Dirección: Catherine Hardwicke
Reparto: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Billy Burke, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Nikki Reed, Kellan Lutz, Cam Gigandet, Edi Gathegi, Ashley Greene
Título en V.O: Twilight
Nacionalidad: USA Año: 2008 Fecha de estreno: 05-12-2008 Duración: 121 Género: Thriller Color o en B/N: Color Guión: Melissa Rosenberg Fotografía: Elliott Davis Música: Carter Burwell
Sinopsis: Bella Swan (kristen Stewart), una chica de 17 años que siempre se ha sentido diferente, se va a vivir con su padre a un apartado y lluvioso pueblo. Ahí conoce al misterioso Edward Cullen (Robert pattinson), con quien entabala una estrecha amistad. Con el tiempo, Bella descubre que Edward y su familia son vampiros... aunque eso no será un obstáculo para el amor.Web oficial de 'Crepúsculo': www.crepusculo-lapelicula.es
Crítica
¿Qué ocurriría si la Ally Sheedy de El Club de los Cinco (John Hughes, 1985) se hubiera enamorado de un vampiro que parece haberse escapado de una banda emo o, en su defecto, de una novela de Oscar Wilde? Quién sabe: si John Hugues hubiera reinventado el cine teenager en el siglo XXI tal vez habría hecho una película como Crepúsculo. Lo más conmovedor del film de Catherine Hardwicke es lo muy en serio que se toma la angustia y el amor adolescentes, con sus ritos de paso y sus subidas de adrenalina, con sus réplicas imposibles y su deseo reprimido. Crepúsculo podría haber sido un Yo fui un Drácula adolescente para lectoras de Superpop, pero, lejos de caricaturizar los sentimientos de diferencia y marginación tan caros a la sensibilidad juvenil, los convierte en elementos indispensables para entender el romanticismo del mito vampírico.
Dada la asepsia erótica que se impone en la relación amorosa entre una humana y un vampiro que intenta vivir una vida más o menos normal con su incestuosa familia, podría pensarse que Crepúsculo apoya con todas sus fuerzas la abstinencia sexual en tiempos más retrógrados de lo que desearíamos, pero lo cierto es que es coherente con el espíritu ingenuo y honesto de la historia de amor más casta y auténtica que nos ha dado el cine teen americano desde Spider-Man (Sam Raimi, 2002).