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Ese sentimiento de peligro, de riesgo. Que la audiencia se sienta incómoda pero también apelar a su sexualidad. Todo esto es lo que Nicole Kidman, a sus 57 años, ha ido buscando en su último estreno, 'Babygirl'. La chica no para. Acumula proyectos ya sea en plataformas, con series ('La pareja perfecta', la segunda temporada de 'Special Ops: Lioness', 'Expatriadas'), y largos ('Un asunto familiar', la animada 'Hechizados'), y también en la gran pantalla, con el tercer largo como directora de la holandesa Halina Reijn. Eso solo en 2024, año en el que puede bromear diciendo que trabaja tanto para mantener la industria a flote. Pero en 'Babygirl', la búsqueda del orgasmo es personal, sin tapujos. De momento le ha dado la Copa Volpi en el Festival de Venecia. ¿Quizá es el momento de su segundo Oscar?
Dice que 'Babygirl' fue un riesgo del que se enamoró a primera vista.
Fue oír Babygirl y solo el título me hipnotizó y me metí de cabeza. Lo leí de un tirón, llamé a Halina (Reijn), hablamos hora y media y me agarró su autenticidad, su humor y el hecho de ser dirigida por una mujer. Porque esta estructura fílmica la has visto antes, pero no en una mujer. Es otra visión sobre la sexualidad, alguien con quien discutir de nuestras fantasías, de nuestros deseos, sin vergüenza. Una europea, además. No sería lo mismo escrita por un americano. Hablaría de una sexualidad diferente.
Hablemos entonces de las dudas. La preceden 'Eyes Wide Shut' o la obra de teatro 'The Blue Room', pero eso fue en otro milenio. ¿Está de vuelta de todo?
Mi mejor trabajo está siempre por llegar. Esto es un viaje y nunca siento que termina. Al contrario. 'Babygirl' me aterrorizó hasta el final. Cuando estaba sentada en la premier en Venecia, con Halina, con Antonio, con el público… No podía dejar de pensar Si esto no funciona, saldré a gatas. Eso sí que fue terror.
Pues salió con el premio a Mejor Actriz.
Cuando una tiene una carrera tan larga como la mía es raro que surjan oportunidades en las que puedas explorar, pero yo he tenido esa suerte.
Hablemos de la exploración. La sexualidad es tan cruda e íntima que parece increíble que sea delante de una cámara.
Fue una producción rápida, visceral, llena de adrenalina. Como un tren descarrilado donde hubo mucha conversación. Hablamos mucho. Todos. También pasamos mucho tiempo en la cama. Un tiempo de ensayo fuera de lo común porque sobre todo estuvimos juntos. Halina es tan buena actriz que nos sustituía. Hoy no vengas que voy a ser tú. Y un día era Antonio, o Harris o yo y eso daba fluidez. Además, en la cama siempre éramos un trío con Jasper Wolf, el director de fotografía, que operaba la cámara de tal manera, nos iluminaba, captando la menor sutileza, la sorpresa, el cambio a medida que ocurría.
Halina Reijn, la directora del film, asegura que 'Babygirl' es también una película sobre la masculinidad.
Y ahí fue una gran fortuna contar con estos hombres como Harris (Dickinson) que entró hasta la cocina y me dijo eso de Aquí estoy, soy tuyo. Y Antonio, que nos dio el OK desde el minuto uno y eso es tener suerte cuando hablas de masculinidad. Fue verlo y sentir que llevábamos toda la vida casados. Alguien con experiencia.
Harris Dickinson asegura que firmó por ir de rave juntos.
Fue otro mundo. Tan liberador. Bailando, besando a gente, quitándome la camisa… nada estaba en el guion. La interpretación es un trabajo muy expuesto y nos gusta mucho hablar. Pero el que mejor bailó fue Harris.
Ya se habla de repetir la jugada y apuntarse a un segundo Oscar. ¿Nervios?
Como actriz, siempre busco nuevos caminos que me lleven donde no he estado. Explorar nuevos territorios con gente en la que confío. Eso es lo que hicimos en 'Babygirl'. Hablar, explorar, exa- minar nuestras vidas, la existencia humana y con suerte entretener para que la gente que nos vea no piense ¡Qué pedazo de mierda autocomplaciente! Y habrá quien lo piense, quien se incomode. Y también los habrá que se exciten, que disfruten y se planteen las mismas preguntas.
Rocío Ayuso es periodista, escritora, productora, cofundadora de la librería Madrid-Cómics y con una larga carrera como corresponsal internacional en diferentes medios, desde la Agencia EFE al Canal Plus, Audiovisual 451, El País o Fotogramas. Eso sí, su pasión es el cine desde que, bien niña, recuerda que fue con su hermano a ver en Logroño un programa doble: El libro de la selva, el de verdad, el de los estudios Disney, de 1967, y El pequeño salvaje (1970), de François Truffaut. Se pasó el resto del verano leyendo “El cine según Hitchcock”, las 50 horas de conversación entre Truffaut y el rey del suspense. Eso selló su destino. Bueno eso y Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo, su inspiración para dedicarse al periodismo.
Titulada en Ciencias de la Información por la Universidad de Leioa y titulada con grado de Filosofía y ciencias de la educación en la Universidad de Deusto además de ser de las primeras promociones del Master UAM-El País, Rocío Ayuso ha desempeñado su labor periodística en diferentes ciudades -Madrid, París, Londres- y son muchos años en Los Ángeles donde cubre toda la información relacionada con el arte y la industria del cine y televisión. Miembro desde hace 25 años de la organización que concede los Globos de Oro, Rocío Ayuso ha disfrutado (y a veces no) de un Hollywood donde ha pilotado un coche con Paul Newman, ha comido spaghetti con Michael Douglas, Tom Cruise le ha cantado el cumpleaños feliz, Sofía Loren le ha abierto las puertas de su casa, arregló el vestido a Penélope Cruz en la alfombra roja de los Oscar, sigue enamorada de Jodie Foster y le mandó un regalo de boda a George Clooney. Son muchos más los que ha entrevistado o, simplemente, con los que ha conversado, los rodajes que ha visto y los festivales por los que ha pasado.
También ayuda a la promoción del cine español en Los Ángeles mediante su compañía R&R Communications y es productora ejecutiva del filme de animación Extraordinary Tales además de co autora de "Bill Plympton, el cineasta incansable" y jurado en festivales como Stuttgart, Mumbai Arena, BIAF en Corea o parte de, los Globos de Oro, los premios Platino y los Forqué. En 2015 recibió el International Media Award, máximo galardón para la prensa de Hollywood. Pero para ella nada de esto se compara con una buena película junto a su marido, el director Raúl García, y el tiempo junto a sus perros Melón y Lady Lucy Loca. Momentos de quedarse pegada a la pantalla.