Dirección: Guillermo Del Toro
Reparto: Michael Shannon, Sally Hawkins, Octavia Spencer, Michael Stuhlbarg, Doug Jones
Título en V.O: The shape of water
Nacionalidad: USA Año: 2017 Fecha de estreno: 16-02-2018 Duración: 123 Género: Fantástica Color o en B/N: Color Guión: Guillermo Del Toro Fotografía: Dan Laustsen Música: Alexandre Desplat
Sinopsis: En 1963, cuando la Guerra Fría está viviendo uno de sus momentos más álgidos, Elisa trabaja en el servicio de limpieza de un laboratorio. En el descubre la existencia de un hombre pez, un ser extraño que sirve de cobaya para experimentos. Y entre ambos surge una conexión especial.
Crítica
El cine de Guillermo del Toro siempre ha tenido un fuerte sustrato reivindicativo. La fantasía le ha servido como vehículo para introducir temas de carácter político, para elaborar metáforas en torno al odio y al miedo incrustados en la sociedad. También para destapar la hipocresía y para reivindicar la diferencia, para dotar de dignidad a una serie de personajes que han tenido que sufrir en sus carnes el rechazo o la marginación.
Política y poesía
'La forma del agua' es de alguna manera para el director mexicano su particular fábula anti-Trump, pero también su cuento para adultos más poético y hermoso. Nunca se había mostrado tan delicado, tan tierno y ensoñador, quizás porque es la primera vez que utiliza una historia de amor para articular toda la narración. Y ese amor, esa fuerza motriz que lo impregna todo, también la traslada a sus personajes, sobre todo, a esa chica muda (Sally Hawkins) que siempre se ha sentido invisible para todo el mundo, y encuentra la humanidad que falta a su alrededor en una criatura que, como ella, necesita ser salvada.
Volver a la Guerra Fría
Pero también hay una gran ternura en la descripción de esos dos secundarios a los que dan vida Richard Jenkins y Octavia Spencer, y que le sirven a Del Toro para desarrollar su discurso sobre la diferencia, para dar voz y presencia a algunos de los colectivos que históricamente han intentado ser silenciados: los homosexuales, los negros y los inmigrantes. Y, por supuesto, las mujeres. Para poner de manifiesto cómo la represión y la intolerancia no sólo se encontraban presentes en la sociedad americana de los años 60 durante la Guerra Fría donde transcurre la acción, sino también en la actualidad, en una atmósfera que se presenta igual de enrarecida. Un ambiente propicio para la aparición de monstruos, aquellos que promueven el racismo, la homofobia, el machismo y la discriminación. Del Toro vuelve a evidenciar que es un portentoso creador de imágenes. Su imaginería resulta desbordante, y su virtuosismo formal sirve para envolver al espectador en una espiral de sensualidad. En el fondo, con esta película, el director parece haber querido firmar su particular carta de amor al cine. Por eso homenajea la época silente, los musicales clásicos, juguetea con el género de espías y el melodrama, y subvierte los cuentos de hadas de Disney. Y lo hace recurriendo a emociones muy puras y básicas, enfrentando el Bien y el Mal, la luz y la oscuridad, en una película que sirve como resumen a toda su fllmografía a la hora de plasmar, de forma bellísima, la lucha entre el poder de la imaginación y la cerrazón ideológica y moral.