Dirección: Alan Taylor
Reparto: Chris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Tom Hiddleston, Stellan Skarsgård, Idris Elba, Christopher Eccleston, Adewale Akinnúoye-Agbaje, Kat Dennings, Ray Stevenson, Zachary Levi, Jaimie Alexander, Tadanobu Asano
Título en V.O: Thor: The Dark World
Año: 2013 Fecha de estreno: 31-10-2013 Género: Acción, Aventuras Color o en B/N: Color Guión: Don Payne, Christopher Markus, Christopher Yost, Stephen McFeely Fotografía: Kramer Morgenthau Música: Brian Tyler
Sinopsis: 'Thor: El Mundo Oscuro' de Marvel es la continuación en la gran pantalla de las aventuras de Thor, el Poderoso Vengador mientras lucha por salvar la Tierra y los Nueve Reinos de un oscuro enemigo que es anterior al mismísimo universo.
Crítica
Hace unos años, cuando se le quería rebajar el nivel a una película, por su ligereza o superficialidad, se solía decir de ella que era “como un comic”. Tras “Los Vengadores” (2012), a los lectores de tebeos que no se avergüenzan de serlo –porque, de hecho, no tendrían por qué- les ha quedado claro lo largo, extenuante, complejo y difícil que ha sido el camino que habría de desembocar en la película realmente digna de ser comparada, por fin –y no para mal-, con un comic-book: no es fácil que una pantalla vibre como una buena página de historieta, sin techo para la imaginación visual y el sentido del asombro. La división cinematográfica de la Marvel conquistó allí algo que no parece dispuesta a perder y este “Thor: el mundo oscuro”, en su condición de entrega de transición de este macro-serial marveliano hecho de elefantiásicos blockbusters, así lo reafirma.
Alan Taylor no parece tener muy presente su paso por “Juego de tronos” en esta película que apuesta por la diversión desbocada y el dinamismo sostenido antes que por las luchas intestinas de poder en el panteón nórdico. Quizá el cine de súper-héroes aún tarde en alumbrar a sus propios Alan Moore, Grant Morrison o Mark Millar –de hecho, aún no ha alumbrado a sus finos estilistas como Jack Kirby o Steve Ditko-, pero esta aventura de clímax cuántico, con dos continuarás y su incesante encadenado de escenas frenéticas, está a la altura de algo, en efecto, muy difícil de convocar: el placer de la lectura de una sobresaliente página de tebeo de súper-héroes.