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Dirección: M. Night Shyamalan
Reparto: M. Night Shyamalan, Mel Gibson, Joaquin Phoenix, Rory Culkin, Cherry Jones
Título en V.O: Signs
Nacionalidad: USA Año: 2002 Fecha de estreno: 20-09-2002 Duración: 106 Género: Fantástica Color o en B/N: Color Guión: M. Night Shyamalan Fotografía: Tak Fujimoto Música: James Newton Howard
Sinopsis: Señales nos presenta a una familia compuesta por un padre viudo (Mel Gibson), sus hijos (Rory Culkin y Abigail Breslin) y su hermano (Joaquin Phoenix), que viven en una granja en Bucks County, Pennsylvania, y que al despertar una buena mañana se dan de bruces con el fin del mundo. El epicentro de ese suceso, tirando a devastador, es una invasión alienígena a lo largo de tres días que ocurre en el patio trasero de la granja de esta familia, y que está relacionada con unos extraños y gigantes círculos que aparecen en sus sembrados. El personaje de Gibson, que había sido sacerdote y colgó los hábitos tras la muerte de su esposa, debe enfrentarse a lo inimaginable y se ve forzado a establecer un nuevo tipo de credo. La película se convirtió en una metáfora de lo que estaba sucediendo, cuenta Shyamalan, ya que nos pusimos a considerar seriamente el tema de la fe.

Crítica

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El director M. Night Shyamalan es Alejandro Amenábar, pero de otra manera: un cineasta que, parapetado tras el biombo del cine de género, se ha convertido, quizá sin proponérselo, en glosador de un muy concreto momento del espíritu colectivo y articulador de metáforas a medida para lo que podríamos llamar la era de la evaporación. Cine para un tiempo de existencias difuminadas o, como señaló Andrés Hispano, la cristalización cinematográfica del temor generacional a no dejar huella. Es posible que en ambos casos el discurso creativo sea más confesional de lo que parece a simple vista. M. Night Shyamalan es, también, Steven Spielberg (como sugirió Newsweek), pero de otra manera: digamos que, en su juventud, el autor de E.T. El extraterrestre tenía billete de ida y vuelta al País de Nunca Jamás. Shyamalan, por el contrario, se quedó en la ventana de su habitación contemplando perplejo el vuelo de Peter Pan, en compañía de quienes jamás lograrían ser niños perdidos. No debe ser casual que en el reparto de su último trabajo concurran Joaquin Phoenix y Rory Culkin, ecos sombríos de esos niños perdidos (en diferentes planos de la realidad) que fueron sus respectivos hermanos. Tampoco debe ser casual que el propio Shyamalan se autoadjudique un papel con carne (y heridas interiores y exteriores) en este quinto largometraje que debería, de una vez por todas, convencer a todo escéptico: lo de este raro cineasta de no menos rara comercialidad va muy en serio. Y, por si todavía hay quien lo dude, lo suyo no va de fantasmas, superhéroes o extraterrestres, sino de dolor, fe, vida en sombras y traumático autodescubrimiento.A la manera de ese fragmento de El poema de los lunáticos, de Ermanno Cavazzoni, donde un tipo descifraba la Batalla de Waterloo desde la ventana que daba a su jardín, pero sustituyendo el humor por un control de la atmósfera que quizá remita a Jacques Tourneur, Señales nos cuenta La Guerra de los Mundos desde una atalaya minúscula. Y el resultado es otra obra mayor, desconcertante, a contracorriente pero definidora del momento que habitamos (desde el cual lo único que acaso podamos transformar es nuestra actitud ante lo que nos sobrecoge, anula, niega o supera) y en la que incluso Mel Gibson se desvela motor de sutilidad.>>Para quienes se entreguen al cine virtuoso. Lo mejor: el vídeo doméstico de un perturbador cumpleaños. Lo peor: que alguien pueda sentir mono de sorpresa final.