No eres un verdadero nostálgico si no te emocionas con estas películas

Esta película es doblemente nostálgica: es una de las películas del Nuevo Hollywood de los 70 a los que los cinéfilos veneramos, y es además un homenaje a la juventud de los años 60 y su pasión por el rock and roll. George Lucas nos trajo esta joya antes de petarlo con Star Wars, y no podemos evitar seguir fascinándonos con la vitalidad y rebeldía que retrata.

Otra de esas películas que es pura nostalgia, ya sea por sus canciones, por sus números de baile, por sus emociones superlativas o por el tupé de John Travolta. Todo convierte a este musical en uno de los más exitosos de todos los tiempos, ese que siempre dejas puesto cuando lo pillas haciendo zapping y el que jamás de los jamases de cansarás de ver.

Esta imagen es la descripción gráfica de la nostalgia. Una de las películas más laureadas de Woody Allen vuelve a revivir en nuestras pantallas como si no hubiesen pasado casi 40 años. Y es que su sentido del humor, sus diálogos, sus encuentros, sus reflexiones soterradas... Todo contribuye a haberla convertido en un clásico absoluto del cine.

David Lynch hizo un pequeño parón en su extravagancia narrativa para dejar volar su extravagancia temática en esta película de los años 80. Y qué queréis, es imposible no llorar con ella, o al menos emocionarse con las injusticias que su protagonista, un hombre con deformidades físicas, tiene que soportar.

Creo que más que nostalgia, esta película nos provoca una mezcla de pavor y desconcierto. Pero, qué queréis, no nos cansamos de verla. Stanley Kubrick pasó el libro de Stephen King por su alborotada mente de cineasta y creó este laberinto psicológico que ha sido objeto de estudios y documentales varios. Sigue siendo todo un misterio, y por eso continuamos volviendo a ella una y otra vez.

Es la primera parte de la saga de Indiana Jones, pero cualquiera de sus entregas serviría en esta lista. Bueno, quizás la última con Shia LaBeouf nos la podríamos ahorrar. Harrison Ford se convirtió en la cara más conocida de su generación con varios éxitos (entre ellos, claro, Star Wars), pero es que no hay imagen más icónica de él que con ese sombrero marrón en la cabeza. Sólo de verlo dan ganas de cantar la sintonía del héroe: tan tarantaaaaan, tantaraaaan...

Si nunca has usado 'Mi casa, teléfono' en algún momento aleatorio de tu vida, revisa ahora mismo tu carné de cinéfilo. Steven Spielberg vuelve a demostrar su inagotable capacidad para la nsotalgia com esta historia de amistad entre un niño y un extraterrestre, con imágenes legendarias que nunca desaparecerán del imaginario colectivo.

Bendito 1984. Otro de los clásicos de nuestra infancia, pozo inagotable de nostalgia, fue esta adaptación de la famosa novela de Michael Ende, que nos sumergió en el Reino de Fantasía y sus miles de aventuras extrañas. Wolfgang Petersen la llevó a la gran pantalla para dejarnos claro que es una de las historias -¿infantiles?- más legendarias jamás escritas.

Así, como ese Gremlin que veis ahí, veíamos en los años 80 esta película de Joe Dante. Bueno, en 3D no, pero sí con palomitas y mucha emoción. Más de 30 años después, seguimos recordando a estos bichos endemoniados con gran nostalgia, y hemos adoptado las normas de no mojar ni dar de comer a ningún animal extraño después de la medianoche. Para algo sirven las películas, oye.

Seguro que en algún momento de tu vida has hecho la postura de la grulla e inmediatamente has pensado en 'Karate Kid'. Es normal, no estás enfermo. El impacto que tuvo esta película de John G. Avildsen fue muy grande, y aún la recordamos con gran cariño (aunque quizás el tiempo le ha pasado bastante factura). Lo que seguro que no hemos aprendido todavía es a cazar moscas con palillos chinos.

Si ya nos dio nostalgia ver el 'reboot' femenino dirigido por Paul Feig que se estrenó hace un par de años, ya no te hablo de volver a ver este clásico del cine ochentero firmado por Ivan Reitman. Es pura diversión, y nos devuelve a momentos tan míticos -y a la grandeza de Bill Murray, Dios le guarde- que no podíamos dejarla fuera de esta lista.

'Don't you, forget about me...'. Los pelos como escarpias. John Hughes, rey de la tragicomedia adolescente, se marcó con esta película su historia más laureada y homenajeada, y no es para menos: cinco adolescentes, cinco personalidades distintas y un aula de castigo. ¿Qué puede salir mal?

Dirigida por Richard Donner, es la aventura 'teen' más divertida y homenajeada de todos los tiempos, empezando por la aplaudida 'Stranger Things'. Un grupo de niños frikis y adolescentes en la edad del pavo que se embarcan en una búsqueda del tesoro con los malos pisándoles los talones y un conjunto de pruebas mortales que superar... ¡Qué gran película!

Sentir nostalgia por un chaleco rojo es bastante grave. Pero aquí estamos, recordando una película -o más bien tres- que jamás podremos borrar de nuestros corazones cinéfilos. Robert Zemeckis nos regaló esta aventura de viajes en el tiempo y reencuentros parentales que marcó a toda una generación. Yo aún estoy pensándome lo de comprarme un DeLorean.

La puesta de largo de Tim Burton fue con esta extrañísima -pero divertida- película, protagonizada por Paul Reubens. No gustó a todo el mundo, pero su estética y sus vestuarios nos provoca mucha nostalgia por las épocas pasadas, que en las manos del cineasta se convierten además en épocas extravagantes y especiales.

Esta aventura adolescente de John Hughes tuvo mucho impacto en Estados Unidos, y prueba de ello es el súper homenaje que Jon Watts le dedica en 'Spider-Man: Homecoming'. Es esa vitalidad de su protagonista (Matthew Broderick) la que infunde a esta película de nostalgia ochentera, y sobre todo nostalgia de esas películas adolescentes inteligentes y únicas.

No es de esas películas para llorar, pero de nostalgia nos provoca un rato largo. Es una de las películas de acción más míticas de los años 80 -¿de toda la historia?-, con un Bruce Willis entregadísimo caminando descalzo sobre cristales y lanzándose de un edificio con una manguera. Así es él.

No recordamos tanto esta película como deberíamos. Y no recordamos tanto a Rick Moranis como necesitaríamos. La ópera prima de Joe Johnston fue una comedia familiar delirante, sobre un despistado y torpe científico que encoge a sus hijos. Bueno, creo que el título deja bastante claro esto...

¡AHÍ ESTÁS, PETER! ¿Quién no se emociona cada vez que ve esa escena en la que, al fin, los niños perdidos reconocen a este patoso Peter Pan interpretado por Robin Williams? Vale, la película a veces da un poco de vergüenza ajena, pero es indiscutible que ha pasado a la historia como un clásico infantil, que, con sus más y sus menos y un cásting alucinante (Dustin Hoffman, Julia Roberts...), consiguió marcar a una generación. Que es de Steven Spielberg de quien estamos hablando, por Dios.

Pues sí, esta película de Penny Marshall nos da nostalgia por muchas razones. Primero, porque fue una película mítica que se ha perdido injustamente en el tiempo, a pesar de contar con Geena Davis, Tom Hanks y hasta Madonna. Y segundo, porque cuenta una historia emotiva, emocionante, feminista y divertida, que nos recuerda otra época en la que las mujeres tenían que luchar por ser consideradas algo más que una falda corta en un campo de béisbol. Espera, ¿hemos superado esta época ya?