Iniciar la crítica de Ojos de fuego, la nueva adaptación cinematográfica de la novela de Stephen King en la factoría Blumhouse, afirmando que se trata de una película más cercana en cuerpo y alma a la obra de Andrei Tarkovski que a lo acostumbrado en la productora de Jason Blum y a lo habitual en el King audiovisual podría asustar al devorador de los films de la casa y al fandom del literato de Maine. De asustar huye el ascético y sobrio largometraje dirigido por Keith Thomas y escrito por Scott Teems, aunque sí que persigue que sintamos miedo, especialmente de nosotros mismos, extraños encerrados en cuerpos extraños y monstruos atrapados en tierra de monstruos.

Ojos de fuego debe ser la película más claustrofóbica, de una manera plenamente obsesiva, que uno recuerda dentro del género en los últimos tiempos. Thomas se dio a conocer con The Vigil, el velatorio judío de un difunto y el demonio que se presentaba aquella noche para arrebatar su alma, trabajo ya de encierro absoluto (y de sudor frío) pero lejos de la radicalidad de este, en apariencia, proyecto más comercial. 90 minutos compuestos de primeros planos, primerísimos primeros planos, terroríficos planos detalle y planos más abiertos que comprimen a los personajes de una manera tarkovskiana que nos anticipa la imposibilidad de huir de un destino fatal que nace de la mente humana.

Tal vez algunos espectadores abominen de esta impúdica aproximación al relato de Stephen King (que es una vuelta de tuerca pop y conspiranoica a Carrie y La zona muerta) que pega su cámara a los rostros y a los ojos sangrantes de sus torturados seres con poderes/maldiciones; que sacrifica la pirotecnia innata al original y, sobre todo, a la simpática serie B que fuera el ochentero film dirigido por Mark L. Lester y con una inolvidable Drew Barrymore. Las explosiones de ira y fuego en esta Ojos de fuego son de una perturbadora e incómoda frialdad, como gélidas y secas son las muertes que se suceden en este viaje de claros tintes religiosos (como religiosa era The Vigil)donde Dios ha abandonado a su suerte a víctimas y verdugos.

Podría ser una película de superhéroes (se habla de ellos, claro) ciegos, como cegados están todos los integrantes de esta tragedia que subvierte términos como venganza, culpa o perdón. Podría ser, sí, un divertimento piroquinésico King como era la versión de Mark L. Lester, incluso con citas a este (las hay: el mismo póster, la cazadora tejana de Charlie, su rostro azotado por los estallidos de fuego). Sin embargo, y a pesar de la banda sonora de John y Cody Carpenter o de la escena del encuentro de la niña con los tres chicos ciclistas que es como un recordatorio a Stranger Things (que es Stephen King y es Ojos de fuego), todo es oscuridad aun a plena luz del sol.

Para pirómanos de los convencionalismos del cine de terror King.

Star FillStar FillStar FillStarStar

Lo mejor: el paseo por los subterráneos de 'La tienda'.
Lo peor: la plegaria por el gato quemado.

FICHA TÉCNICA

Dirección: Keith Thomas Reparto: Ryan Kiera Armstrong, Zac Efron, Sydney Lemmon, Gloria Reuben, Michael Greyeyes, Tina Jung, Lanette Ware, Neven Pajkic, Danny Waugh, Isaac Murray Título original: Firestarter País: EE.UU. Año: 2022 Fecha de estreno: 13–05-2022 Género: Terror Guion: Scott Teems. Novela: Stephen King Duración: 94 min.

Sinopsis: Andy y Vicky llevan más de una década huyendo en un desesperado intento de esconder a su hija Charlie de una oscura agencia estadounidense empeñada en aprovechar su increíble don para convertir el fuego en un arma de destrucción masiva. Andy enseñó a Charlie cómo dominar su extraño poder, desencadenado normalmente por la ira o el dolor. Pero cuando Charlie cumple 11 años, el fuego es cada vez más difícil de controlar. Después de que un incidente inesperado revele la ubicación de la familia, un misterioso operario sale en busca de Charlie para hacerse con ella de una vez por todas. Pero Charlie tiene otros planes.