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Dirección: David O. Russell
Reparto: George Clooney, Ice Cube, Mark Wahlberg, Nora Dunn, Spike Jonze
Título en V.O: Three Kings
Nacionalidad: USA Año: 1999 Duración: 110 Género: Bélica Color o en B/N: Color Guión: David O. Russell Fotografía: Newton Thomas Sigel Música: Carter Burwell
Sinopsis: Marzo de 1991 en el desierto iraquí. El capitán de las Fuerzas especiales Archie Gates (George Clooney), el sargento del ejército de EE.UU. Troy Barlow (Mark Wahlberg), el sargento primero Chief Elgin (Ice Cube) y el soldado Conrad Vig (Spike Jonze) llevan semanas haciendo tiempo en el campamento base mientras la Guerra del Golfo está siendo ejecutada por especialistas en alta tecnología. La impersonalidad de la guerra ha dejado a los hombres aburridos y desorientados y, ahora que el alto el fuego se ha hecho oficial, están deseando dejar atrás este inhóspito paisaje. Las aburridas vidas de los soldados se ven complicadas por la constante y molesta presencia de los corresponsales de guerra, especialmente la dura y cínica Adriana Cruz (Nora Dunn), que acosa incesantemente al personal del ejército en busca de información exclusiva. Cuando este grupo descubre un mapa que indica la ubicación de una reserva de oro kuwaití robado por los iraquíes, tres de los cuatro hombres deciden iniciar su propia guerra para llegar hasta él.

Crítica

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Esta película de posguerra que se desarrolla en el campo de una batalla virtual empieza como si Oliver Stone hubiera decidido hacer un remake del M*A*S*H, de Robert Altman. No está mal para abrir boca: los colores descoloridos de Giro al infierno y la cámara vibrante de Salvar al soldado Ryan parecen captar a la perfección el desconcierto, bélico y emocional, de unos soldados que ni siquiera pueden tener la (absurda, vulgar) satisfacción de la lucha cuerpo a cuerpo. En esa primera media hora de proyección, Tres reyes parece correr cien metros por delante del espectador: no en vano es la primera película mainstream que se atreve a poner los puntos sobre las íes en esa guerra que solo fue guerra en la CNN. Cínico, agresivo y descarado (ese viaje al fondo de una infección visceral es una salida de tono que nos enfrenta con el corazón mismo del conflicto bélico: la putrefacción purulenta que deriva en muerte inútil), el film de David O. Russell sorprenderá, y mucho, a todos aquellos que esperaban un elogio de las barras y estrellas americanas. En el itinerario de estos tres reyes (Clooney, Wahlberg y Cube) que acabarán siendo magos (un itinerario promovido por causas no humanitarias: robar el oro que, a su vez, Saddam Hussein robó a los jeques kuwaitíes) habrá, sin embargo, un proceso de redención que quitará hierro al asunto. Es entonces cuando 0. Russell, autor de la marciana y desconcertante Flirteando con el desastre, pierde la oportunidad de: 1) hacer una película de aventuras de proporciones tan épicas como el propio desierto iraquí, y 2) hurgar hasta lo más hondo del complejo de culpa del intervencionismo americano. Lo que queda es una película de denuncia que no llega a acertar en la diana, espléndidamente realizada (qué hermosa e inquietante es la secuencia del gas lacrimógeno en la que los rebeldes iraquíes aparecen, como muertos vivientes, de entre las brumas humeantes) e interpretada (ojo a las torturas que le infligen a Mark Wahlberg, tan estupendo aquí como en Boogie Nights). Tal vez los yanquis aún no estén preparados para meterse en camisas de once varas en lo que respecta a la Guerra del Golfo. Tal vez esperen que su próxima guerra sea retransmitida por las redes, infernales y benévolas, de Internet.Lo mejor: su espíritu crítico, tan improbable en una película bélica que habla de un hecho tan reciente como la Guerra del Golfo. Lo peor: que O.Russell no se atreva a llegar más lejos.