Las 15 mejores películas de Meryl Streep, ordenadas

Jennifer Lawrence dijo que en el set de 'No mires atrás' todos llamaban a Meryl Streep "GOAT" (en inglés, 'Greatest Of All Time'). También que la propia Streep creía que la llamaban "cabra" por su veteranía y no el verdadero significado de la expresión: "la mejor de la historia". La misión de los personajes de DiCaprio y Lawrence por hacer que el mundo les haga caso del desastre que se avecina cobra especial dramatismo cuando vemos que la presidente es nada menos que The GOAT. Ver a Meryl Streep convertida en este sucedáneo femenino de Trump es la mejor arma de la cinta. Fue una de las mejores películas de 2021 y una de las más vistas de la historia de Netflix.

El idilio de Meryl Streep con los Oscars empezó a coger fuerza gracias a esta película, por la que ganó su primera estatuilla dorada (lo que la metió en la lista de ganadoras del Oscar a Mejor Actriz). Al menos el bofetón que le propinó Dustin Hoffman fuera de guion no fue en balde. Y es que la intensidad se palpa en esta película sobre la ruptura de una pareja, muy al estilo de la reciente 'Historia de un matrimonio', que sin duda se inspiró en el filme de Robert Benton. Streep, con apenas 30 años y toda una exitosa carrera por delante, está fantástica.

Con un guion escrito por el Premio Nobel de literatura Harold Pinter, Meryl Streep y Jeremy Irons interpretaban un original doble papel en esta historia, dado el juego del guion, que enlazaba el tiempo del relato homónimo que escribió John Fowles, con el tiempo en el que se está rodando la historia ambientada en el Siglo XIX. Así corría un paralelismo entre Sara Woodrof, "la mujer del teniente francés" y Charles Smithson, y entre los actores que interpretan a estos personajes.

La actriz ganó su segundo Oscar a Mejor Actriz gracias a esta desgarradora película de Alan J. Pakula, en la que interpreta a una mujer polaca que vive atormentada por su pasado en el campo de exterminio de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Los demonios que la acechan se reflejan en el rostro pálido de la actriz, que se adueña de esa fragilidad de una manera increíble. ¡Qué intensidad! ¡Y cuántas lágrimas nos hace derramar! Desde luego, es una de las mejores películas sobre el Holocausto.

Antes de 'Se acabó el pastel', el tándem Mike Nichols - Nora Ephron le dio a Meryl Streep una oportunidad genial para lucirse. Y lo hizo siendo nominada de nuevo al Oscar a Mejor Actriz. Basada en hechos reales, la historia sigue a Karen Silkwood, una trabajadora y sindicalista en una central nuclear que recoge pruebas para denunciar las irregularidades de la planta. Pero su investigación enfada tanto a sus compañeros como a sus jefes, creando un conflicto que le costará caro.

Cómo olvidar a Meryl Streep recostada sobre una silla mientras Robert Redford le aclara el champú del pelo. Un momento de esos en los que se te suben los colores a las mejillas con una sonrisilla pícara. Y todo es gracias a la interpretación de la actriz, que le da al personaje esa mezcla de dulzura y contundencia que nos enamoró a todos. Basada en la novela de Karen Blixen, la historia nos muestra la vida de una mujer en Kenia, sus amores, sus decepciones y su gran aprendizaje. Sin duda, una de las mejores películas de amor de todos los tiempos.

Una grande como Meryl Streep se pone en la piel de la historia de otra grande, Nora Ephron. La célebre guionista tira de autobiografía en esta película, donde todo encaja a la perfección: la química innegable entre Streep y Jack Nicholson, el tono irónico y agridulce de la historia, el peso emocional de la protagonista... Desde luego, es una película (y una interpretación) que se recuerda demasiado poco, y que hay que reivindicar más. Tanto como estas otras comedias románticas infravaloradas.

Mira si era buena la interpretación de Meryl Streep en esta película de Fred Schepisi que pudimos apreciarla incluso debajo de esa terrible peluca. Bromas aparte, la actriz recibió un aplauso unánime con este filme, basado en una historia real en la que un matrimonio pierde a su bebé durante unas vacaciones en la montaña, y le echa la culpa a un perro salvaje. Una película entre el drama judicial y el personal, y con Sam Neill como segunda mitad de este genial tándem interpretativo.

Preparad los kleenex, porque esta es una de las películas más bonitas, románticas y emotivas de Meryl Streep. También una de las que más recuerda el gran público de ella. Y no podemos culparles: tanto ella como Clint Eastwood están para comérselos. La actriz interpreta a una ama de casa que recuerda lo que era vivir y sentir gracias a una breve aventura con un fotógrafo. Pero, ¿podrá dejarlo todo por él o seguirá encerrada en la infelicidad de su vida doméstica? Ya sabemos que sabes la respuesta. Ay, nuestro corazón.

No solo es esta una gran película, sino que además nos muestra a una veterana Meryl Streep siendo la dueña y señora de todos los registros imaginables de la actuación. Quizás no sea ella la absoluta protagonista (también hay otras historias con Nicholas Cage), pero su porción en este filme de Spike Jonze (con guion de Charlie Kaufman) es magistral. La actriz hace que cada una de sus apariciones en la historia sean dignas de recordar. La escena en la que aparece drogada y hablando por teléfono con Chris Cooper es sencillamente increíble.

Parecía otra comedia romántica más, pero ha resultado ser una de las más queridas, revisitadas y celebradas del género. Y es que es fantástica en su retrato de los mundos del periodismo y la moda, en el camino de aprendizaje de su protagonista (Anne Hathaway) y, por supuestísimo, la Miranda Presley que interpreta Meryl Streep con tanto glamour y fiereza que solo podemos ponernos a sus pies. Bueno, quizás es lo único que podríamos hacer frente a ella. No deja prisioneros. Su primera escena en la película es icónica.

Si hay una película en la filmografía de Meryl Streep en la que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que se lo estaba pasando pipa, esa es '¡Mamma Mia!'. Bueno, ella y el resto del reparto, a los que pareció invadirles el espíritu alegre de ABBA para crear esta maravillosa película musical. Aunque esté llena de estrellas, ninguna brilla más que Streep, que canta, baila, ríe, llora y grita como si Donna Summer tuviese vida propia más allá del guion. ¿Uno de los mejores musicales de la historia del cine? Sí.

No nos extraña que de una obra de teatro ganadora del premio Pulitzer diese como resultado una película tan brillante como esta de John Patrick Shanley. Claro que si tienes en tu reparto a Philip Seymour Hoffman, Viola Davis, Amy Adams y Meryl Streep... ¿Qué puede salir mal? Es 1964, estamos en el Bronx y la directora de un colegio católico lleva su cruzada contra el nuevo cura, un tipo muy disruptor con las normas de la institución, hasta las últimas consecuencias, afirmando sin pruebas que el hombre está abusando del primer niño afroamericano admitido como alumno. Streep lo clava como la estirada Aloysius Beauvier: sus expresiones gélidas, su rectitud impenetrable.

Aunque tengamos sentimientos encontrados por lo que muestra esta película de Phyllida Lloyd, hay algo que es indiscutible: la interpretación de Meryl Streep, que ganó con ella su tercer Oscar. Su entrega es total a la hora de interpretar a Margaret Thatcher, quien fue Primera Ministra del Reino Unido durante más de una década. Una mujer en un mundo de hombres, nos cuenta este biopic, aunque no le da tanta importancia a su faceta política. O, más bien, a cómo Thatcher destrozó las vidas de la clase trabajadora de muchas zonas del país que aún hoy no han logrado recuperarse. ¡Pero y lo bien que lo hace Streep!

Streep se llevaba nueva nominación mientras que Julia Roberts era también candidata a Mejor Actriz de Reparto por esta tremenda reunión familiar. Debido a la muerte repentina del padre, una madre se reencuentra con sus hijas en el mes de agosto. Violet (Streep), la matriarca, es adicta a las pastillas y está enferma de cáncer. Su carácter amargado chocará con sus tres hijas, interpretadas por Roberts, Juliette Lewis y Julianne Moore. Una reunión para que cada uno de los integrantes pongan sus cartas sobre la mesa y se muestren las -duras- verdades ante el resto.