Dirección: Neill Blomkamp
Reparto: Sharlto Copley, Jason Cope, Nathalie Boltt, Sylvaine Strike
Título en V.O: District 9
Nacionalidad: Nueva Zelanda Año: 2009 Fecha de estreno: 11-09-2009 Duración: 112 Género: Fantástica Color o en B/N: Color Guión: Terri Tatchell, Neill Blomkamp Fotografía: Trent Opaloch Música: Clinton Shorter
Sinopsis: Hace treinta años los alienígenas contactaron por primera vez con el planeta Tierra. La raza humana esperó un ataque hostil o un gran avance en la tecnología. No ocurrió ninguna de las dos cosas. Los alienígenas eran refugiados, los últimos sobrevivientes de su planeta de origen. Al tiempo que las naciones del mundo intentaban ponerse de acuerdo en lo que tenían que hacer con ellas, las criaturas fueron instaladas de forma temporal en el Distrito 9 de Sudáfrica.Ahora, la paciencia en cuanto a la situación de los alienígenas se ha agotado. El control sobre los extraterrestres ha sido delegado en Multi-National United (MNU), una compañía privada que lo que le interesa no es el bienestar de los alienígenas sino las formidables ganancias que les podría reportar su impresionante armamento, en el caso de que pudieran hacerlo funcionar. Hasta el momento no lo han logrado; la activación de las armas requiere ADN alienígena.
Crítica
En su origen, el apartheid ya fue un concepto digno de la más retorcida imaginación anti-utópica, un perfecto material para la ciencia-ficción admonitoria. No fue exactamente el apartheid, pero sí la ascensión al poder del Partido Nacional lo que el historiador sudafricano Arthur M. Keppel-Jones predijo en las páginas de su libro “When Smuts Goes”, publicado en 1947, un año antes de que la temida posibilidad se hiciese efectiva. Al esbozar un inquietante upgrading del apartheid por la vía del contacto extra-terrestre –con las viejas víctimas de la coyuntura elevadas a voces inquisitoriales de nuevo cuño-, “Distrito 9” no es, precisamente, un triunfo de la originalidad, sino una suerte de extemporánea coda pop a esos temores liberales que Keppel-Jones canalizaba en su texto. Y, por supuesto, una más enérgica que desafiante entrada contemporánea a la larga tradición de obras de ciencia-ficción que han desplazado el problema del racismo al ámbito de las relaciones humano-alienígenas.
Se puede reprochar a Neill Blomkamp que no sea riguroso en su apuesta por el registro documental, pero lo cierto es que en “Distrito 9” emerge un cineasta virtuoso, cargado de talento y con esa controlada, formalista visceralidad que distinguía al joven Peter Jackson. Es lógico que el director de “Mal gusto” se haya lanzado a apadrinarlo: no sólo es su posible Mini-Yo, sino una segura inversión de futuro.