La realizadora argentina Marina Seresesky, que ganó el Premio del Público en el Festival Cinespaña de Toulouse por su largo ‘La puerta abierta’, y la donostiarra Marta Etura, que obtuvo el Goya por ‘Celda 211’ (Daniel Monzón, 2009), presentaron en la pasada 65ª edición del Festival de San Sebastián el primero de los cuatro capítulos que componen ‘Una nueva vida’, un proyecto inspirado en la iniciativa Arroz Solidario de Nespresso que ya lleva siete años funcionando, y se basa en el reciclaje de las cápsulas cuyo café sobrante utiliza como compost de alta calidad para el cultivo de arroz en el Delta del Ebro (Tarragona). Cientos de kilos de arroz van a parar así cada año a la Federación Española de Bancos de Alimentos. No es poca cosa.
El primer capítulo de ‘Una nueva vida’ se rodó así en fascinantes localizaciones del Delta del Ebro y establecía un paralelismo implícito entre la historia del personaje encarnado por Marta Etura, que adopta un niño, y el consumo responsable de una cápsula de Nespresso. “Trabajamos el paralelismo de dar una nueva vida a las cosas que ya la tienen, de dar una segunda oportunidad a algo que, de por sí, es valioso”, comentó la realizadora en Donosti. La idea de dividirlo en diferentes capítulos, responde "a la necesidad de ser constantes en nuestra labor de concienciación con el consumidor, recordándoles día a día que el reciclaje está en sus manos. Por otro lado, cabe destacar que son cuatro las etapas en las que los ciudadanos están en contacto con la cápsula: compra, preparación del café, degustación y reciclaje”.
Hemos visto al personaje encarnado por Marta Etura dando un paso muy importante en su vida, un paso que, a todas luces de entrada no resulta fácil, pero que a la larga representará una alegría para sus dos protagonistas. Tanto para el niño adoptado, que deberá adaptarse a su nueva familia, como para ella, que asume la responsabilidad de ser madre. Si la primera parte, estrenada en Donosti, equivalía según Marina Seresesky a la compra, en esta segunda, que acaba de estrenarse, asistimos, siempre metafóricamente, a la “preparación del café”.
Si prepararse una taza de café Nespresso es lo más fácil del mundo, basta con deslizar la cápsula y apretar un botón, mucho más complejo resulta lograr que esa cápsula esté lista para llegar a las manos del consumidor, y este nuevo capítulo ilustra muy bien esa dificultad. El personaje de Marta quiere gustar a Luís, el niño que ha decidido adoptar, aparentemente en solitario, como hacen muchas mujeres hoy en día. Ella lo da todo para acoger y confortar al niño que se ha quedado sin padres. Pero Luís echa en falta a sus amigos. Veremos cómo lo soluciona Marta en los próximos capítulos.