volver del viaje, parece haber alcanzado, salvando su matrimonio. Ya al otro lado del espejo, se ha convertido en Isis, conoce la verdad oculta, con el vestido quitado a un lado y las cortinas al otro (los dos velos rasgados).

La idea de poder

Bill goza de una vida cómoda junto a su mujer gracias a su trabajo de médico exitoso: apartamento enorme en Central Perk West, ropa cara, arte por doquier… Incluso utiliza su posición como médico para acceder a todas partes y conseguir información especial. Es, por así decirlo, el modelo de ciudadano americano exitoso con cierto estatus que se vanagloria de ello, por eso suele pagar de más a taxistas y dependientes. En este sentido, a la mínima posibilidad, y tras ver pisoteada su virilidad ante la confesión de Alice, el personaje busca esa senda de poder, promiscuidad y reconocimiento para demostrarse a sí mismo el poder de macho alfa que cree haber perdido. Pero, tal y como muestra la película en su grotesca representación del dinero y los estratos de la sociedad, entre los más ricos también hay escalafones, algunos tan exclusivos que escapan a la imaginación de un hombre exitoso como Bill. El personaje, que desde su sutil nombre ya augura una fuerte relación con el dinero (“Bill” es “billete” en inglés), se entromete en las prohibidas estancias del poder, donde la riqueza alcanza dimensiones inimaginables, tan masivas que traspasan los límites de la ley y la moral. La orgía de la mansión Somerton es una muestra de ello: los multimillonarios, cansados de tenerlo todo, inventan entornos y formas de placer subversivas, únicamente alcanzables con el dinero ilimitado y el poder. Así, cuando Bill, celoso y con la autoridad debilitada, encuentra un resquicio para asaltar ese mundo prohibido de poderosos y sentirse fuerte, no lo duda y se lanza a la piscina sin pensar en las consecuencias.

eyes wide shut
Warner Bros.

Al llegar a la mansión, Bill promete al taxista 100 dólares si le espera. Para asegurar el trato, corta un billete por la mitad, prometiéndole la otra mitad si no se marcha de allí. Bill, de esta forma, sin que le tiemble el pulso, es capaz de romper un billete de 100 dólares, un tesoro para cualquier trabajador medio, con tal de demostrar el poder que cree ostentar delante del taxista.

eyes wide shut
Warner Bros.

En la película, los rituales, traiciones y usos desvergonzados del dinero parecen ocultos, pero se dan en la rutina, como en la fiesta de Victor Ziegler, donde se sobrepasa la moralidad muy cerca del evento socialmente aceptado de esmoquin, bailes lentos y champagne. Esta intromisión de lo incorrecto dentro de lo correcto se expresa desde la primera secuencia, en la habitación matrimonial de Bill y Alice, donde objetos comunes (raquetas, ropa del día a día) se combinan con elementos de ocultamiento, como las persianas y las cortinas. Así, los dos universos se unen, uno oculto dentro del otro, pero visible al mismo tiempo por los mejores y más interesados observadores.

'Fidelio'

La fidelidad es el tema central de la película, la cual se disecciona con el bisturí del hedonismo, en apariencia arrebatado del hombre y la mujer al formar un proyecto familiar monógamo. En la película, el terreno que pisa Bill se abona con toda clase de tentaciones, pero también el de Alice, que flirtea con Sandor Szavost, el millonario húngaro que la insta a cometer una infidelidad mencionando el libro “El arte de amar”, donde se practica esta traición desde la absoluta confidencialidad: “¿No crees que uno de los encantos del matrimonio es que hace del engaño una necesidad para ambos?”, dice Sandor. Este personaje, que en clave bebe de la copa de Alice para manifestar su deseo por ella, le debe su nombre a Anton Szandor Lavey, fundador de la iglesia satánica y representación del lado prohibido y tentador del mundo en el magnate húngaro como si de un demonio se tratase. La fidelidad se pone en entredicho desde el primer momento.

eyes wide shut
Warner Bros.

Al mismo tiempo, ‘Fidelio’ es la contraseña para entrar en la mansión y, por ende, acceder a la orgía, quizá una advertencia para Bill, que debería permanecer en la fidelidad de un matrimonio que todavía puede salvarse. De hecho, el billete de 100 dólares que rompe delante del taxista puede ser esa doble moral con la que juguetea Bill durante la película, pues, recordemos, “Bill” significa “billete” en inglés: se parte a sí mismo para componer sus dos mitades en juego.

También, la clave ‘Fidelio’ viene de la ópera homónima de Ludwig van Beethoven, cuya historia cuenta cómo una mujer salva a su marido de una celda antes de morir. En este sentido, volvemos al papel fundamental de Alice como salvadora del matrimonio. Pero no solo de Alice, sino también de la mujer enmascarada que se sacrifica por Bill para que este pueda volver a casa. De hecho, en la mansión, Bill, rodeado de máscaras y un juez que parece decidir su destino, se enfrenta a una especie de juicio contra sí mismo no solo por haber invadido un espacio al que no pertenece, sino por jugar con la fidelidad y el respeto a su matrimonio.

Tal y como contó su mujer en el documental del director, Kubrick se obsesionó con el tema de la fidelidad y su viabilidad dentro de una sociedad moderna. Pero, a pesar de las miserias que muestra en esta y demás películas, el respeto del director hacia el matrimonio recorre todo el filme, pues Kubrick rellenó los espacios con cuadros de su mujer Christiane, tratando de agarrarse a ese factor familiar que él mismo había construido durante los últimos cuarenta años de su vida. De hecho, actores y trabajadores de Kubrick afirmaron la devoción que sentía el director por su esposa e hijos, así como hacia la idea de lealtad y compromiso. En esta línea, a pesar de las tentaciones que pueden rodear las relaciones, Kubrick da una oportunidad a la pareja: “Debemos estar agradecidos por haber sobrevivido a nuestras aventuras, las reales y las que solo fueron un sueño”, remata Alice.

La estrella de ocho puntas y el poder de la mujer

Kubrick es un maestro en varios órdenes del espectro cinematográfico, pero una de sus pasiones es colocar objetos simbólicos para saciar el lore de sus películas y alimentar las especulaciones. En ‘Eyes Wide Shut’, Kubrick introduce la estrella de ocho puntas, asociada a Ishtar, diosa de la fertilidad, el amor, la guerra y la sexualidad. El motivo decorativo se aprecia en la fiesta de Navidad de Victor Ziegler y en la habitación de la hija de Milich donde la menor se acuesta con dos hombres. Aunque una de las tareas de esta diosa es acoger los cultos de la prostitución sagrada, base de los ritos de la película y presente en Mandy, Domino o la hija de Milich, en este caso también actúa como guiño al poder de la mujer en ‘Eyes Wide Shut’, incluso aunque los propios personajes que lo ostentan no sean conscientes. Las pinturas prerrafaelitas de la cafetería donde Bill se refugia de su perseguidor también dan importancia a la figura de la mujer y su poder en las obras de John William Waterhouse y su ‘Ophelia’, y el ‘Astarte Syriaca’ de Rossetti, también vinculadas con ritos, brujería y fantasía.

eyes wide shut
Warner Bros.

Como hemos visto, Alice motiva los escarceos sexuales de su marido en un intento por salvar su matrimonio; es la que frena al dandi húngaro Sandor Szavost; salva a Bill de relacionarse con la prostituta Domino gracias a una llamada a tiempo y la que, en última instancia, reconstituye el matrimonio. Por otro lado, las dos modelos de casa de Victor hablan a Bill de mostrarle lo que se halla “al final del arco iris”, una posible referencia a la orgía de la película; tienen, por tanto, el poder de desligarle del mundo casto y conducirle al oscuro. Incluso desde una posición de aparente debilidad, dos mujeres tienen el poder de arruinar el futuro de dos hombres: Mandy, la prostituta inconsciente por sobredosis que yace en el sofá de Victor, y Domino, enferma de VIH con la que Bill está a punto de acostarse, y cuyo apartamento se identifica con el número 265 (2+6+5=13, el número de la mala suerte como advertencia).

La escalera de la traición

En la mencionada fiesta de Victor Ziegler se está perpetrando una de las infidelidades más llamativas de la cinta: el dueño de la casa trata de reanimar a una prostituta inconsciente por una sobredosis con la que estaba teniendo sexo. A esta estancia se accede a través de una escalera forrada de luces doradas, clara referencia a la escalera bíblica de Jacob que, tras una travesía dorada, lleva hasta un lugar de clara vocación cuestionable y carnal, rematada, al igual que en la historia de la Biblia, con la estatua de dos ángeles, ‘L'amore degli angeli’. Esta estatua es el último rescoldo de recato antes de abrirse el mundo de la traición y lo perverso, la otra cara de una moneda que, desde el escaparate falso de la fiesta, se reviste de lujo y buenas formas.

eyes wide shut
Warner Bros.

El mito de Eros y Psique

Muchas teorías asocian ‘Eyes Wide Shut’ al mito ‘Eros y Psique’ de Apuleyo, por el que una mujer de gran belleza, Pisque, era condenada a un matrimonio con un hombre monstruoso por parte de una celosa Afrodita gracias a la intervención de su hijo Eros. Eros, sin embargo, la lleva consigo, pero Afrodita termina encerrándola, incluso la somete a un sueño profundo. Finalmente, Eros la despierta de un flechazo, la salva y se casa con ella. Al mismo tiempo, este mito inspiró la escultura antes mencionada, ‘L'amore degli angeli’, donde se aprecia un beso entre Eros y Psique. En ‘Eyes Wide shut’, Bill encarnaría al ángel Eros en su relación con la prostituta Mandy.

eyes wide shut
Warner Bros.

En cierto momento de la trama, a Bill se le encuadra junto a un cartel que dice “Eros” con luces rojas de neón. Para seguir, en casa de Domino comparte plano con la imagen de un ángel de Rafael. Además, sube la escalera junto a la escultura antes mencionada, tras la cual se topa con una mujer inconsciente, Mandy, tal y como se encuentra Eros a Psique tras un profundo sueño. Finalmente, Mandy (a la que Bill despierta como Eros despierta a Psique), agradecida por haberla salvado de la sobredosis, termina sacrificándose por Bill en pleno ritual, certificando este vínculo con el beso previo de máscaras, y dando vida al mito y al beso de Eros y Psique. Como apunte, el texto de Apuleyo habla de cómo a Psique jamás le sirvió su belleza para desposarse, paralelismo con Mandy, exmiss Nueva York y ahora prostituta. Por otro lado, centro del mismo mito, Afrodita, cuyo equivalente en la mitología romana es Venus, recae en la figura de Alice, no solo por el azul que baña su piel y que hace referencia al nacimiento de Venus desde el océano, sino en la imagen de la primera secuencia, con la mujer desvistiéndose, un recuerdo claro de la escultura de la Venus de Milo. De alguna manera, Alice/Afrodita/Venus es la que inicia todo este viaje de Bill/Eros.

eyes wide shut poster
Warner Bros.
Headshot of Borja Santos

Borja Santos es periodista cinematográfico y filmmaker. Escribe en FOTOGRAMAS sobre curiosidades de cine y series de Netflix, Max, Prime Video y Filmin, y edita todo tipo de vídeos para las redes sociales de la marca.

Descubrió la magia del celuloide en plenos años 90. Jim Carrey ('Ace Ventura' sigue siendo la película que más ha visto en su vida) y Nicolas Cage (cuando el meme del sobrino de Coppola todavía estaba en construcción) eran sus principales referentes. Después viajó a la Tierra Media y Hogwarts, no solo para disfrutar con sortilegios y pan de lembas: estas fantasías se convirtieron en parte de su vida. Después comprendió que el cine no era solo un lugar en el que sentirse héroe o aventurero, sino que podía estudiarse, entenderse y disfrutarse desde la historia, la narrativa y la imagen. Así, se topó con Woody Allen, Stanley Kubrick, Sofia Coppola y Danny Boyle, que le enseñaron nuevas formas de entender y disfrutar el séptimo arte. 

Ávido lector de FOTOGRAMAS en sus viajes de tren hacia la Universidad Complutense de Madrid, donde cursó la carrera de Periodismo, empezó a interesarse por el cine a nivel profesional. Estudió un máster de Guion de Cine en la Universidad Camilo José Cela y un curso de Dirección de Cine y TV en la escuela Metrópolis. A partir de aquí, combinó su labor periodística, un blog personal y un canal de YouTube con la grabación, guionización y edición profesional de vídeos en diferentes sectores y plataformas.

Recaló en Hearst como miembro del equipo de Velocity Video, al tiempo que publicaba su primer libro, ‘El llanto del mono’.  Finalmente, se unió al equipo de FOTOGRAMAS como editor audiovisual y periodista, combinando sus tres grandes pasiones. Amante del cine independiente americano, los blockbusters más autorales de Nolan, las películas lentas y las comedias románticas británicas, siempre está al día de los nuevos formatos que triunfan en redes sociales y apuesta por la creatividad en sus escritos y ediciones.