15 películas de cine negro que hay que ver, al menos, una vez en la vida
Repasamos los títulos más imprescindibles del género de las noches con sombras, los detectives en gabardina y las femmes fatales.

El crimen, el thriller y la investigación policial han tenido muchas formas y corrientes dentro del séptimo arte, especialmente en Hollywood. Si los años 30 estuvieron dominados por el cine de gansters y los 70 por los mafiosos, fueron los detectives en gabardina y las liosas tramas repletas de mujeres misteriosas las que inundaron la pantalla en los años 40. La cosa siguió en los coloridos y épicos años 50, pero de forma menor.
El noir, como le llamaron los franceses, es un cine de atmósfera, en donde la trama es solo una base liosa y repetitiva para situar y sostener el carisma de los personajes, un cine lleno de oscuridad y erotismo en tiempos de censura, de replicas afiladas y lecturas ambiguas. Es, sin duda, uno de los subgéneros más apasionantes para todo amante del cine, uno que, como el expresionismo, sigue inundando de influencias decenas de películas cada año y por todo el mundo. Pero aquí nos hemos querido centrar en los títulos fundamentales, esos que dan forma y nombre al cine negro, los imprescindibles que todo amante del cine debería ver una vez en la vida.

Rafael es experto en cine, series y videojuegos. Lo suyo es el cine clásico y de autor, aunque no se pierda una de Marvel o el éxito del momento en Netflix por deformación profesional. También tiene su lado friki, como prueba su especialización en el anime, el k-pop y todo lo relacionado con la cultura asiática. Por generación, a veces le toca escribir de éxitos musicales del momento, desde Bizarrap hasta Blackpink. Pero no se limita ahí, ya que también le gusta escribir de gastronomía, viajes, humor y memes. Tras 8 años escribiendo en Fotogramas y Esquire lo cierto es que ya ha hecho un poco de todo, desde entrevistas a estrellas internacionales hasta presentaciones de móviles o catas de aceite, insectos y, sí, con suerte, vino. Se formó en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Murcia. Después siguió en la Universidad Carlos III de Madrid con un Máster en Investigación en Medios de Comunicación. Además de comenzar un doctorado sobre la representación sexual en el cine de autor (que nunca acabó), también estudió un Master en crítica de cine, tanto en la ECAM como en la Escuela de Escritores. Antes, se curtió escribiendo en el blog Cinealacarbonara, siguió en medios como Amanecemetropolis, Culturamas o Revista Magnolia, y le dedicó todos sus esfuerzos a Revista Mutaciones desde su fundación. Llegó a Hearst en 2018 años y logró hacerse un hueco en las redacciones de Fotogramas y Esquire, con las que sigue escribiendo de todo lo que le gusta y le mandan (a menudo coincide). Su buen o mal gusto (según se mire) le llevó también a meterse en el mundo de la gastronomía y los videojuegos. Vamos, que le gusta entretenerse.


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