Dirección: Roland Emmerich
Reparto: Liam Hemsworth, Jeff Goldblum, Charlotte Gainsbourg, Vivica A. Fox, Bill Pullman, Judd Hirsch, Maika Monroe
Título en V.O: Independence Day 2
Nacionalidad: USA Año: 2016 Fecha de estreno: 01-07-2016 Duración: 119 Género: Acción, Aventuras Color o en B/N: Color Guión: Carter Blanchard Fotografía: Markus Förderer Música: David Arnold
Sinopsis: Usando la tecnología alienígena recopilada, las naciones de la Tierra han colaborado en un ambicioso programa de Defensa que ayudará a proteger el planeta. Pero nada puede preparar a los humanos de la impredecible fuerza alienígena. Solamente el ingenio de los hombres y mujeres más valientes podrá llevar nuestro mundo lejos de la extinción.
Crítica
En 'Independence Day' (1996) había un detalle que, por sí solo, delataría el espíritu que Roland Emmerich quiso insuflar a su mastodóntica obra. En un momento dado, el piloto desastrado interpretado por Randy Quaid pronunciaba una frase (“He elegido un mal día para dejar de beber”) que el público joven más o menos al loro reconocía: sí, una de las muchas malas elecciones que tomaba Lloyd Bridges en 'Aterriza como puedas' (ZAZ, 1980). 'Independence Day', claro está, iba en broma toda ella, aunque no de manera tan directa como 'Mars Attacks!' (1996), la obra maestra de Tim Burton que, aquel mismo año, devaluó por comparación el juguete de Emmerich. Veinte años después, el cineasta de origen alemán vuelve por sus fueros, como un Cecil B. De Mille abriendo mares digitales, con esta secuela de estructura y ambición parecidas, aunque agradecidamente más ligera y digestiva (dura 24 minutos menos que el original). Su idea más descabellada es la de presentarnos un 2016 tecnológica y astronómicamente mucho más avanzado del que conocemos. Y es que ambientarla en un futuro lejano habría impedido la comparecencia de los personajes/actores de la entrega precedente, entre quienes conmueve ver a un ya muy desmejorado Robert Loggia, fallecido el pasado diciembre. El humor monopoliza los mejores momentos, como el encuentro en pleno desierto de padre (Judd Hirsch) e hijo (Jeff Goldblum). Y el gran espectáculo no desfallece, como es propio de Emmerich, aunque no ofrezca novedad alguna para el recuerdo.