cartel de "quo vadis, aida"
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Dirección: Jasmila Zbanic Reparto: Jasna Djurici, Izudin Bajrovic Título original: Quo Vadis, Aida? País: Bosnia y Herzegovina Año: 2020 Fecha de estreno: 7-5-2021 Género: Drama Guion: Jasmila Zbanic Fotografía: Christine A. Maier Sinopsis: Bosnia, julio de 1995. Aida trabaja de traductora para la ONU en la pequeña ciudad de Srebrenica. Cuando el ejército serbio ocupa el pueblo, su familia está entre las miles de personas que buscan refugio en los campos de la ONU. Como participa en las negociaciones, Aida tiene acceso a información importante. ¿Qué le pasará a su familia y su gente? ¿Serán rescatados o morirán? ¿Qué debería hacer ella al respecto?

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Lo mejor: el demoledor epílogo.
Lo peor: que su visión llega a ser demasiado angustiosa.


En el introito de su abrumadora, fundamental novela La hija del Este, la mejor escrita en España sobre las guerras balcánicas, Clara Usón utiliza una frase del general serbio-bosnio Ratko Mladic, que este carnicero sin entrañas llevó a la práctica con crueldad indesmayable: ‘Las fronteras se han trazado siempre con sangre’. Personaje imprescindible del drama que recrea la película de Zbanic, Mladic construyó su fama sobre la masacre de Srebrenica, operación de limpieza étnica llevada a cabo bajo la paralizada mirada de las tropas holandesas de la ONU. Aida (impresionante Djuricic) es una maestra y traductora al servicio de esas tropas, pero el principal acierto del film es no hacer de ella un personaje épico: es solo (y tanto) esposa y madre, de ahí que sus esfuerzos se encaminen, en medio de los abusos serbios, a salvar a su prole: madre coraje, sí, pero también (comprensible) egoísta que pelea por los suyos. Este dato no es menor en una película que está mostrando la masacre de una comunidad, pero ni con esas logramos despegar la mirada, y desplegar el juicio moral, del hipnótico deambular de Aida de militar en militar, siempre en pos de una acreditación que salve vidas. Entre tanto, los momentos del siniestro avanzar serbio colocan al espectador en el odioso papel del voyeur que asiste, angustiado, a una carnicería que sabe inevitable.

Poderosamente humana, la película ilustra con especial precisión los terrores, abyecciones y sufrimientos de una comunidad inerme ante un ejército cruel y muy superior. Un gran abatimiento sobrevuela toda la película, y tiene que ver con la candidez de muchos bosnios ante sus verdugos, la inhumanidad de estos, la impasible frialdad de algunos mandos militares europeos, el propio egoísmo de la protagonista. Con su tono seco, su fotografía sucia y la denuncia de cómo quedaron las cosas después del horror, Quo vadis, Aida? se inscribe en la mejor tradición del cine de denuncia sobre la eterna herida abierta que siguen siendo los Balcanes.