Dirección: Andrew Dominik
Reparto: Brad Pitt, Casey Affleck, Sam Shepard, Mary-Louise Parker, Paul Schneider
Título en V.O: The assassination of Jesse james by the coward Robert Ford
Nacionalidad: USA Año: 2007 Fecha de estreno: 29-10-2007 Duración: 160 Género: Western Color o en B/N: Color Guión: Andrew Dominik Fotografía: Roger Deakins Música: Nick Cave, Warren Ellis
Sinopsis: Jesse James (Brad Pitt) es el carismático y supersticioso líder de una banda de ladrones. Entre sus hombres, Robert Ford (Casey Affleck) siente auténtica veneración por él, aunque el carácter de su jefe y cierta ambición le llevarán a traicionarle y matarlo.
Crítica
¿Cómo trabajar la desmitificación de un héroe que representa la cara y la cruz de América desde la estética de la mitificación? No hablamos aquí del realismo sucio y polvoriento de Pequeño Gran Hombre (Arthur Penn, 1970), Los vividores (Robert Altman, 1971) o Buffalo Bill y los indios (R. Altman, 1976), porque la cinta de Dominik, más allá de su condición de ejercicio revisionista del western, es una hagiografía contada desde el otro lado de las cosas, desde esa otra mirada que define los ojos de un fan fatal (Casey Affleck en una interpretación memorable) que, finalmente descubre el dorso de la leyenda, la profunda neurosis que esconde toda celebridad que se precie de serlo. La mirada es limpia, poética: no por azar es la mirada de la sublimación, que, aunque degradada por la verdad que sale a la luz, tiene una dimensión casi onírica, grandiosa, como si fuera Terrence Malick, y no el Dominik de Chopper, quien estuviera al otro lado de la cámara. Así las cosas, de la tensión entre el mito y su reverso, entre el famoso (Brad Pitt) y el eterno aspirante (Affleck), entre la decrepitud de un género y la belleza de su necrológica, surge un film lírico y desequilibrado, acaso demasiado largo para su propio bien y demasiado corto para todo lo que quiere abarcar; una balada tristísima que parece susurrarnos al oído la tenebrosa voz de Nick Cave.
Para exégetas del western crepuscular post Peckinpah.
Lo mejor: la secuencia del atraco y la interpretación de Affleck.
Lo peor: su desmesurado metraje.